Juegue o no de inicio, la reaparición de Lionel Messi ante el Getafe, notable en la opinión menos entusiasta, ha puesto la guinda a la previa del duelo por el campeón de invierno entre los colíderes del campeonato. La lesión y posterior reclusión en tierras argentinas del astro blaugrana, ha visto brotar en el Barcelona un sentimiento de puño cerrado en su ausencia, preparado para despegar al unísono con la llegada de Leo. Como un rey mago, Messi llega para la cita más importante de los últimos meses. Y el Barça se ha portado todo lo bien que ha sabido para abrir el mejor regalo posible. En su exilio obligado, el conjunto azulgrana ha emergido para remendar una costura de semejante brío. Si a eso añadimos que el Atlético, algo más lustroso en términos de actividad y ritmo en este primer tercio, ha visto que tal suficiencia ha sufrido algún achaque en las últimas semanas, el partido es una barbaridad.

Tiene tantas variantes el encuentro, que hasta se podrían debatir, en última instancia, los aspectos más primarios y globales, como el de “Barça tendrá la pelota, Atleti protegerá el espacio y contragolpeará tras el robo”. Quien sabe si Martino incluso cede momentáneamente el cuero para romper la dinámica de un posible dominio local en una fase defensiva prolongada. Como de cualquier modo ello parece improbable, el Barça llega con cuatro hombres a gran nivel: Pedro, Alexis, Cesc e Iniesta. La vuelta de Messi y los minutos de Alba. El Barça llega bien y con confianza y saldrá a dominar balón y campo, porque así lo quiere él y así lo quiere el extraño. Simeone, pegas cero.

La circulación del Barça ha mejorado y sea cual sea el once de Martino, el Barcelona tiene elementos de profundidad y dinámica como para mover el acordeón colchonero, algo que Villarreal o Valencia han conseguido al menos hasta llegar al último batallón Godín-Miranda-Courtois. Aquí entra Leo. No es una eliminatoria, el Atlético es muy exigente y la Liga es muy larga. “La vuelta”, en la última jornada, se juega además en el Camp Nou. Pero teniendo Barça profundidad y dinámica, está algo falta de control. Y Messi mezcla control de partido, condicionamiento e intimidación para agujerear al infinito belga. De entre Cesc, Iniesta y Xavi, alguien tendrá que hacer hueco a Leo, si Martino da la titularidad al crack. De las piezas culés y su manejo a lo largo de los 90 minutos va a depender la valoración global de planteamiento + dirección de partido de Martino. De cómo mueva, cambie y disponga el Tata a Pedro-Alexis-Neymar-Cesc-Iniesta-Messi- e incluso Song durante los 90 minutos, subrayando acciones a minuto 0, reacciones, control, profundidad y demás, definirá al Barça. Clave el tema Xavi. Muchas papeletas de jugar de titular. Si Simeone juega con hombre extra en el medio, sufrirá presión de Gabi o Arda.

Y Cholo jugará sus bazas. Use el sistema que use, no habrá ninguna discusión en que se dibujarán dos líneas de cuatro, bien con un mediocentro de ajuste (4-1-4-1) o en 4-4-2 habitual. La más lógica es sacrificar un punta, conceder salida y superioridad al Barça en el inicio del juego, y sumar un efectivo al centro del campo (4-5-1). La utilización de cuadrados le permite ajustar la dinámica de pases del 4-3-3 blaugrana. Como un cubo de Rubik, el poseedor culé, sobre todo si es en zonas interiores, tendrá siempre un jugador alrededor en las cuatro direcciones y si sale por una de ellas, el cubo se reajustará para cerrar el espacio, como un simil baloncestístico en la circulación entre esquinas.

Siguiendo con su plan, deberá elegir entre Villa y Raúl García. La suplencia del asturiano en Mestalla le acerca al Calderón, cuya misión, un plan lo más cercano a sus posibilidades actuales, será interpretar bien los movimientos con balón culé para dar la primera opción de pase al ladrón. Negar pase atrás a Busquets y posicionarse lo más cerca posible del lado por el que ataca como lo más lejos posible del pulpo Busi. Descargar y salir. Incluso siendo una tarea simple, es igualmente complicada para el actual momento del asturiano. Costa tendrá que arrastrar lo suyo si juega de `9`. La opción Raúl García habilita la gran superioridad local sobre los visitantes: el balón parado. Por pura suma de efectivos, creatividad y fe en la estrategia, y liviandad en las filas azulgranas, el navarro es punto decisivo. La batería, numérica y físicamente, sale ganadora para los de casa, que en tal circunstancia depositan sus opciones de adelantarse o puntuar. Su alineación, hará más libre a Costa. Pero si Raúl es titular, perderá la opción ‘revulsivo’. Importante.

Por último, dos cuestiones. La gestión del Barcelona de la transición muro defensivo-Diego Costa. El hispano-brasileño no está todo lo fino que desearía, pero tendrá momentos de 1vs1 contra Piqué o acompañante. El Barcelona, salvo ajuste físico y posicional en los interiores, tendrá problemas a la espalda de sus organizadores y ahí la aleta de Costa asoma amenazante. No es descartable que Gerard Piqué, muy irregular durante la temporada, haga estudio de baile de los movimientos del bicho.

Y segunda, la conexión Cesc o Messi con Pedro en banda izquierda sobre la zona Juanfran, con diagonales y desmarques por dentro, jugando con el fuera de juego y el momento físico y puntual de Pedro a espaldas de un Juanfran que no es ahí el mismo seguro que sus compañeros. El Atleti trabajará todo lo que viene antes de esa situación, pero las bandas volverán a ser fundamentales para alejar a la línea defensiva del achique sobre los medios. Hacer largo lo que Simeone intente hacer estrecho. Partidazo brutal.