Se suele decir que bien está lo que bien acaba, y lograr la victoria frente al PSG y el primer puesto de grupo puede validar para algunos el camino recorrido hasta aquí. Para otros, en cambio, estos cuatro meses de competición han dejado más sombras que luces en el presente y futuro del equipo. En lo que sí podríamos estar todos de acuerdo es que esta noche ha sobrevolado sobre el Camp Nou el espíritu del profesor Franz de Copenhague, aquel inventor del TBO que intentaba dotar de veracidad y ciencia artilugios para solucionar los problemas cotidianos más banales. Qué cosas se le ocurren a uno para empezar un artículo, madre mía…

El revuelo que organizó en las redes sociales el 11 de Lucho fue de aúpa y dio pie a especular con mil y una disposiciones sobre el campo. A las 20:45h, el misterio fue desvelado: MAtS bajo palos con una línea de tres centrales en defensa -Bartra, Piqué y Mathieu-, un cuarteto en zona central –Masche, Busi, Leo e Iniesta-, Pedro y Neymar como hombres de banda y arriba, de boya, Luis Suárez. Esta disposición base mutaba si la fase era ofensiva o defensiva, e incluso existieron diferentes variaciones durante el transcurso del juego.

De inicio, el planteamiento táctico de Luis Enrique en fase ofensiva fructuaba en la parte de arriba según Leo decidiera permanecer en el carril del 10 o bien venirse a la posición del 6, cosa que el equipo necesitó durante muchas fases de la primera parte. No creo que fuera buscado por parte del mister, sino que el rosarino leía el partido y tuvo que ponerse el mono de organizador-creador, aquel que creímos que quedó guardado en el baúl de los recuerdos de Almería. Porque Leo no solo es gol, desborde, conducciones, pases y asistencias, a Messi hay que sumarle a su lista de la compra que entiende el fútbol como pocos. Muchos pensamos que el primer objetivo del conjunto culé debería ser activar al argentino y proporcionarle las condiciones adecuadas, pues al final es al revés, Leo es el que debe hacer todo para que el engranaje del equipo se mueva, y también para él mismo. Así están las cosas.

En fase defensiva se intentó de inicio mantener la línea de 3, con Masche y Busi por delante y Pedro & Neymar de falsos laterales, pero a los 20 minutos se antojó inviable puesto que cada vez que un parisino tenía el balón de cara en la zona de ¾ se mascaba la tragedia. Los carrileros no actuaban como tales y eso obligaba a Bartra y en especial a Mathieu a acudir al rescate a la cal. Y en ese contexto, Piqué debía multiplicarse ya no por dos, sino por cuatro. La solución de Lucho fue bajar a Masche como un central más, pasando a línea de 4 en ataque posicional francés y mantener a Sergio como único MC en un peregrinar que no sabemos dónde desembocará.

¿Y qué ocurrió en el primer tiempo? ¿Fue todo negativo? Evidentemente no, hubo de todo, como en botica. Como positivo destacar que esta disposición sobre el campo mejoraba sustancialmente la presión tras pérdida culé, e incluso la transición defensiva ya que el PSG no se encontró con todas las facilidades del partido de ida. Y claro, cuando robas, pues llegas con espacios, casi nada para los tres bichos de arriba. El equipo estaba junto durante buena parte de los 45 primeros minutos, cosa reseñable. También destacar el papel de Suárez dentro de este entramado. Peleado con los controles y soluciones técnicas, logró mantener a los centrales parisinos en su zona, sin que fueran soluciones de las que Blanc pudiera echar mano para parar a Leo. El charrúa lo pelea todo y destila intensidad y generosidad en cada acción.

Hemos hablado de lo -poco- positivo y no nos podemos olvidar de lo negativo. Las novedades tácticas de ayer no acabaron de cuajar. Masche y Busi no pueden convivir y menos con la triada arriba. Si bien defensivamente pueden llegar a encajar bien -Sergio saltando y Javier a su espalda- en ataque no mezclan alturas ni roles. Ese espejo que se produce entre ambos resta un centrocampista a la ya despoblada y carente de peso medular culé. Y luego están las bandas, con un Neymar infrautilizado que cada vez que se interioriza saltándose el guión hace pupa -y sonreír a Leo- y que defensivamente no tiene cabeza para ello. En la banda contraria un Pedro algo perdido -normal con su nuevo rol- aunque sí podría tener continuidad en un futuro porque el canario puede convertirse en algo diferente, por mentalidad y capacidad de trabajo y sacrificio.

La segunda parte fue más de lo mismo, quizá con un PSG más arriba y  mayor control del partido rondando el área de ter Stegen hasta que Rakitic y Xavi saltaron al campo y volvió el 4-3-3. Y como no hablar del señor Hernández… No tuvo tiempo de organizar ni de mandar en la base, y menos desde el perfil izquierdo, pero sí dejó claro que no solo es el mejor centrocampista de la plantilla actual, sino que también es el mejor media punta de la misma -Messi no cuenta-. Desde ahí fue el mejor socio de todos, leyendo alturas y posiciones, ofreciendo líneas de pase y dotando de sentido los movimientos del resto -Don Andrés Iniesta, es eso lo que queremos-.

Luis Enrique maneja el ensayo-error más científico no en un laboratorio sino en los partidos importantes. Y como siempre pasa en estos casos, lo trascendental son las conclusiones que se extraen de cara al futuro inmediato siempre que no salte todo el instrumental por los aires. Juventus, Basel, Leverkusen, Arsenal, City, Shalke y Shaktar en el bombo del lunes, uno de ellos será el rival. Solo espero que el profesor Franz no se dé otra vuelta por Les Corts en los próximos meses…