Fuera del campo es un chico que suele pasar bastante desapercibido. Con una actitud muy alejada del típico futbolista de élite, Andrés no lleva piercings ni tatuajes y tampoco se pinta el pelo, como un día dijo Pep. Esa sencillez se ha plasmado en el campo durante un buen tiempo, mezclada con algunas gotas de magia al alcance de pocos. Su mejor faceta siempre ha sido esa facilidad al eliminar rivales en conducción y aportar un penúltimo pase que hacía que sus números no fueran gran cosa, pero sí su aportación al equipo. Y quizá el principal problema de Iniesta sea que esas dosis de desequilibrio se espacian mucho en el tiempo.

A decir verdad, si hay algo que realmente me preocupa de Andrés es esa irregularidad. Con un patrón que se ha repetido de forma casi idéntica desde la marcha de Pep, Iniesta aparece a cuentagotas hasta la segunda vuelta, donde se entona de forma espectacular un par de meses para volver a esfumarse, como si de un genio en una lámpara se trata. Es cierto que la situación en estos últimos años no ha sido precisamente idílica, pero está claro que hablamos de un jugador que es conocido por su irregularidad, y a pesar de todo, ante un mal partido o tramo, cuesta señalar.

Sumando todo lo mencionado anteriormente llegamos hasta el día de hoy, en el que con un Xavi dando sus últimos coletazos como profesional, el manchego debe dar un paso adelante. Quizá así lo exige el equipo, que no va muy sobrado de interiores de primer nivel -¡qué gran problema hay ahí!- y que necesita un extra que parece que Iniesta estaba dando en el inicio del curso. Y digo estaba porque Andrés vuelve a ser ese jugador que, aunque sí deja detalles durante un partido, no alcanza a sumar de verdad. Desde el partido ante el Málaga ha vuelto ese el que ni pincha ni corta. Y si algo necesita el Barça es ese líder, y si no, al menos, un escudero para Rakitic.

Desviándome un poco del tema y globalizando algo más en el asunto, esa falta de interiores de calidad es uno de los grandes puntos débiles de esta plantilla -junto a los laterales, cuya situación analicé hace unas semanas– y puede causarnos problemas, si es que no lo está haciendo ya: con Rafinha sin acabar de recuperarse de su lesión, un Sergi Roberto que no va a pasar de suplente y un Xavi que está acabando sus días en el club siendo un buen revulsivo para el equipo. Esto nos deja a Iniesta, del cual ya hemos hablado, y a Rakitic, que está siendo el mejor con diferencia aunque todavía sufre ante equipos replegados. Al fin y al cabo, a falta de que Rafinha por fin se integre a la dinámica del equipo, habrá que esperar a un Iniesta que siempre llega tarde.