En la previa del día de ayer no me mojé. Resolví con un recurso muy manido como es el lanzar una ráfaga de preguntas al lector. Tenía dudas sobre qué tipo de partido nos encontraríamos, si de control blaugrana o una reposición del vértigo, del cha cha cha a un ritmo frenético. Si he de ser sincero, pensaba que la intención de Lucho sería bajar ritmo y buscar la máxima seguridad defensiva. También creía que no lo conseguiría, volviendo -sin buscarlo- al combate de boxeo tan vistoso y a la vez tan peligroso en una eliminatoria. Pero como podéis comprobar, de visionario tengo poco, así que no me arrepiento de habérmelo guardado para mi mismo. Como dice el refrán, «es mejor callar y parecer estúpido que abrir la boca y despejar las dudas«.

Luis Enrique apostaba por el cambio de dos líneas completas respecto al partido liguero de Bilbao. Una la portería, donde ter Stegen mezcló aciertos -mano abajo al final de la primera parte- con errores uno de los cuales supuso el gol de Trigueros. La otra línea afectada fue el medio campo, pasando a un Masche, Rafinha e Iniesta que se convirtió en la clave del encuentro. Por su parte, Marcelino modificó su plan. Si bien sus intenciones no diferían en demasía de lo visto en el partido de Liga -repliegue intensivo y contra veloz-, sí ajustó sus bandas defensivas, negando por activa y por pasiva la diagonal interior y vaciando ambos costados. Una situación que no es nueva para el Barça y que más adelante entraremos en las soluciones adoptadas por los culés.

Tardó el Villarreal 44 minutos en pisar el área de ter Stegen y no fue porque no lo buscara. Cortocircuitar a uno de los mejores contragolpeadores del continente europeo tiene un mérito terrible y no es cuestión de un solo jugador, sino por la suma de varios y el cumplimiento de las misiones encomendadas. El capitán de la cruzada culé contra los Vietto, dos Santos y Cheryshev fue Mascherano. El jefesito ejerció de lo que es, uno de los mejores MC del panorama mundial. Sin desentonar hoy con la circulación y salida de balón -nada exigido- su actuación defensiva fue una master class. Y no hablamos de sus espectaculares tacklings con el gancho que el de arriba le dio para pescar balones a ras de suelo, sino de su lectura. Mezcló a la perfección la presión con el esperar, logrando abarcar los 60 metros de anchura del Camp Nou y de esta manera abortar una y otra vez la salida de los groguets. Y a esto se unieron dos cosas más. La primera el trabajo de los interiores, Rafinha e Iniesta -sí, Iniesta- que ejercieron de tales en funciones defensivas reduciendo las descargas en banda rivales. Y la segunda el papel de Alves durante los primeros 30 minutos, interiorizado y siendo un perro de presa cuando se producía la pérdida. Lástima que en la segunda parte vimos a un Dani más extremo perdiendo uno de los sumandos de la operación matemática que tan buen resultado estaba dando.

Al Barça le costó pisar área de cara durante los primeros 45 minutos más allá del error de Musacchio que supuso el 1 a 0 de Leo tras robo del uruguayo. Ahí fue donde el plan de regalar las bandas de Marcelino funcionó dejando a Asenjo en un mero espectador. Como hemos comentado anteriormente, ante la circulación del Barça, las dos líneas del Villarreal tenían 2 objetivos: acumular y negar el carril central y que tanto el lateral como el extremo se posicionaran de tal manera que impidieran cualquier conducción diagonal, obligando siempre al desborde -o intento de- por fuera. Los de Lucho se movieron en este escenario de dos maneras diferentes, dependiendo de la banda donde se intentara generar la superioridad.

Por derecha, hasta el minuto 30, el triángulo Leo, Alves y Rafinha fue dinámico en sus permutas logrando desestabilizar a los groguets pero sin poder finalizar el ataque por la banda débil con superioridad. Estiraban al rival pero no lo rompían. Las acciones acababan con centros laterales -en su mayoría de Messi- que hoy se sacó de la chistera otra más para su repertorio: la diestra para centrar. Como Leo veía que desde ahí el daño era mínimo, decidió centrarse, quedando la banda para Alves durante el resto del partido. Y ya sabemos como se las gasta el brasileño en esas situaciones, centro que te crió. Y es cierto que el Barça poblaba la zona de remate pero ante la escasa calidad de los balones de Dani, era un mírame pero no me toques.

En cambio, la solución por izquierda fue diferente. Un Neymar en su partido más gris de lo que va de año ayudaba poco y Alba no tiene esa querencia de Alves por ocupar el espacio si está despejado. Así que en ese fotograma constante fue Iniesta quien vio el filón en el carril entre el lateral y el central rival, llamando a Suárez a filas. Y en ese espacio inventó -y marcó el 2 a 1- siendo el uruguayo el punto sobre el que pivotaba el manchego. Ojalá la vuelta de Andrés sea una realidad y ese estreno de sociedad transoceánica se refuerce.

El 3 a 1, que a la postre sería el resultado final, fue un cabezazo de Piqué tras lanzamiento de esquina de Neymar, cosa que ya no nos empieza a extrañar. A resaltar la mejora colectiva ABP en ambas áreas, uno de los puntos débiles históricos de este equipo. Por descontado, el mérito radica en la gran labor del cuerpo técnico, eso es obvio, pero ciertos cambios e incorporaciones han ayudado a ello. Disponer de Neymar o Rakitic -incluso Leo- como lanzadores mejora de manera sustancial la calidad del balón que vuela al área, y eso es un plus para los rematadores. Y cuando toca defenderlos sumar a Suárez como uno más en el entramado de marcas ha permitido que Piqué ejerza de barrendero, atacando con gran éxito los balones que se acercan a su zona asignada, la más caliente. Mejoras que a la postre acaban dando puntos, eliminatorias y quien sabe si incluso títulos.

El resultado es favorable aunque no definitivo y eso para este equipo no debe ser un problema. Más allá del casi inmaculado 2015 que lleva el Barça, la noticia más importante a mi entender es que se van sumando jugadores a la dinámica del equipo. Pareja de porteros de nivel, Mathieu como recambio en el eje defensivo, dos centros del campo completamente diferentes y Los Nucleares arriba -siendo Pedro el teórico cuarto hombre-. Y tiempo queda para que los Bartra, Adriano y compañía sean incluidos en ese sumatorio que otorga a este equipo la legitimidad de poder optar a todo a mediados de febrero, cosa impensable semanas atrás. Las vueltas que da el fútbol, este bendito fútbol.