Los futboleros medimos nuestra vida no en años, sino en Mundiales. Y el de este año es tremendamente especial pues se juega en la cuna del fútbol sudamericano, en un país donde este deporte es más una religión que un juego. Digamos que es algo muy serio y evidentemente ese peso lo llevan sobre sus hombros los once que están en el césped.

Ese exceso de responsabilidad puede derivar en cierta imprecisión en el gesto técnico, y eso a estos niveles, se paga y más si enfrente tienes un equipo con la suficiente calidad como para saber aprovechar los errores rivales.

Y así llegó el primer gol croata, robo en centro del campo, salida rapidísima de Rakitic, apertura a la banda hacia Olic que centra al área pequeña y es el propio Marcelo el que introduce el balón en su portería.

Una Croacia que hoy disponía de dos lanzadores de máximo nivel como son Modric y Rakitic, escalonados, podríamos decir que más en la base el ex Sevillista, con todo lo que eso implica en transición defensiva.

Por parte brasileña, el doble pivote que Scolari nos tiene acostumbrados, con Paulinho y Luiz Gustavo en el medio compensando, o sería mejor decir ayer, intentando compensar un equipo partido por definición, donde tan solo los laterales trabajan a todas las alturas gracias precisamente a un Luiz Gustavo frecuentemente incrustado entre centrales. Unos laterales cuyas respectivas espaldas eran un manjar para el equipo arlequinado. Alves en particular estaba muy en «modo Barça«, con todo lo bueno y lo malo que ello implica; gran proyección al ataque, juego interior, búsqueda de la espalda de la defensa rival… y como contraprestación tenemos lo que ya conocemos de sobra: su espalda le sale al rival casi gratis.

Y Neymar, ¿qué?, pues el diez de Brasil, del que colgarán todas las almas de este enorme país durante estas tres próximas semanas, no siente el peso de la presión, está llamado a ser un grande de este deporte, un histórico. El sistema que ha creado Scolari es para él, sin más. Media punta con toda libertad por el frente de ataque, con un Fred que ejerce de limpiador por el centro, y unos Óscar y Hulk caídos a banda. Todos los jugadores buscan a Ney y todos los balones parados son suyos. Jerarquía con veintidós años…

De esa manera llegó el gol del empate, jugada en la frontal del crack que aprovecha la falta de especialista defensivo en la frontal por parte croata, y su golpeo defectuoso con la izquierda se cuela en la portería croata, indicándonos que la suerte va a estar con la rutilante estrella nacional.

Por parte croata, y hablando del flamante nuevo fichaje azulgrana, comentar que, quizá también empujados por la presión brasileña, ayer se desveló como un jugador mucho más de base de lo que nos tenía acostumbrados en el Sevilla. Ahora la incógnita es donde lo ubicará Luis Enrique y qué compañeros de fatiga tendrá. Ayer tuvo muy buenas lecturas defensivas durante la primera parte, que le permitieron salir bastante bien parado en varias transiciones defensivas croatas. Digamos que si Modric sí parecía tener más carta blanca a la hora de incorporarse al ataque, el siete croata debía sujetarse mucho más, con el tremendo impacto cara a las transiciones ofensivas del equipo balcánico.

En la segunda parte la presión brasileña bajó de intensidad y fue tomando más sentido el planteamiento croata con unos Modrid y Rakitic con mucho mayor peso en el juego, lo que por definición implica una mayor posesión de Croacia. Scolari lo intentó arreglar dando entrada a un interior de posesión como Hernanes, quitando a Paulinho. Pero la mayor contribución para la mejora del aspecto brasileño, fue del colegiado indicando un penalti inexistente sobre Fred, que finalmente convertiría el nuevo héroe local.

A partir de ese momento el partido se normalizó bastante y Brasil volvió a creerse como el anfitrión favorito para el título, no sin algún susto final, pero Óscar acabó coronando su buena actuación en el partido con el 3-1 a la contra, veremos. Gran prueba, donde el equipo local ha podido ser consciente que no va a haber regalo, que por algo estamos en la competición de competiciones. Lo mejor que se puede decir del equipo de Scolari es que hoy maduraron como selección, algo necesario para apuntar a según que cotas…