EL BARÇA ABURRE Y SE DEJA DOS PUNTOS VITALES

Empatar en el Calderón fue símbolo de máxima igualdad. El partido, jugado a toda intensidad, terminó en tablas, y con él se abría una segunda vuelta en el que el fallo de uno se vería altamente penalizado. El Barça de Martino tardó tan solo un encuentro en hacerlo, en el primero de la segunda vuelta. Y lo hizo además de la forma en la que nos está acostumbrando esta temporada: sin ideas y sin recursos…y con un juego que deja mucho que desear.

Y eso que enero empezó con un ligero repunte de las actuaciones colectivas del equipo, que se exhibió ante Elche en Liga y Getafe en Copa, ambos con el mismo resultado (4-0). La mejor versión de la temporada coincidía, curiosamente, sin Messi ni Neymar en el campo, ausentes ambos, uno por lesión, el otro por enfermedad. El regreso del argentino tras dos meses de baja llegaba en el mejor momento posible, justo cuando el equipo entonaba sus mejores constantes vitales.

El Barça se presentaba en el Ciutat con dos bajas muy sensibles: Iniesta y Neymar. El manchego es clave en este tipo de partidos porque atesora una capacidad de magnetismo que no tienen ninguno de sus otros compañeros centrocampistas. La presencia del brasileño también se agradece en esta coyuntura, debido a su capacidad de atracción y su facilidad para moverse en espacios reducidos. La ausencia de ambos futbolistas fue clave porque el Barcelona, a falta de mecanismos colectivos, echaba en falta sus piezas más importantes para dominar este tipo de encuentros.

Y es que el Levante preparó una muralla, con dos líneas de 4 bien juntitas defendiendo cerca de su portería. El Barça intentó circular el balón con rapidez, basculando de un lado a otro para que surgieran los espacios, dirigido por un buen Xavi. No obstante, a los azulgrana les costaba un mundo desequilibrar al contrario, porque Messi no entraba en juego y Cesc estaba desaparecido. El gol de Vyntra de cabeza, a la salida de un córner con posterior fallo en la marca de Piqué, puso contra las cuerdas al equipo de Martino.

No obstante, ocho minutos tardó el Barcelona en igualar la contienda. Piqué remató un córner botado por Xavi y mandó el balón al fondo de las mallas; igualado el partido, tocaba volver a empezar. El Barça siguió con el plan establecido, teniendo la pelota pero sin apenas profundizar, madurando las jugadas con paciencia a la espera de que el rival concediera los espacios. No obstante, la oportunidad no llegó y con este guion se llegó al descanso.

En la reanudación Fàbregas interpretó que su partido se jugaba en la frontal del área rival, más cerca de Messi que de Xavi, y le metió una marcha más al encuentro. Sus paredes con Messi empezaron a producir cosas, pero Martino no lo vio claro y metió a Sergi Roberto en el lugar de Arenys, para sumar un elemento más que cargara el área rival. Hasta ese momento, el Barça había logrado llegar a la portería de Kaylor Navas, quién emergió como el mejor jugador del partido debido a sus portentosas intervenciones.

En la dirección de partido fue dónde más falló Martino, quién durante la temporada tampoco ha logrado mejorar los mecanismos colectivos del juego con sus intervenciones. Pedro, que no estaba jugando un mal partido pese a no encontrar los espacios para percutir, fue sustituido por Tello para conquistar la línea de fondo con más facilidad. No obstante, el canterano de Sabadell no pasa por su mejor momento de confianza y el equipo lo notó en el campo.

Sin embargo, Tello bien pudo disfrutar de su ocasión en el partido, su particular remate de rosca al palo largo, que fue muy bien rechazado por Navas a córner. Faltaban cinco minutos para el final del partido. Con el cambio de Dongou por Xavi, el Barça pasó a tener un centrocampista menos y perdió definitivamente el control del encuentro. El Levante, comandado por un extraordinario Ángel– el delantero centro que había entrado en la segunda mitad–, pudo rascarle un punto al Barcelona, que de nuevo volvió a mostrar su peor cara y que, sin resultados, poco le queda ya a qué agarrarse.