LO QUE PLANEE LEO, BIEN PLANEADO ESTÁ

Lucho plantaba en el Camp Nou un once con novedades. Bartra y Masche como pareja de centrales, secundados por Alves y Adriano en las bandas, Sergi Roberto al mediocentro con Rakitic y Xavi en los carriles interiores y arriba Leo, Suárez y Pedro. En cuanto a la idea no existía modificación alguna respecto a los partidos anteriores: Messi desde derecha generador de todo en ataque e intentar estar atentos a la transición ofensiva rival. Por su parte, los de Sergi Barjuán dejaban como punta de lanza al veloz Thievy con Espinosa a su espalda como teórico lanzador, parapetándose en su propia área en un repliegue bajo pasivo. No es el primer rival que opta por flotar el ataque culé y en especial a Leo logrando ensuciar el juego ofensivo de los locales.

Ante este escenario el Barça dio la impresión de ir a por faena. 10 primeros minutos sin que los andaluces salieran de su campo, recuperando el balón ipso facto y merodeando el área de Julián. Parecía que la balanza se decantaría pronto pero fue un mero espejismo. Los almerienses, una vez serenados, concedieron las bandas, juntaron líneas y aplicaron kilos de pasividad a su defensa. Su objetivo no era robar balón ni presionar a los blaugranas sino flotar, ocupar espacios y que el Barça marcara las diferencias por la cal. ¿Y qué ocurría en los dos extremos del campo? En el derecho Leo recibía con cierto espacio. Como ayer era uno de esos contados días donde su uno contra uno no era efectivo -Casado, Corona y Edgard se juntaban- pasó a su plan B, la comba al segundo palo. Pero ayer no estaban ni Neymar ni Alba para rematar la faena sino Adriano y Pedro, con una lectura del momento y el espacio infinitamente inferior a los titulares. Todas las roscas se perdían por línea de fondo y con ellas todo el poder ofensivo culé.

Por izquierda el panorama era más deprimente si cabe. Pedro ocupaba su lugar, bien abierto, y lograba estirar el campo sin desequilibrar. Posicionalmente correcto pero con escasa aportación. Y Adriano… pues bueno… Adriano. Muy a mi pesar no he logrado descifrar cuál era su función ayer. El eslabón débil en línea defensiva y totalmente testimonial en ataque, sin saber bien si interiorizaba para acompañar a Xavi, desdoblaba a Pedro o quedaba como ayuda a Sergi Roberto en el repliegue. Es curioso que en un sistema donde el desequilibrio se ha de dar en las bandas tengamos estos problemas. Porque las diferencias de perfiles y capacidades entre jugadores son más que evidentes pero sorprende que en banda izquierda cueste visualizar mecanismo alguno.

Una vez logró el Almería maniatar al Barça, Thievy se apuntó a la fiesta. El ex-espanyolista fue un quebradero de cabeza para Bartra y Mascherano, incapaces de ordenarse entre ellos para optimizar la defensa. Y no es que fuera un peligro constante para Bravo el congoleño sino que superaba una y otra vez a la pareja de centrales sin buscar la espalda de Sergi Roberto, la zona teóricamente más débil. Suerte tuvieron los culés que contadas fueron las veces en que los de La Gardela de Les Franqueses se desplegaron en campo rival. Visto lo visto, la dupla Piqué-Mathieu parece ser con la que se jugará las habichuelas el asturiano.

Se acercaba la media hora de partido. El juego local era insulso, los interiores no existían -ni para bien ni para mal- y Leo buscó el plan C: venirse al centro, el más utilizado en otros partidos. Fueron minutos donde el Barça cargó por la zona central chocando con la maraña almeriense. La historia repetida que nos conocemos todos… Pero Messi se sacó de la chistera algo nuevo, el plan D. “Si mi comba no la remata nadie, la pongo en el lateral de la red” El argento volvió a banda derecha y desde ahí desequilibró el choque con una rosca al palo largo. Sin la ansiedad por el marcador el juego continuó de la misma manera hasta el minuto 45, lento, previsible y aburrido.

La segunda parte duró lo que tardó Luis Suárez en ponerla en la escuadra con su siniestra en una acción muy de sus tiempos mozos por Amsterdam. A partir de ahí, el Almería no se llegó a descomponer pero sí intentó ser más agresivo y activo en la recuperación, lo que permitió a los blaugranas jugar con mayor comodidad al existir -por fin debía pensar Lucho- espacios.

La nota más positiva del encuentro quizá sea Sergi Roberto y su nuevo rol de mediocentro de este Barça. Actuación del de Reus muy en la línea de la de Eibar: abrazando la sencillez y simplicidad con el balón, agresivo, profundo y ancho -destacables sus coberturas en banda- en la transición defensiva y con algún borrón en defensa posicional. Y a esto añadir un detalle que no es baladí, la mejora en salida de balón del equipo. No es que la presión del Almería fuera exigente, pero en diferentes intentonas rivales la ubicación y el primer-segundo toque de Sergi facilitaban la salida. Ante las carencias culés en esta fase, el futuro del reusenc en la primera plantilla se puede ir aclarando como alternativa al sempiterno debate Busquets-Mascherano.

Un gol de Bartra en lanzamiento de córner de Xavi -catorceavo de la temporada ABP- y un maravilloso pase de Leo a Pedro -que regaló el gol a Suárez- cerraron el cuatro a cero entre líder y penúltimo en la tabla clasificatoria. Se mantienen los 4 puntos de diferencia frente al perseguidor y se da el pistoletazo de salida a las semanas decisivas de la temporada. Sevilla, PSG, Valencia y PSG de nuevo, poker de partidos que deciden el destino de una temporada donde a fecha de hoy, nos brillan más los ojos por los resultados obtenidos que por el juego desplegado.