Saltó el Manchester City a Craven Cottage para medirse al Fulham con no pocas novedades en el once. Joe Hart recuperaba la titularidad en la portería, faltaba Agüero lesionado y no había lateral derecho natural. Con Nasri y Silva en las bandas, el dibujo fue el más habitual en Pellegrini: 4-4-2 que ante la tendencia interior de los dos exteriores, termina convirtiéndose en 4-2-2-2. Busca superioridad por dentro y entre líneas, y deja la banda bien para que se interne el lateral bien para que se descuelgue un punta. Ayer, sin embargo, a Agüero lo emplazó un delantero bastante menos móvil como Dzeko, y el lateral derecho fue para Clichy. Dos problemas si el City quería ser ancho.

El Fulham , por su parte, plantó un 4-5-1 que destinaba a muchos hombres por dentro, con Scott Parker, Karagounis y Sidwell en algo muy similar a un trivote. Se trataba de reducir espacios en el carril central, sabiendo que al City le costaría más que otras veces generar juego por fuera. A los de Pellegrini les costaba salir. Demichelis, muy protagonista en esta fase, servía limpio el primer pase pero a partir de ahí a los visitantes les costaba encontrar la continuidad. Demasiada gente y, además, la poca calidad posicional de la pareja Fernandinho-Touré no ayudaba a suavizar los problemas. Más bien al contrario. En estos compases iniciales de sufrimiento citizen, fueron claves los laterales del Fulham. Cuando los locales atacaban, bien porque su superioridad numérica en el interior obligaba a uno de los hombres de banda del City a trabajar sobre el mediocentro, bien porque ni Nasri ni Silva son futbolistas para seguir a su par hasta el banderín, tanto Riether como Riise partían con una ventaja, y la aprovecharon llegando a posiciones de extremo en cada ataque.

laterals Fulham

Los de Pellegrini le pusieron remedio desde el balón. Nasri y sobretodo Silva empezaron a bajar más y a asumir un protagonismo en la salida que si bien no debería recaer ene ellos, ayer se reveló de gran utilidad. Superada la divisoria, el equipo comenzaba a encontrar hombres libres entre líneas y el dos para dos de los puntas contra los centrales del Fulham, empezó a generar desequilibrios. Negredo y Dzeko no se entendieron demasiado bien -una vez el bosnio salió del campo el ex del Sevilla se liberó- pero siempre son una amenaza. Como el City ahora vivía más cerca de la frontal, tanto Riether como Riise tenían que auxiliar dentro en ese 2×2, permitiendo que se habilitara por fuera bien el espacio para Kolarov, bien la posibilidad del uno contra uno de Nasri. Sin embargo, el segundo tanto de los sky blues volvió a llegar a balón parado, esta vez a la salida de un córner.

En la reanudación, mientras el Fulham se acercaba en el marcador e incluso llegaba a empatar el partido, Manuel Pellegrini le fue cambiando la cara a su equipo. Primero con la entrada de Jesús Navas por Dzeko y después con la de Milner por Nasri, el City pasó de tener un equipo para atacar por dentro a uno para hacerlo por fuera. El planteamiento del rival, pensado para el primero, se desbordó, y con un Negredo desatado y dos goles precisamente de Navas y Milner, el City se llevó el partido. Revelador que justamente los dos futbolistas exteriores que Manuel introdujo al choque, fueran los que firmaran una victoria que al City le sirve para dormir segundo a la espera del partidazo de lunes, pero que no esconde que los de Manchester tienen más problemas de los deseados cuando juegan lejos del Etihad.