XAVI PARA COMBATIR LOS INTANGIBLES

Se dice que uno puede hacer mejor las cosas cuando no tiene nada que perder. La presión y la ansiedad desaparecen, el individuo se desinhibe y, paradojas de la vida, rinde mejor que antes de rendirse. Y quién sabe, no son pocos los casos en los que se consigue el objetivo propuesto inicialmente, antes de perder la última esperanza. Esta máxima bien puede aplicarse en cualquier tipo de deporte. En el caso del fútbol, el ejemplo más reciente lo encontramos el miércoles de la semana pasada: el PSG, con un jugador menos y con un resultado no favorable, se exhibió en Stamford Bridge como no había hecho en toda la temporada, algo que le valió el pase a los cuartos de final de la Champions League. Y, paradojas de la vida, cuando le tocó volver a la normalidad este pasado domingo, perdió 1-0 en Burdeos, en un partido decisivo en la recta final de la Ligue1.

Algo parecido puede pasarle al Manchester City, que el sábado pasado volvió a perder (1-0) ante el Burnley, uno de los equipos más modestos de la Premier League. Los citizens no carburan, ni cuando especialmente su principal competidor para el título, el Chelsea, no pasa por su mejor momento. En el partido de ida ante el Barcelona, los azulgranas se exhibieron y el resultado (1-2) fue la nota más positiva Pellegrini, el gran señalado como principal responsable del mal momento de su equipo por la prensa, el palco y la afición. El Camp Nou no es precisamente el mejor escenario para remontar una eliminatoria en la que se tiene que marcar un mínimo de dos goles, ante un Barça que llega en plena inercia positiva y es en los partidos grandes dónde da lo mejor de sí.

Sin embargo, si una competición como la Copa de Europa quiso dejar abierta la eliminatoria para el partido de vuelta, tras la exhibición azulgrana en la ida, es que alguna sorpresa nos tiene reservada. Ya el año pasado, en el mismo punto de la temporada y en el mismo escenario, el City rompió a jugar en la segunda parte cuando Messi marcó el primero y el resultado global era de 3-0, y a punto estuvo de dar un susto a los azulgranas. Al equipo de Pellegrini le falta organización pero de talento va sobrado, y sin nada que perder puede llegar a ser un equipo más temible incluso que el que debe lidiar con la presión de ganar.

Para ello, quién mejor que Xavi para restarle azar al juego y romper una posible dinámica positiva del City en la última media hora del partido. El de Terrassa ya no es protagonista en el equipo de Luis Enrique, ni siquiera está claro que sea el primer recambio de unos interiores que se reparten entre Rakitić, Iniesta y Rafinha. La pérdida de peso en el campo, sin embargo, no le resta utilidad a su nuevo rol dentro del colectivo. El egarense, a sus 35 años, se conserva bien y su entrada en los terrenos de juego sigue teniendo un impacto muy a tener en cuenta, sin que importe su avanzada edad.

Aunque el técnico asturiano no cree en la fórmula de acumular centrocampistas para rebajar los tempos del partido y defenderse a través de la posesión del balón, Xavi se erige, por su talento y experiencia, como un recurso realmente útil para combatir una posible reacción del Manchester City, hayan perdido o no los ‘citizens’ la esperanza de remontar la eliminatoria. A los intangibles sólo se les puede combatir con los intangibles, y es que no hay una competición en el mundo que les otorgue tanta importancia a este tipo de elementos como la Champions: la ‘orejona’ tanto nos puede reservar una remontada visitante como una última exhibición del ‘6’, justo cuando su equipo más lo necesita.