ÍÑIGO MARTÍNEZ, UN CENTRAL DE 89 MINUTOS

Vete a tomar por culo. Íñigo Martínez es uno de los centrales más prometedores del fútbol español, está cerca de ser una realidad, tres años de alto nivel, ha olido el sabor del césped de Champions y es carne de rumores desde el verano pasado para los grandes. Su perfil es jugoso: 22 años, central, zurdo, poderoso en el juego aéreo, con un gran desplazamiento en largo y muy seguro dentro de su propia área. Al propio Barça es un perfil de jugador que le iría de fábula, complementario con cualquier central de la plantilla.

Su progresión es curiosa, pese a ser un gran proyecto desde hace tiempo, su salto a la fama llegó por casualidad. Los grandes públicos se hicieron eco de Iñigo Martínez gracias a dos tantos desde medio del campo, entonces la gente se hizo una idea errónea del jugador. Obviamente, no se hicieron la idea de un bombardero desde medio del campo, pero sí de un central que busca a menudo el disparo a puerta desde la larga distancia. Y, realmente, no es una faceta en la que se suela prodigar el central vasco. Tras esos dos tantos, el resto de tantos anotados por Íñigo han sido mediante su juego aéreo, donde su buen físico y gran timing de salto han dado varias alegrías a la Real Sociedad en los saques de esquina.

El central de la Real Sociedad donde marca verdaderas diferencias es en su área. Los centros laterales no tienen secreto para él, quizás sea uno de los centrales españoles que dominen mejor ese arte en la actualidad. Además completa sus características defensivas con una gran inteligencia en la anticipación y demuestra ser muy rápido al cruce.

Luego en la ofensiva su clase con el balón es evidente, pura elegancia e inteligencia en la salida del balón, la cual domina tanto en corto como en largo. Una de sus grandes cualidades es ese desplazamiento de más de 20 metros. Aunque en los últimos tiempos no se prodiga tanto como la temporada pasada, es un clásico en las salidas desde atrás de la Real.

Obviamente el juego de Íñigo Martínez no es perfecto. Pese a actuar con una madurez impropia para un chico de 22 años el vasco tiene sus taras y además son bastante reconocibles. La principal es la concentración, algo gravísimo en su posición, el central de la Real Sociedad comete un fallo por partido, provocado por esas pérdidas de concentración aleatorias. Eso le ha jugado malas pasadas en muchas ocasiones, de hecho, el último ejemplo lo dio ante el FC Barcelona hace un mes cuando se autoexpulsó tras un gol azulgrana al ir a protestar al árbitro una acción sucedida dos jugadas antes. La primera frase de este texto es un Íñigo Martínez, una llamada de atención de lo que le falla a este genial central que debe aprender a ser un jugador de 90 minutos para acabar siendo un central referencia a nivel mundial.