El Villarreal, rival del domingo, es quizá uno de los mejores equipos de Europa consiguiendo ventajas por banda. Logran asociar a tres, cuatro y hasta cinco jugadores y generar una jugada de peligro a partir de ahí – en profundidad o buscando el lado débil-. Para conseguir que el rival no bascule a tiempo mueven rápido el balón, siendo Bruno ese eje de circulación de banda a banda, apoyado unos metros por delante en Triguero.

Desde que Lucho trazó su primer esquema, las dudas volaron hacia los costados. ¿Cómo conseguirá el equipo ser amplio y que el rival no se encierre por dentro?

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Por ahora, se ha probado con los laterales abarcando toda la banda. Es una solución que tiene debes. Por norma, los laterales no son autosuficientes en campo contrario -a excepción de algunos como Marcelo- y sufren para generar juego recibiendo en parado. Alba necesita más que nadie llegar desde atrás, y aunque Alves tiene más capacidad asociativa, siempre ha creado más peligro entrando a la espalda del lateral rival. Adriano, quizá la opción con más desborde, es una incógnita ahora mismo.

Y claro, el rival lo sabe. Si no le amenazas por ahí, se meterá un metro más hacia el medio, contribuyendo al atasco, y corrigiendo en el momento que el balón vaya a banda. Pero si el rival va a estar más pendiente de lo que pasa por dentro, si va a descuidar las bandas, entonces la lógica dicta que por ahí será más fácil atacarle. Los laterales necesitan ayuda, y quizá echando un ojo al Villarreal podamos encontrar una solución.

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Aunque con esquemas diferentes (4-4-2 vs 4-3-3) ambos comparten la posibilidad de colocar en el carril exterior a tres o cuatro jugadores de forma casi permanente. Interior, lateral y extremo son tres que rondan la zona, y con una cuarta presencia de Busquets (MC) o Messi (MP), la cosa ya se parece bastante. El FCB cuenta además con jugadores capaces de circular con rapidez y al primer toque. Busquets es el mayor exponente, pero centrales como Mathieu o Bartra, e incluso los interiores, tienen esa habilidad para hacer que el balón corra más que el rival. Es la única manera de evitar las basculaciones constantes y el ahogo en todas las zonas del campo.

El año pasado, la Real Sociedad planteó un escenario de mucho tráfico por dentro y bandas libres para progresar, y el Barça de Martino se atascó ante ese regalo. Neymar, demasiado alejado, se obcecaba en encarar a su lateral, pero sin compañeros a su alrededor para combinar. Osasuna repitió plan un par de jornadas después, pero ahí el equipo ya tenía solución: encontrar asociaciones en las bandas. Si Neymar, un buen fintador, se atascó en ese escenario, qué podrán hacer unos laterales menos duchos en el arte del engaño. Necesitan ayuda. Veremos si Lucho querrá parecerse al Villarreal.