La última carga de la vieja guardia

Salvando a equipos que, como el Osasuna o el Levante, suelen apostar por plantillas maduras para navegar en las aguas del descenso, se puede afirmar que la Liga BBVA se siente poco inclinada a valorar al jugador veterano como un recurso de primer nivel. Los grandes equipos españoles rara vez reorganizan su estructura de juego para mantener la relevancia de sus estrellas y es probable que, en este particular, el Barça sea el equipo de elite más renuente a matizarse. Mientras que la veteranía de jugadores como Totti, Pirlo, Scholes, Giggs, o Klose ha sido considerada un activo fundamental para sus respectivos equipos, que buscan vías para mantener su ascendencia en el juego, en el Barça la apuesta parece consistir en un todo o nada. O pieza clave o estorbo. O leyenda o «vieja guardia». Puestos a especular, yo diría que una Juventus, un Manchester United o cualquier equipo dirigido por Mourinho, habrían hecho lo imposible por crear un entorno adecuado para que los cumpleaños de Xavi Hernández se notasen lo menos posible. El Barça, sin embargo, insistió hasta el final en mantener a Xavi en el interior derecho, sin protegerle con un entramado defensivo adecuado a sus necesidades. Podríamos coincidir en que Xavi, como director de juego indiscutido, naufragó, pero en su caída hubo más grandeza que en la de todos los centrocampistas del Barça. Xavi fue el mejor medio culé de 2014 y, por otra parte, ni Cesc Fábregas ni Thiago Alcántara habían sido capaces de discutir su hegemonía durante más de tres partidos seguidos.

Por tanto creo que es legítimo que nos preguntemos qué habría podido aportar Xavi si no se hubiera hecho caer sobre sus espaldas el desorbitado peso de hacer funcionar, casi por inercia, a un conjunto agotado. Sospecho que, con la ayuda de algún ajuste defensivo, el rendimiento de Xavi pudo haberse mantenido, si no al nivel de 2011, muy por encima del de 2013. ¿Está el Barça a tiempo de aprovechar la veteranía de Xavi Hernández desde un rol secundario, o acoplado de alguna forma tangencial al juego? Yo me temo que será difícil; de hecho, el riesgo de que un Xavi alejado de su mejor nivel se imponga a sus competidores por pura calidad no debería desdeñarse. Un jugador cuya madurez debería haber supuesto una bendición competitiva para el Barça se nos aparece a 2014, ojalá me equivoque, como un cuerpo extraño en una plantilla en clara transición hacia formas de juego más verticales.

El caso de Dani Alves, en principio, tiene poco que ver con el de Xavi, puesto que el rendimiento del lateral fue tan decepcionante en la Copa del Mundo que parecen confirmarse los peores augurios acerca de su condición mental. Sin embargo, creo que sería muy injusto responsabilizarle en exclusiva de su pobre desempeño defensivo en el Barça de los últimos años. A Alves se le exigía cubrir la espalda de Xavi, marcar a su par, colaborar en el juego interior, ensanchar al equipo por fuera e irrumpir como extremo, en uno de los escasos recursos del Barça de Pep que sobrevivieron al declive. Este último detalle, por cierto, no me parece baladí. Atodo ello tenemos que añadir que Alves era uno de los pocos jugadores dotados para encimar al rival en campo contrario. El Barça desnaturalizó al brasileño a fuerza de colocarle frente a retos imposibles, y aún así es de suyo reconocer que en momentos claves de la era del Tata Martino, Alves fue capaz de marcar la diferencia. Si se queda en la plantilla, ¿será capaz Luis Enrique de exprimir el último servicio de un jugador que, por edad, aún debería resultar un activo valioso? Si no median problemas extradeportivos, yo estoy convencido de que Alves puede imponerse a cualquier competidor, y ello por dos motivos claros. En primer lugar, sus prestaciones en el juego interior, toda vez que Rakitic dista de ser un medio de posesión, puede resultar imprescindible. El segundo motivo nos acerca a la situación de Xavi. Ni Montoya ni Adriano han mejorado las prestaciones de Alves; más aún, pocos laterales del mercado aseguran un rendimiento superior. Y mucho menos un rendimiento inmediato.

En un club que los ultimos años se ha especializado en convertir activos en problemas, cuesta visualizar un escenario en el que se aproveche sin drama los recursos de la «vieja guardia» y, sin embargo, en el fútbol se repite una máxima que ha hecho arrojar cientos de guiones a la basura. El talento termina por imponerse… incluso cuando ya no es oportuno que lo haga.