Se ha hablado mucho estos días del bajo nivel de la Bundesliga, se ha escuchado y oído frases tipo “la liga alemana es una *****” o similares términos despreciativos y que inciden en la desigualdad que ha habido este año en el campeonato teutón. Obviamente, cuando un equipo le saca más de veinte puntos al segundo no se puede decir que haya estado disputado.

Para entender lo que es la Bundesliga hay que incidir en dos aspectos clave, es un campeonato en crecimiento económico y social (lejos aún de campeonatos como la Liga o la Premier) basado principalmente en la atención y captación del aficionado patrio y hasta el momento una liga apenas vendida más allá de Alemania. Actualmente, pero, sí ha obtenido cierto estatus con el que consiguió la cuarta plaza Champions, superando a la Serie A para ello, y convenció al entrenador de moda que trabajar en Alemania era un paso adelante en su camino.

Dicho todo, la Bundesliga siempre ha tenido un gigante, el Bayern que con todo puede y arrasa en su camino, y nunca un adversario a su nivel de forma perenne. No hay un Barcelona que le dispute año a año los trofeos domésticos. La falta de un segundo equipo de relumbrón, pero, ha permitido a múltiples conjuntos de la zona media alta de la tabla situarse en algunos años a la misma altura que el Bayern (Ahora el BVB, antes Werder Bremen, Wolfsburg, Stuttgart, Bayer Leverkusen, Hamburg, Borussia Mönchengladbach, etc.), dándole de esta forma la posibilidad de albergar campeonatos con una cantidad interesante de sorpresas y evoluciones.

Pep Guardiola sabía que probablemente iba al mejor equipo del mundo en una Liga con aún ciertas carencias (tampoco puede considerarse mala una liga que en un año ha copado una final de Copa de Europa) y en un entorno en el que se veía capaz de crear su equipo después de la magnífica obra que creó Van Gaal y levantó Heynckes.

Y lo ha hecho, el Bayern responde a los planteamientos y filosofía de su actual entrenador, ha incorporado el sistema del 4-3-3 de Barcelona, se ha inventado a Lahm de mediocentro como medida casi revolucionaria y genial del de Santpedor y un olvidado Rafinha se ha erigido como un solvente lateral derecho, Javi Martínez se ha integrado decentemente como central y ha cuajado hasta el momento una Bundesliga casi impoluta en el que únicamente ha cedido dos empates, en Freiburg y Leverkusen. El primero en el comienzo, siempre complicado de temporada en un campo que embellece cualquier liga y el segundo en el BayArena en una exhibición de juego de los muniqueses.

La Bundesliga tiene como alternativas en la zona media a un Wolfsburg con un potencial económico encomiable con aspiraciones reales a jugar la Copa de Europa, un Borussia Dortmund masacrado por las lesiones que nos ha impedido verles compitiendo con dignidad ante el Bayern, un Bayer Leverkusen con algunas carencias graves en defensa y el Schalke04, que aglutina  un talento ofensivo comparable con el de cualquier grande y una defensa absolutamente indigna de un equipo con aspiraciones.

Globalmente el producto alemán es imperfecto, con actitudes generalmente poco competitivas, y en algunos casos simples. Pero a la vez surgen equipos con buenos entrenadores que con plantillas algo faltas de talento sus equipos compiten en todos los partidos, como pueden ser los casos del Augsburg y el Mainz.

En este tramo final de temporada veremos hasta qué punto el Bayern compite ante rivales de su nivel, cómo adapta Pep a su equipo en la Bundesliga para no perder nivel en estas jornadas y afianzarse para superar la última ronda ante el Kaiserlsautern.

Será complicado que a largo plazo se vislumbre un campeonato igualado, el Bayern es demasiado potente económicamente y futbolísticamente como para plantarles cara, pero no por ello habrá que menospreciar a una Bundesliga que sigue aportando equipos agradables a la vista de cualquiera, la pasión que les define como liga y unos estadios que, solo viéndolos, ya invitan a sentarse delante de las pantallas. La Liga española estos años ha tenido dos gigantes imbatibles y la evolución tiende a igualarse, aspecto que probablemente también vivirá la liga alemana.