¿AITA, DE VERDAD ESTUVISTE?

Llegó un momento, allá durante la etapa en Segunda División B, en el que me di cuenta de que había empezado a aborrecer, incluso odiar, las alabanzas, los gritos de ánimo y demás consuelos, provenientes de la afición rival después de una derrota. Quién sabe si un «ojalá no subáis en 50 años» hubiera retumbado durante menos tiempo que el precioso «el próximo año nos vemos otra vez» que nos cantó la afición sabadellense tras vencernos en la promoción de campeones, a sabiendas de que nos quedaba otra oportunidad para ascender.

El fin de semana pasado, durante la previa del partido frente al Levante, volví a experimentar un sentimiento similar en los aledaños del Ciutat de València. Elogios y más elogios, como en cada uno de los desplazamientos, quién pudiera. En cierto modo, me alivió saber que no era el único que se sentía de ese modo, puesto que así lo constaté al escuchar la respuesta de otro seguidor armero a un hincha local: «Te lo agradezco. Pero hoy quiero puntos. Solo puntos.»

El Eibar cuenta por derrotas sus siete partidos desde que dio comienzo la segunda vuelta, y el choque frente al Fútbol Club Barcelona no parece el más indicado para salir de esta dinámica negativa. Muchos han sido los factores que han llevado al conjunto armero a esta comprometida situación, no obstante, la marcha de Raúl Albentosa es el primero que se nos viene a la cabeza. El hombre elegido para suplir al alcireño fue Rafa Paéz, un jovencísimo central cedido por el Liverpool, pero como consecuencia de «un simple error administrativo que se subsanó de inmediato», la FIFA ha denegado definitivamente el transfer de Páez, de manera que éste no podrá jugar en lo que resta de temporada.

Por lo tanto, un Ekiza visiblemente nervioso y asiduo al error últimamente, y el veterano capitán Txema Añibarro -muy limitado para la categoría- se están repartiendo los minutos a la hora de formar en el eje central junto a Raúl Navas. Por otro lado, no es nada descartable que Garitano se decante por formar con defensa de cinco a la hora de hacer frente al juego combinativo azulgrana, como ya lo hiciera en partidos de características similares como el del Madrigal o el propio Camp Nou.

Si hace cinco meses escribíamos que Xabi Irureta era «uno de los mayores exponentes del grupo», no lo iba a ser menos ahora, a pesar de que debido a un cúmulo de errores -sin olvidarnos del buen rendimiento ofrecido por Jaime- pueda volver a sentarse en el banquillo por tercer partido consecutivo. Huelga decir que este relevo en la portería ha sido objeto de debate en el entorno armero, así se refería Garitano respecto a esta nueva situación para el guardameta de Berriatua: «Esto va a ser para él una experiencia, un aprendizaje terrible. Ha estado acostumbrado a jugar cuesta abajo, digamos, a que todo le salga bien. Ha sido un jugador muy muy importante para nosotros durante los últimos años, y lo va a seguir siendo. Ahora le toca vivir otra situación. Va a aprender tanto de esta situación como de estar siempre jugando y hacerlo bien. Y que todo el mundo digáis que es muy bueno, que Xabi salvó el partido y no sé qué. Esto para él va a ser igual de bueno. […] No hay ningún problema. Además le queremos muchísimo, igual que a todos. No quitamos a un jugador porque dejemos de quererlo o dejemos de confiar en él. Todo lo contrario.«

En la medular, Dani García se perderá el partido por suspensión, recibiendo así un descanso que venía necesitando desde hace ya tiempo. Errasti podría volver al once acompañado por Borja Fernández o Derek Boateng -este último desaparecido en las últimas jornadas- formando así un centro del campo de mayor contención que el dispuesto en el Ciutat de València. Sin embargo, no hay que descartar la inclusión de Javi Lara, puesto que en este tipo de partidos en los que crear ocasiones parece casi una quimera, siempre es interesante tener a disposición la habilidad a balón parado del montoreño.

En cuanto a la faceta ofensiva, todo apunta a que sea cual sea el dibujo, Gaizka seguirá apostando por Saúl Berjón y Manu del Moral. Mientras tanto, los Arru, Capa, Pio y compañía deberán aguardar por un hueco en un once especial, histórico. Porque el partido lo es, incluso antes de que se haya disputado.

Pasará el tiempo, y recortes de periódico con la crónica del partido junto a la estampa de Leo sobre el césped de Ipurua serán mostrados por padres a hijos. Ojalá alguno que otro reaccione con un inocente: «¿Aita, de verdad que estuviste aquel día en el campo?«

Sería una buena señal.