EL (ESCASO) LEGADO DE MARTINO

Venir a estas alturas del verano a hablar de la aciaga temporada que hemos vivido puede ser incluso desagradable. Martino, como él mismo reconoce, ha fracasado en el último intento de mantener en vida a un equipo que llevaba ya seis temporadas en todo lo alto del fútbol europeo. Jerarquías muy marcadas, sistema anclado y las mismas ideas que siempre; el Tata, consciente de ello, nunca pudo aportar una excesiva evolución al colectivo para hacer algo más duradero un proyecto en vías de traspaso a la era del recuerdo y la memoria colectiva.

Pero más allá de la citada mala temporada Martino aportó y dejó algunos detalles que podrán y probablemente serán aprovechados por Luis Enrique a partir de esta temporada. El Tata heredó una gestión de vestuario muy conservadora en la que varios jugadores llamados a formar parte y tener importancia en proyectos venideros pasaron más tiempo viendo partidos desde el sofá de su casa o un asiento preferente en la grada que no convocados o en los campos de fútbol. Se trata sobre todo de los casos de Bartra y de Sergi Roberto.

Ambos jugadores probablemente no sean tan buenos como pensamos, o no tan buenos como para capitalizar ningún proyecto de enjundia en un equipo como el Barcelona, pero sí han demostrado que tienen nivel para formar parte de una plantilla como la azulgrana. Bartra el año pasado fue el quinto o sexto central, marginal para Vilanova y en una rotación por detrás de Piqué, Mascherano, Puyol, Adriano y Busquets. El que era el tercer central (el único central puro junto a Gerard y Carles) estaba por detrás de jugadores readaptados a esta posición dejando en entredicho la planificación deportiva como el auténtico nivel de Marc.

Martino aportó en esta posición normalidad. Mascherano se mantenía en el once ideal del técnico argentino, pero si alguno de los dos centrales titulares no podía jugar el Tata se la jugó sin reservas ni dudas con Marc. Una decisión que aportó confianza y regularidad al joven central catalán y que permitió que este se asentara y se sintiera al fin jugador del primer equipo con todas las de la ley. Bartra no es perfecto, su juego ha de evolucionar, pero Luis Enrique heredará a un central asentado en el primer equipo y convencido de que esta es su casa. Martino le dio la oportunidad.

El otro jugador al que el Tata le dio un rol concreto en el primer equipo y pudo evolucionar y jugar fue el caso de Sergi Roberto. La temporada pasada fue marginal durante todo el año, se cuestionó incluso su continuidad en el primer equipo pero Martino en un tramo de la temporada (noviembre-diciembre y comienzos de enero) le dio cerca de 20 partidos con titularidades y suplencias con más de media hora de juego que le dio al catalán un rol útil y concreto a la plantilla. Sergi Roberto pasó de no ser nada en el primer equipo a ser un futbolista metido en dinámica competitiva durante toda la temporada.

Martino se fue por la puerta de atrás y su figura será desprestigiada y marginada por los anales de la historia. Y más allá del fracaso deportivo que ha sido la temporada 2013-2014 el argentino regaló a su heredero el asentamiento de dos canteranos en el primer equipo. No eran dos casos fáciles de gestionar, pues si Vilanova no contó con ellos sería por algún motivo, y el Tata supo hacerlo en su momento.