Cuando ya casi nadie, ni siquiera los propios jugadores, esperaban esa “bola extra” que les puede arreglar la temporada, en forma de título de la regularidad de una año bastante irregular, todo hay que decirlo. El sábado nos llega el último partido de la temporada, antes de que muchos de estos jugadores se vayan de vacaciones y otros, los más afortunados, vayan a Brasil a demostrar cual es la mejor selección del mundo.

Si una baja se ha revelado especialmente significativa en este último periodo del curso, ha sido la del mejor central vistiendo de azulgrana, el tres, Piqué. Y cuando hablamos de Gerard, hablamos de un jugador con una lectura de la jugada al alcance de muy pocos zagueros. Su baja te condiciona de tal manera que, simplemente, el Barça juega pero sin él. Los latifundios a la espalda de los laterales son más pronunciados, las decisiones equivocadas sobre cuando encimar, cuando anticipar y cuando, sencillamente esperar, son más preocupantes porque ya no está el corrector detrás. Y, un parámetro importantísimo en este Barça del S. XXI; la pelota no sale tan limpia de la base. En una palabra, se pierde jerarquía, y cuando enfrente se tiene a uno de los delanteros más peligrosos de la Liga como Diego Costa y a un habilidosísimo mediapunta colocando balones al espacio, como Arda Turan, estamos hablando de una gran pérdida. Esperemos que llegue a tiempo. Si no probablemente sería Bartra, una vez más, el que siga haciendo cursos acelerados de lo que supone manejar el latifundio de la frontal de tu propia área en este club tan especial.

Uno que sabemos que no va a llegar y que probablemente nunca más volvamos a verle vistiendo el escudo azulgrana, es Víctor Valdés. Si para hablar de Piqué hablábamos de jerarquía, en el caso del número uno en la historia de la portería blaugrana, no podemos menos que comentar lo mismo; la sombra de Valdés abarca desde debajo de los palos hasta más allá de la frontal de su propio área. Es, además de un portero, un jugador de fútbol, con todo lo que eso implica para el fútbol practicado por los de Martino. Superioridad desde la salida de la cueva. Y sobre todo, un portero que te da puntos, y, por qué no decirlo, campeonatos. Su ausencia no sólo condiciona el juego del equipo azulgrana, sino que envalentona el planteamiento del equipo rival, en este caso el del Cholo Simeone. La presión arriba del rival cobra más sentido que nunca, incluso desde la salida de balón en la base. Pinto en ese juego de pies no es Valdés, pero tampoco es un portero que no se maneje bien en ese arte. Lo complicado es que el gaditano también te de puntos… y en este caso Ligas.

Alba es uno de los laterales más punzantes y con mayor capacidad de recorrido de la Liga. Podría ser un jugador clave, sobre todo en el caso de que el Tata, en un alarde de inventiva, decidiera sorprender al Cholo y plantara un 3-4-3 en el terreno de juego. Un jugador al que se le ha puesto el cartel, erróneo en este caso, de mal defensor, cuando muchas veces su capacidad correctora y de retorno le ha permitido cerrar hasta el palo contrario. Y su habilidad para pronunciarse en el ataque, permite doblar con cierta asiduidad al extremo de ese lado izquierdo, así como generar uno de los triángulos más productivos que hoy podemos ver en el Camp Nou, junto con Iniesta y, como digo, el extremo de esa banda. Esperemos que Jordi llegue a punto ese sábado.

Por último destacar una ausencia que no por esperada, dado que lleva varias semanas en el dique seco y ya se sabía que para este partido llega muy justo, deja de ser menos relevante; Neymar Jr. Puede perderse precisamente uno de los partidos donde más relevante ha sido este año, dada su capacidad para hacer goles en los Barça-Atleti. Y este sábado el Barça debe de marcar al menos un gol. Pero es que, si de fútbol hablamos, el brasileño ha sido una de las sensaciones de la temporada en cuanto a jugador desequilibrante. Y eso el sábado, ante una defensa tan pétrea como es la del Atlético de Madrid, es un factor que puede tener su especial relevancia. Sin obviar la sociedad de la que ya hemos hablado antes entre Neymar, Iniesta y Alba. Su posible ausencia tendrá dos soluciones, plausibles: la posible inclusión de Iniesta en dicha banda ejecutando un rol que ya le hemos visto este año, o el posicionamiento en la izquierda de Pedro. Según mi punto de vista, dos soluciones deficitarias cada una por distintos motivos.

Puyol también parece que no llegará a tiempo para esta final, pero en este caso tan solo constata el error que fue no fichar un central este verano. Por el bando atlético, Diego Costa sí parece que llegará a tiempo, por lo que la pieza más importante del bando rival, estará en el terreno de juego poniendo en continuo jaque la defensa blaugrana. Esperemos que el sábado, después del partido, hablemos más de los que estarán presentes que de todas estas posibles ausencias.