El primer cambio de Martino
Si no media alguna lesión, la primera sustitución del Tata Martino con marcador desfavorable, acostumbra a implicar a un interior. Generalmente cuando en el mismo once coinciden los tres más importantes que tiene el Barça en plantilla, que ha sido, principalmente, en los partidos grandes. Unas veces es Xavi y se arma el lío, otras Iniesta y se arma el doble, y las más Cesc que no arma nada. Para encontrar la explicación al porque del habitual primer movimiento del técnico, seguramente haya que ir al origen y preguntarse porqué juegan juntos los tres. Al sistema, su convivencia le aporta más bien poco. No controlan más, ni se ocupan mejor los espacios, ni se juega más ordenado.
Si la respuesta no está en lo colectivo, seguramente esté en lo individual. Xavi es el orden en los ataques, el que da y se da tiempo, el que conoce el único libreto que hoy en día puede interpretar el equipo. La batuta, ya algo vetusta, que indica cuándo toca cada instrumento. A cambio sin balón, su retorno es, usando un eufemismo, débil, lo cual se acentúa por el hecho de salir a la presión adelantada cuando la situación no lo aconseja. Iniesta es la eterna solución. Apoyo en salida, línea de pase o desborde individual. En transición defensiva tiene el mismo problema que Xavi: su espalda se vende barata y él la regala presionando en zonas donde sólo se debe presionar si el balón se ha perdido mejor de lo que lo viene perdiendo el Barça. Y Cesc, el tercero, en ataque es más disperso, a menudo redundante posicionalmente con los otros dos y bastante más impreciso. Pero es el único interior del Barça con el que el contrario se topa cuando ataca. De los tres es el que mejor selecciona cuándo salir y cuándo quedarse, y su mera presencia en la línea recta que dibujan los ataques rivales, una fortaleza, o una debilidad menos.
El Tata necesita a los tres porque entre los tres hacen dos. Renunciando a uno, la medular queda -más- coja. O se pierde el orden, o el único sostén defensivo o los interminables recursos de Andrés. Pero como que tres jugadores hagan dos, implica que falta uno, con marcador en contra Matino se ve obligado a jugar con once. Dependiendo del partido su elección varía. Xavi si se opta por abrir los ataques y agitarlos para que la mayor calidad culé pesque en río revuelto, Cesc si se sacrifica la red de seguridad atrás buscando que el ataque sostenga tensa la cuerda, e Iniesta si se decanta por mantener tanto la estructura defensiva como la ofensiva a cambio de perder el gesto diferencial, la ventaja individual. Tres decisiones distintas que suman al once un jugador. Pero las tres restan.
LeTissier
Posted on sábado 19th abril, 2014, 1:38pm
Totalmente de acuerdo con esta entrada. En lo futbolístico ese es el principal problema.
Y en mi opinión, la solución pasa por subir a Busquets, el verdadero sustituto de Xavi, al interior.
Andrés
Posted on sábado 19th abril, 2014, 9:26pm
El problema es que Martino juega con la terna Xavi-Iniesta-Cesc por sistema, no como recurso. Me pareció bien en el campo del City o de inicio en la final de Copa, por ejemplo, pero si te enfrentas en casa con un rival que sabes jugará a esperarte atrás o estás obligado a remontar una eliminatoria pierde el sentido completamente. Intuyo que el Tata no se atreve a tocar a jugadores con mucho peso en el vestuario —como Piqué en la primera parte de la temporada, o Mascherano, Xavi o Cesc en la segunda, o Alves durante todo el año—, aunque esa es otra historia.
El segundo problema de juntar a los tres bajitos está en la ubicación del resto de atacantes, pues obliga a desplazar a Messi o a Neymar a la banda derecha, donde ambos bajan mucho su rendimiento, o bien a dejar al brasileño en el banquillo —volvemos a la lectura anterior, Neymar tiene un estatus mayor que el de Pedro o Alexis—. Y para más inri, el trío que se junta para defender la zona derecha del terreno de juego, Alves, Xavi y Messi-Neymar, convierten ese carril en un auténtico coladero, un problema más que añadir a la nefasta estructura defensiva del equipo.
Por cierto, la previsibilidad del primer cambio de Martino no solo consiste en hacer entrar a Pedro o Alexis en lugar de uno de los interiores, sino que, sea cual sea el marcador, ordena la sustitución en torno al minuto 65. Y en verano decían por estos lares que el Tata iba a darle al equipo ese nuevo aire que tanta falta le hacía…