Ten cuidado con lo que deseas, pues se puede llegar a hacer realidad… Nos hemos pasado media temporada especulando con una posible venta de Messi para el próximo verano, dado el supuesto descontento de Leo con club, entrenador y hasta compañeros. Justamente ha tenido que ser el mismo Leo el que saliera a desmentir su posible marcha, que a él, más culé que muchos a los que se les presupone, le parece tan irreal como lejos de sus intereses y deseos. Y aun así, ha llenado portadas con sus hipotéticas nuevas camisetas.

Pero vayamos al ámbito futbolístico. Qué implicaría, no ya una venta del astro rey, sino su mera ausencia de un once plausible sobre el césped. Tenemos como referencia más cercana varios periodos del año pasado, donde las lesiones, probablemente consecuencia de aquella noche en que se vistió de Cid Campeador para derrotar al PSG, fueron fieles compañeras de batalla. En aquellos periodos de tiempo se pudo apreciar, sobre todo, a un Neymar más centrado en su posición y en un rol de auténtico líder futbolístico del equipo. Hoy, a pesar de la tremenda temporada que está protagonizando el brasileño, la solución no sería probablemente la misma, dada la existencia del tercer bicho, venido de Liverpool, cuya presencia no sería tanto para generar espacios, como la de aprovecharlos. Y aparecería un tercer elemento que evidentemente reduciría el peso específico de la tripleta ofensiva, pero que a su vez abriría un abanico de posibilidades dignas de explorar.

La solución más evidente es el “cromo por cromo”, un nuevo punta arriba que dadas las salidas este verano de Alexis, Tello y más tardíamente y en forma de cesión, de Deulo, solo nos deja las opciones de Pedro, la de un algo menos fresco que a principio de temporada Munir, o la del también canterano Sandro. Implicaría que no se haría necesario un cambio de dibujo, pero según el elemento escogido, si podría haber un cambio de posiciones entre los de arriba, cogiendo forma, en caso de que el canterano fuera el elegido, la vuelta a sus orígenes de Suárez y su posible caída a banda derecha. Sea cual fuera la opción escogida, evidenciaría la falta de calidad en la punta de ataque para todo un Barça, por eso no sería tan descabellado pensar en un cambio en el dibujo, dejando a los dos cracks en punta –¿doble nueve?-, para sumar un centrocampista más de apoyo en el centro del campo. En el fondo un modelo que se acerca a ese Barça que se convierte en un 4-4-2, cuando el argentino bajaba a zona de medios, a generar superioridades desde la base. Se reconocería la falta de calidad tanto arriba, para encontrar un sustituto de nivel suficiente tras, como comentamos, las salidas del verano, como en el medio campo, donde al menos el aumento de efectivos, paliaría la también más que plausible disminución de prestaciones de dicha zona medular.

Con esta segunda opción sobre la mesa, se abre todo un elenco de opciones que pasamos a esbozar, con sus pros y sus contras.

Doble pivote con Busquets-Masche. Como sabemos aumentaría la fiabilidad del equipo en transición defensiva, o al menos en repliegue bajo. Dando alas a los hipotéticos interiores – ¿ideal para el juego de Rakitic?– como peaje disminuiría la calidad de la posesión en centro del campo, una de las históricas señas de identidad del equipo. Tendríamos que ver la ejecución de dicho mecanismo, donde el escalado de posiciones entre esos dos hipotéticos mediocentros, cobraría importancia capital.

Caso de no ser esa la opción elegida, todo nos lleva a que probablemente Xavi volvería a cobrar importancia capital en el sistema, siendo el “cuarto interior” un centrocampista más lanzador e incluso podríamos considerarlo, mediapunta. El croata parece de nuevo el idóneo en ese rol, pero la duda es como mezclaría el cuatro, con un equipo que de nuevo con el seis en el campo, que probablemente ralentizaría sus posesiones hasta el infinito. Si no fuera Rakitic el elegido, debería de ser Rafinha, no hay más opciones. Ahí la mezcla parece más natural, pero también menos fiable, el canterano de momento no ha mostrado el nivel suficiente para alcanzar la titularidad en este equipo. Puede llegar, de hecho se le espera, pero a día de hoy sigue siendo una incógnita. Al igual que en el caso de los dos mediocentros, esta opción dependería mucho de su ejecución. De cómo mezclamos o mejor dicho, agitamos, esa combinación.

Se han puesto sobre la mesa opciones más o menos factibles y que a todos se nos vienen a la cabeza, luego siempre podemos tirar de algunas más imaginativas, como la de sumar un lateral-interior como Alves al centro del campo variando hasta la línea defensiva, algo que ya este año se produce en bastantes momentos del juego de manera natural. O la de hacer el sistema lo más asimétrico posible, dejando esa zona derecha de la cal, actualmente propiedad del genio, libre para su posterior uso en forma de carga y llegada. En fin, las posibilidades son muchas, pero en este punto el lector ya se habrá dado cuenta de la catástrofe. Sí, la hipotética salida del once, por unas causas o por otras, del mayor genio que ha tenido este deporte y más en el estado de gracia en el que se encuentra este año, sería una hecatombe de dimensiones bíblicas. Anoeta. Cuidémosle…