Han pasado más de 24 horas del “fin de fiesta” del curso 13/14 que concluye con 0 títulos en las vitrinas y muchas dudas de cara al futuro. Opiniones, reflexiones, salidas, llegadas, así fue el domingo culé en la red. Tiempo tendremos en Rondo Blaugrana para detenernos en el análisis de lo ocurrido esta temporada, tanto nombre por nombre como globalmente e intentar vislumbrar las claves de la próxima temporada, el reto de volver a ser lo que fuimos.

Tras el adiós del Tata, el que ocupe su lugar (el que todos imaginamos) deberá gestionar el fracaso porque este año deportivamente no se puede hablar de otra cosa. No es fácil hacerlo y más con un grupo no acostumbrado a ello, un grupo al que algunos definen como “cansado de ganar”. Deberá cambiar piezas, deberá retomar la exigencia, deberá regenerar el hambre de victoria y deberá volver a sentar las bases sobre las que se edificó el equipo de hace unos años. Toma de decisiones y libertad total para llevarlas a cabo, esas herramientas ha de tener el nuevo inquilino.

Hayan altas y bajas la mayor parte de la plantilla será la de este año y en ese escenario se plantea otra decisión importante a tomar por parte del nuevo entrenador: la gestión de grupo. Existen teorías -cientos-, textos -miles- y experiencias personales -millones-. No hay una receta mágica, no hay un solo camino. El adecuado siempre ha de partir de dos premisas: honestidad y justicia hacia los componentes. Luego vayan aderezadas con dureza, mano derecha o una mezcla de ambos es elección del líder pues ninguna de ellas asegura nada de per se. Lograr la cohesión del grupo, un reparto y aceptación de roles, asunción de obligaciones por parte de los integrantes y anteponer el bien común al individual han de ser los objetivos.

Me reafirmo en que esta temporada la mayor carencia del equipo ha sido futbolística pero no podemos obviar que todo lo ocurrido en el vestuario estos últimos 6 años afecta al grupo, tanto haber sido “Dioses” como la caída al Averno final. Recuperar la ilusión y el valor del colectivo, tareas para un valiente. ¿Fácil? Seguro que no. ¿Realizable? Por supuesto que sí.