En esta particular cuesta de enero del conjunto rojiblanco, toca volver al Camp Nou 10 días después de su visita liguera. Aquel encuentro, supuso una de las peores primeras partes del equipo del Cholo y uno de los mejores partidos, podría ser el más completo, de los de Lucho. Sin embargo, entre medias de aquella derrota, se eliminó al querido vecino en un nuevo KO a doble partido. Difícil de analizar entonces.

Pese a la proeza, por mucho que digan la distancia es abismal, de haber eliminado a los blancos; el Atlético no funciona como lo hacía antaño, de hecho, ha cerrado su primera vuelta con 41 puntos, 9 menos que la pasada en la que fue campeón. En Barcelona sufrió de lo lindo. En Madrid también se sudó lo suyo. Curiosamente en ambas ocasiones todo ocurrió en la primera parte. Si a eso se le suman varios encuentros de los considerados duros, como Bilbao y Valencia, en los que se naufrago en los primeros 45 minutos, la solidez ofrecida no es la misma.

Como vimos en Liga, el agujero rojiblanco está localizado en la banda izquierda, justo la de Leo Messi. Mal asunto. Según dicen, el argentino no se habla con su entrenador, debe de estar haciéndole la cama al estilo japonés, a base de trabajo y goles sino no se entiende. Si Gámez fue el damnificado de la pulga hace un par de semanas, se sobre entiende que el Cholo tomará las oportunas medidas entregando al sacrificio de cubrir las acometidas de Messi y Alves, a Siqueira, a no ser que se atreva con el canterano Lucas. Otro damnificado de aquella noche en defensa será Gimenez, probablemente sustituido por Miranda, uno de los centrales que estuvo en la agenda culé durante medio verano.

La línea de medios es toda una incógnita. Como estará el patio para que el más sobresaliente de todo este mes de enero sea Mario Suárez, el eterno candidato a salir en cada mercado. Gabi y Koke no están en su mejor versión: lentos, sin ideas, ralentizan el juego en muchas ocasiones, sin ser los motores que hacían carburar al equipo la temporada pasada. De hecho, frente al Granada se pudo leer la desesperación en los labios de Koke en un “no me sale nada”.

El cuarto en discordia dirá mucho del partido que este eligiendo Simeone: la magia en las botas de Arda o la fuerza de Raúl Garcia. El turco no participó de salida en ninguno de los cinco choques frente al Madrid este año por lo que apostaría por el navarro. Duro, fuerte y rocoso; en ocasiones metido en más batallas que en el propio juego, pero siempre un fijo en los grandes días. Quizás, uno de los más perjudicados en la vuelta del Niño Torres. Su mejor versión siempre fue jugando por detrás del delantero como enganche o rematando las segundas jugadas, ahora, se ve trasladado al interior debido al trío de campanillas existente para la dupla atacante.

Arriba y según los movimientos de titulares, banquillo y minutos asignados en Liga, el dúo en ataque podría formarse por Griezmann y Torres; una versión muy parecida a la que desarbolo en un santiamén el espíritu de remontada en la eliminatoria anterior. Objetivo: robar en medio campo para salir a la contra con un pase a las espaldas, en este caso de Piqué y Mascherano, probablemente Bartra, en busca de ese gol copero que de media vida de cara al partido de vuelta.

Hace un mes, esta eliminatoria hubiese tenido mucho color rojiblanco tal y como estaban los azulgranas de irregulares. Visto que Luis Enrique parece haber encontrado un once y que los del Cholo pueden ofrecer lo mejor y lo peor de su versión en un mismo partido, la balanza se inclina favorablemente del lado culé. Claro que, también lo estaba del conjunto madridista y miren como ha acabado la historia, celebrando que tendrán más tiempo de preparar la Champions. En fin, qué cosas.

No sabemos si el partido de Liga fue un espejismo en la igualdad entre ambos de la temporada pasada o supondrá un punto de inflexión, lo que si tenemos claro es que los Barça Atlético nunca defraudan. Como diría Pep: “nos divertiremos”.