Dicen que el aficionado che tiene un punto de irracionalidad extra en relación a todo lo que se relaciona con el club y su plantilla. Que no saben exigir, que se pasan, que viven en una montaña rusa emocional. Yo no percibo ese deje con claridad: vivo en Barcelona, y tengo más tendencia a atribuirle ese cliché al culé medio, cosa que no deja de tener gracia, puesto que el culé medio es precisamente el clásico individuo que, al poner cara rara cuando se entera de que soy che, decirme que estamos todos locos.

– Caballero, observo que ha deseado varias veces en la tertulia que se lesionen Messi y Cristiano en el clásico, y también Marcelo y Alves. Yo mismo deseo la triada para la mitad de esos nombres, pero solo la mitad. Usted va más allá ¿Qué podría explicar tan curiosa conducta?
– Soy che.
– ¿Cómo?
– Del Valencia.
– ¡Ah! Estáis todos locos…

Estamos todos locos.

Los precedentes

Por supuesto, todo se basa en un cruce de prejuicios. Pero si realmente nos centramos en lo importante, que es el partido de éste sábado, tendremos que retroceder en el tiempo hasta principio de la temporada 2014-2015, y mirar a Nuno Espirito Santo fijamente a los ojos.

El Valencia de Nuno sorprendió a muchos haciéndose a la mar con unos planteamientos tan intensos como efectivos basados siempre en un 4-3-3 con Fuego, Parejo y André Gomes en zonas centrales y siempre basándose en un centrocampismo de roles muy definidos, que eran, por así decirlo, exageraciones de las tendencias naturales de cada futbolista. Así, mientras Parejo se dedicaba a gestionar la posesión y a decidir sobre la paleta de colores del mapa térmico de la posesión, Javi Fuego se centraba casi exclusivamente en tres tareas: recuperación rápida tras pérdida, salida de balón desde zona de centrales y permutas en el repliegue -por lo que pasaba buena parte de su tiempo como central libre-. El único jugador menos definido del trío era Gomes, que tendía a hacer un poco de todo -para desesperación de Parejo, cuya zona de influencia y funciones se veían afectadas por la intrusión-. Esta tendencia al picoteo de André se fue corrigiendo, subiendo el luso con más asiduidad y criterio a zonas «de diez», hasta que de cara a finales de Septiembre el juego del equipo alcanzó visos de proyecto serio. Luego, la lesión de Parejo obligó a Espiritu Santo a recuperar una variante de pretemporada, el 4-4-2 y a vivir del sufrimiento propio y ajeno durante los 90 minutos.

El 4-4-2 por el que se apostó se desarrolló, en esencia, sobre el mismo sistema que el anterior esquema táctico, bajo los mismos principios clave: elevada intensidad, transiciones muy rápidas y roles futbolísticos claramente delimitados. El Valencia pasó de dominar por saturación rival sus partidos, algo que venía haciendo con una suficiencia interesantísima, a ser dominado por sus propios excesos. La ausencia de Parejo habla mucho sobre los intersticios de su fútbol, que es tan sutil como potente, pero también nos transmite el mensaje de que Nuno es un entrenador muy centrado en sumar perfiles y no tan centrado en lo que entendemos como el sistema de juego. Sin Parejo el entrenador che decidió simplificar el juego, asumir que a éste se le restaría una aportación vital para darle sentido. No es que tuviera muchas alternativas, pero tampoco creáis que diera muchos tumbos buscando alternativas: se quedó tan pancho.

El caso es que el Valencia ha estado dando tumbos en el último mes de competición, y en estas se le planta el Barcelona en casa justo en el momento más interesante: con la vuelta de Parejo y la previsible vuelta al esquema táctico más exitoso de su entrenador en la ciudad del Turia.

Las claves del choque

Por suerte para mí, que no veo mucho fútbol, éste partido lo va a plantear el Valencia desde sus urgencias deportivas a nivel de juego y no tanto desde una base exitosa inmediata que se tuviera que retocar para adaptarse al rival y a burlarse del scouting de éste. En otras palabras… Nuno tiene que imperativamente recuperar su 4-3-3 e incorporar a Negredo, seguir dándole hueco a Rodrigo y volver a la senda de la que tuvo que salir hace 4 semanas. La visita de Messi y Neymar a Mestalla parece una buena excusa para desempolvar movimientos que en poco tiempo se habían perdido.

Como recordatorio, un par de líneas. El Valencia que lo ha estado haciendo bien esta temporada ha contado con la profundidad de Gayà, en una banda izquierda muy dinámica y desde la que han salido todos los goles de centro del equipo que no fueran a balón parado. Barragán se suele mostrar mucho más comedido, por órdenes del entrenador, a la hora de efectuar subidas profundas. El pressing es muy intenso cuando el balón entra en zonas de robo. Hablamos probablemente de uno de los equipos que presiona con más intención de la Liga, pero que además no lo hace ni siempre, ni siempre igual: el Valencia alterna un repliegue intenso sobre la línea de centrales con fases iniciales muy agresivas en las que intenta encadenar una decena de robos consecutivos. Es un equipo mutante. Cuando un partido se atasca, entra el juego el tremendo dominio aéreo de los centrales y la sorprendente precisión de golpeo de Piatti, culpables de más de media docena de goles de estrategia.

Los nombres

La presencia de Feghouli, que se perfila como titular, nos abre un espacio de incertidumbre en cuanto a roles: estando claro el puesto de los tres de la medular, si Nuno quiere maximizar al Sosó más reconocible deberá reubicar a Rodrigo como extremo a pierna natural con la misión de alargar los espacios a la espalda de Alves. No es esta una elección tan obvia, puesto que Rodrigo se caracteriza por poseer un regate seco y casi chicloso cuando juega a pierna cambiada imposible de defender sin ayudas y que podría tener un impacto interesante en algunos escenarios de 1vs1 y defensa desprotegida. Si como contra el Sevilla Mathieu se ubica cerca de Alba para proteger su espalda, la opción de maximizar el juego de Feghouli es a priori más segura: el argelino no solo disfruta protegiendo el balón ante más de un defensor, sino que prácticamente busca esa situación para apoyarse en su lateral hasta abrir huecos.

La otra novedad relevante, aparte de la vuelta de Parejo, es el estreno de Negredo.

– Perdona, listillo, pero Álvaro no solo se ha estrenado: ha jugado de titular.

Sí, pero no acumula apenas minutos jugando con Parejo, y nunca ha salido de inicio encastrado sobre las espaldas de la triada compuesta por Fuego, Parejo y Gomes. El rol de Negredo en la descarga va a ser vital en el choque de hoy: no únicamente porque el delantero tenga unas aptitudes exquisitas en esa faceta, ni tampoco porque además pueda gestionar así el juego de sus equipos, sino porque una descarga efectiva del juego directo por su parte, con prolongaciones, es justo lo que necesita Rodrigo para brillar en su hipotético rol de extremo natural largo. Tendremos que andarnos con ojo y que no se nos escape nada del desempeño de esta joya de jugador que en los últimos años ha callado a todos los que defendían el valor de Soldado. Mientras que el valenciano se estancó, el vallecano ha adquirido una profundidad superior que le da un peso específico táctico poco común. Negredo contra el Barça va a ser uno de los focos obligados del encuentro, porque si el Barcelona interfiere razonablemente bien en su juego de espaldas, obligará a Nuno a salirse del guión y a arriesgar en la cocina, que es precisamente algo que va a intentar evitar a toda costa.

El entrenador che dispone de sólidos argumentos defensivos individuales contra el peligro que suponen siempre Messi, Neymar y Suárez, un tridente con unas combinaciones silábicas -Nemesu y Suneyme- que suenan a tsunami y némesis. Otamendi se crece en estos duelos, se pone acrobático y empieza a expresar su arte jugada a jugada con saltos de la rana, segadas al límite y bloqueando chuts de manera inverosímil. Nuno lo sabe y va a intentar que el juego se atasque una vez el Barcelona supere las líneas de presión dónde él considera que su equipo debe robar y salir a la contra. Donde el Barcelona puede ser demoledor es robando al ladrón: el Valencia es un equipo tan voluntarioso y con tal nivel de activación que pierde los papeles si algo no sale como se lo propone. Si no puede dominar aplastando o contragolpeando efectivamente, el equipo de Espirito Santo se abre y se parte en dos de manera bastante perceptible. Si eso ocurre, dudo que Luis Enrique desaproveche la oportunidad y no cargue con conducciones letales la zona a la espalda de Parejo: habrá encontrado el espacio para hacer sangre. Tendríamos que fijarnos, durante el choque, cómo gestionan ambos entrenadores sus armas en la media. La posición y las funciones de Fuego serán vitales, ya que el mediocentro está éste año tan especializado en tareas posicionales que sufre cuando todo el peso de la salida recae sobre él.

Tenemos, en definitiva, un tremendo partido por delante si no hay lluvia de goles en los primeros minutos. Además, la faceta más irracional y maravillosa de Mestalla estará rondando, con una afición volcada de locos valencianos que no conocen el lugar, asignado por otros, que tiene su equipo en el panteón oficial de los clubes. Ellos siempre se ven en lo más alto.