Pep instaló el juego de posición en el ideario blaugrana. Bueno, no lo instaló, pero sí le dio el toque definitivo, coincidiendo con una generación de jugadores inigualable. También encontró su némesis: los equipos top europeos que se encerraban en su área y mataban a la contra. Chelsea, Inter, Real Madrid… Esos rivales juntaban líneas, le negaban el espacio del que vive el JdP y tomaban el control del encuentro. Y salían de la trampa de la presión.

Tito verticalizó ligeramente al equipo. Consiguió un histórico récord de puntos pero fracasó en Europa -aunque nunca sabremos lo que habría podido pasar con él en el banquillo-. Martino radicalizó la propuesta. Los resultados le avalaron durante la primera parte de la temporada, pero diversas causas le empujaron a dar marcha atrás. Resultado: mayor competitividad en Europa que la temporada anterior, menor competitividad en el campeonato doméstico.

Esto se explica porque los requerimientos de los partidos grandes y pequeños para la plantilla blaugrana son diversos. Los pequeños exigen los espacios que los rivales le niegan por defecto. Abandonando el JdP, alargando el equipo, jugando peor, se acerca al gol, y la mayor calidad en ambas áreas decide a su favor. Los grandes exigen JdP, porque el rival iguala calidad en las áreas, avasalla físicamente al mediocampo, y es capaz de inclinar la balanza a su favor. La única solución es defenderse a través del balón, progresar pausadamente, juntar al equipo alrededor del esférico.

Por eso Lucho se agenció el Delorian y volvió para darse un garbeo por el pasado. El experimiento funcionó un rato -minuto 30 al 45 y sobre todo minuto 45 al 60-, cuando el equipo se juntó y consiguió minimizar las contras del Real Madrid al tiempo que producía ocasiones de gol. Entonces llegaron los cambios se desnaturalizó el equipo. El gol encajado tras córner a favor tampoco ayudó.

Pero vamos a segmentar un poco más el partido. La cosa empezó con un gol tempranero de Neymar y la señal de alarma encendida en el conjunto blaugrana siempre que no tenía el balón. El Real Madrid necesitó de muy poco para provocar ese desbarajuste: CR a la izquierda, atrayendo rivales; Marcelo doblándole, Isco como apoyo; y Benzema y James cargando el lado débil. Esa misma jugada se repitió machaconamente y solo la suerte impidió el empate. Probablemente fueron los peores minutos del FCB desde la eliminatoria del Bayern hace dos años.

vaciado lado debil

vaciado primer palo

iniesta tarde

A partir de ahí, el Madrid perdió su empuje inicial y las fuerzas se igualaron. Xavi cogió el timón y empezó a cocinar posesiones largas, el FCB se juntó un poco más alrededor del balón y las aproximaciones locales se espaciaron en el tiempo. Era la única forma de defenderse: teniendo el balón.

El Barça encontraba fácil la espalda de la línea de medios blanca, y la presencia de Suárez por dentro, a diferencia del inicio, impedía a los centrales salir a anticipar. Esto enviaba a Messi a la media o a la derecha. Y sumaba a Xavi por delante del balón. Volvió a dar un clinic de entendimiento del juego, de trabajo ofensivo y de clase.

espalda rival

apoyo

messi derecha

Esto permitió a los blaugranas recolocar un poco su defensa, y durante un rato el Real atacó peor. Volvió a encontrar el agujero juntando a Isco y Marcelo, que siguieron ganando línea de fondo en cada jugada. Esta vez con tres hombres cargando el área. Se redoblaba la apuesta, y se dejaban más huecos atrás. Poco le faltó al FCB para aprovecharlos y poner el 0-2. Vencía líneas mejor, llegaba a campo rival, y una vez allí se instalaba fácil en las inmediaciones del área a la espera de una genialidad. Lo dicho, faltó muy poco.

Tras el empate, la cosa se igualó mucho. El inicio del segundo tiempo, a pesar del gol, diría que estuvo ligeramente del lado visitante. El equipo defendió algo mejor, consiguió posesiones más largas y llegó con peligro a las inmediaciones del área madridista. Con los cambios y el 3-1, se cayó el invento. La suerte estaba echada. El equipo siguió intentándolo, pero mejor pasemos de puntillas sobre la última media hora.

triangulaciones

masche agresivo

CONCLUSIONES

1. Messi y Neymar deben acostumbrarse a los movimientos de Suárez. Esto llevará cierto tiempo pero rentará. Luchito sabe jugar a esto. El sábado nos deleitó con un abanico de movimientos de arrastre, apoyos -tercer hombre- y buen primer toque.

2. Luis Enrique necesitará trabajar el problema defensivo que suponen los costados. Suárez y Neymar no llegaban, y la línea de medios no puede abarcar una cantidad tan grande de espacio.

3. Ahora mismo, el FC Barcelona no puede defender en estático, por sistema y por falta de «atleticismo». Los extremos no se juntan con la línea de medios, entonces estos tres deben cubrir demasiado espacio, aparecen huecos. Encima los centrales no apoyan porque temen desproteger su espalda. Vimos en la segunda parte cómo Masche era mucho más agresivo sobre movimientos de apoyo de Benzema. Justo en los mejores minutos del equipo. ¿Casualidad?

4. Rakitic está, ahora mismo, por debajo del nivel de Xavi e Iniesta. Por eso no salió el sábado de inicio. Paciencia. Esto es otro mundo y cuesta adaptarse. Ante el Ajax le vimos mucho más liberado y profundo. Que siga evolucionando.

5. Xavi sigue sin sustituto. Él era el faro. Messi e Iniesta no logran adaptarse a su nuevo rol. Fallan en la toma de decisiones. Arriesgan antes de que el equipo se junte. Y luego se defiende peor. ¿Acabado? No descartemos que vuelva a acabar el año siendo el mejor interior del equipo.

6. Creo que Lucho acertó en su idea. El equipo no tiene ahora mismo capacidad para contener el caudal ofensivo que generan los blancos. Los mejores momentos del equipo fueron amasando balón, lo que legitima su apuesta. Pero el equipo fracasó en llevarla a cabo durante media hora, tiempo suficiente para recibir un severo correctivo.

7. Aún así, Martino decidió correr el año pasado y el equipo sacó un 3-4. Messi te legitima ese planteamiento. Y acompañado de Neymar y Suárez, todavía más. Pero claro, deben tomarse medidas auxiliares para cortar la sangría defensiva. Como los cuatro centrocampistas. Entonces nos sobraría uno arriba. Difícil.

DE CARA AL FUTURO

Lucho debe definir su sistema. Cómo quiere atacar y, en consecuencia, cómo quiere defender. Si quiere correr o quiere pausar.  Quién debe ser el encargado de tomar esa decisión y marcar el ritmo del equipo.

No lo tiene fácil. Por lo visto el sábado, los tres de arriba no van a trabajar mucho en defensa. No van a seguir a sus pares, al menos no siempre. Pero aunque no defiendan, tampoco están atacando. No se posicionan para recibir el balón tras la recuperación, para iniciar la transición.

Tampoco parece que sea la mejor opción ante los equipos grandes. Cuando el equipo corre se parte, y ataca y defiende en inferioridad numérica, porque sus medios no llegan a un lado ni al otro.

Si no quiere correr, necesita que todo el equipo defienda junto. Que presione junto y que repliegue junto. Algo que no estamos viendo. Los de arriba presionan y los de atrás reculan, y los del medio se quedan vendidos, cubriendo un espacio inabarcable para sus capacidades.

La base del juego de posición es que todo el equipo se mueva en la misma dirección, que estén juntos. De esta forma, en defensa, cada jugador tiene que abarcar un espacio mínimo, y no necesita una gran lectura defensiva, solo intensidad. Los defensores blaugrana parece que siempre salen tarde. Normal. Tienen que decidir. Mucho espacio, decisiones más complejas. No están cómodos.

Lo vimos en la segunda parte, seguramente tras charla de Lucho en el descanso. Masche salió dos pasos por delante. Pero a Piqué le cuesta. Se siente que ya no confía en su físico, y eso le lleva a defender un pasito por detrás. Lo suficiente para que las recepciones a la espalda de Busquets sean una bicoca. Cualquier jugador de élite las encuentra.

Una u otra, el míster debe definirse. Mezclar el tocino con la velocidad no suele ser una buena receta.