Manolín Cuesta, Fermín, Cruz Carrascosa, Pepe Escalante, Vicente del Bosque, Manolo Sanchís… son solo algunos de los nombres más ilustres que participaron en la última temporada del Córdoba CF en Primera División. Tras 42 años, la vuelta a la élite del fútbol español. Una generación entera –y parte de la anterior- no habían podido disfrutar de su equipo en la máxima categoría, pero la agónica victoria con ascenso en Las Palmas cambió la desilusión de más de 4 décadas por la más absoluta euforia.

El Córdoba CF, en su vuelta a la élite, elaboró una plantilla a coste cero y eso se ha notado en el rendimiento inicial del equipo. Una extravagante mezcla entre jugadores con nivel para media tabla, jugadores para zona baja y jugadores de Segunda o Segunda B que de un día para otro se encuentran ante el imponente reto de la Primera División. Acoplarlo fue tan difícil que cayó Ferrer, viejo conocido de la parroquia azulgrana y artífice total del ascenso blanquiverde. Djukic se hizo cargo de la “Cenicienta” de Primera y ha reconducido al equipo, sacándolo del descenso. Desde los primeros duelos con el serbio se notó la mejoría. Estilo similar al que implantó en Valladolid hace unos años. Carácter, seguridad en la parcela defensiva y cierto gusto por la posesión de balón.

El Córdoba visita un escenario gigantesco con ilusión, realismo y cierto alivio. Ilusión por puntuar, realismo por saber la dificultad de la misión y alivio por la victoria en San Mamés y el abandono del farolillo rojo. Una victoria que quizás mereció llegar antes, pero que llegó en otro de esos escenarios gigantescos que imponen respeto. ¿Por qué no repetir la gesta en el Camp Nou?

Se antoja complicado, más aún tras el último pinchazo azulgrana en Getafe, pero el fútbol no es una ciencia exacta. Para sacar algo positivo, los de Djukic solo pueden partir de una premisa fundamental: seguridad defensiva. No basta con estar cerrados y concentrados. El ataque-desgaste al que somete el FC Barcelona puede acabar con cualquier rival que cometa el más mínimo fallo, e incluso sin fallo, Messi puede decidir a su antojo.

¿Repetirá Djukic el once que ganó en San Mamés y empató a cero en casa ante el Levante? Apostaría rotundamente por el no. La portería tiene dueño desde la era Ferrer y será para Juan Carlos –escaso nivel para Primera, sobre todo en balones aéreos-. A partir de ahí todo es una incógnita. Campabadal –canterano azulgrana-, Íñigo López, Pantic y Crespo se antojan como titulares en la zaga, aunque también podría entrar Pinillos en el lateral zurdo. Por delante, Deivid –central reconvertido- y Luso o Ekeng –ambos con mucho músculo pero escaso trato de balón-, podrían formar el doble pivote. Abel Gómez jugó por delante del doble pivote en los dos últimos partidos, aunque su presencia en el Camp Nou me deja dudas. Poco trabajo y poca capacidad física para parar el juego interior azulgrana, aunque posee un gran lanzamiento en largo y es el único mediocentro del equipo capaz de hilvanar una jugada de peligro. En las bandas Djukic ha estado apostando por Fidel, Borja García y Fede Cartabia, aunque en el Camp Nou quizás cambie el planteamiento y coloque doble lateral en la izquierda -Crespo + Pinillos- por la habitual tendencia azulgrana a percutir por ese costado. De ser así, solo quedaría un puesto libre para los 3 antes mencionados. El único capaz de hacer daño al contraataque es Fede Cartabia, realmente rápido y habilidoso. Arriba no hay dudas. Ghilas se ha convertido en el 9 referencia del equipo. Un 9 autosuficiente al que apenas acompañan sus compañeros. Pese a todo, 4 goles en el zurrón, y eso que llegó pasado de peso y en los últimos días del mercado.

No importarán tanto los nombres como la actitud que tomen los mismos. Un error individual puede romper un gran esfuerzo colectivo, como se ha demostrado en encuentros anteriores. Pese a todo, y como decía el lema de la campaña de abonados de hace un par de años, ‘la ilusión ni tocarla’, porque nos lo hemos ganado. Nos hemos ganado disfrutar de esta categoría. No estamos en la categoría de paseo, llegamos para quedarnos.