Liverpool como rival y Boxing Day como marco temporal garantizaban que el partido disputado esta tarde en Etihad fuese uno de esos que suelen decidir una temporada. Si bien es cierto que esto no lo sabremos hasta dentro de unos meses, la realidad es que el partido no pudo dejar indiferente a nadie: los dos equipos se mostraron como son, y eso quiere decir que los ataques sobrepasaron –ampliamente- a las defensas.

El Manchester City, comenzó el partido con una variante táctica obligada por la lesión de Agüero. Sin embargo y a pesar de lo que se podría pensar, no fue Javi García el beneficiado en el XI inicial, si no que fue Jesús Navas formando un 4-2-3-1 de interesante lectura para el futuro. Pero poco importó el dibujo cuando fueron los Red los que decidieron que iban a dominar el partido –sin la posesión y con ella-. De los dos mejores jugadores de la Premier, solo formaba uno, y lo hacía en el bando del Liverpool: el desnivel entre plantillas quedaba compensado.

Porque en el primer acto, y esto no es novedad, el partido se resumió a Luis Suárez. Si su nivel arrasa en todos los partidos, contra equipos sin carisma, aún explota más. Eso fue lo que pasó hoy. De entrada los Skybue presentaron una actitud demasiado conservadora y poco agresiva para lo que el rival de enfrente debía exigir. Pero es que la actitud mostrada frente a Suárez fue el acabose, quedando sobre todo reflejado en las transiciones: llegado el momento, el charrúa sería el partido, y el momento llegó cuando rompió a Kompany en la banda. El partido se teñía de rojo.

La superioridad del equipo que en ese momento seguía liderando la cabeza de la liga se agigantaba. En salida desde atrás no tenía problemas (el City renunció a toda intención de recuperar el balón hasta que este pasase la divisioria, y sobre todo si era lateral), y una vez se llegaba a ¾, la figura de Suárez se agigantaba. Poco importaba el cambio en el marcador, los visitantes seguían llevando la voz cantante ante un conjunto citizen que lo vivía con pachorra, como quien sabe que por muy mal que lo haga, llegará su momento. Y así fue.

El segundo acto recordó al anterior y a los 10 minutos de este ya nadie tenía dudas de que el City llevaba mas goles que méritos. Sin embargo, la ola pasó, y el vecino ruidoso de Manchester volvía a acariciar tres puntos de oro compitiendo, pero muy poco. Los minutos restantes sirvieron para apuntillar cosas que ya sabíamos: que la profundidad de plantilla del equipo de Pellegrini no tiene comparación en casi ningún otro equipo del mundo; que el Liverpool mereció más suerte; y que la Premier solo la ganará otro equipo si la pierden los pupilos de el Ingeniero. Veremos.

Apuntes en clave Barça:

1. Joe Hart, como ya se vio la jornada pasada y como esperábamos, es el titular de los ingleses, y lo más normal es que su rendimiento sea ascendente, hoy salvo los tres puntos.

2. Lo más temido del City, intensidad y empuje, hoy no hicieron acto de presencia, y eso no es novedad. Habrá que ver hasta que punto esto es una cuestión pasajera o identitaria.

3. A balón parado son imparables, el gol que marca Kompany, agarrado por alguien como Skrtel, es demoledor. A día de hoy imaginarse al Barça sobreviviendo 180 minutos a este aspecto del juego, se antoja imposible.