BENVINGUT DE NOU A CASA, PEP

El 11 del Abril de 2001, Josep Guardiola, anunciaba su adiós al F.C.Barcelona tras diecisiete años de vida en el Club, figurando como el jugador con más trofeos de Liga conseguidos en la historia de la institución y, lo más importante, dotando de sentido a ese número 4 que a partir de entonces se convertirá en símbolo del juego del equipo. Avisaba con tiempo después de una temporada convulsa en todos los sentidos.

El 24 de Junio de 2001 jugaba su último encuentro con la camiseta del Barça ante el Celta de Vigo en semifinales de Copa y en el que el equipo quedaba eliminado. Tan solo 45.000 personas en la grada, aunque en el momento del pitido final la gran mayoría ya había abandonado el estadio y apenas quedaba alguna pancarta, pequeña y de difícil visualización. En una un “Fins Aviat”. No había querido que se le hiciera ningún homenaje. El Club tampoco hizo nada. Ya les estaba bien. Todo eso que se ahorraban. Pocos días antes, el capitán del Real Madrid, Manolo Sanchís, tampoco los quería pero el Club no le hizo caso. “El Real Madrid hará lo que considere que tiene que hacer” fue la frase de Jorge Valdano.

A Guardiola no se le dijo el adiós como merecía como jugador. Era la temporada en que Joan Gaspart figuraba como presidente tomando el relevo de Josep Lluis Núñez y en el banquillo se sentaron Serra Ferrer y Carles Rexach. Tiempos en los que los Boixos Nois campaban a sus anchas por el Camp Nou, se lanzaban bengalas y botes de humo. Los rumores sobre su vida privada se sucedían, lanzados a los vientos desde las oficinas del Club y recogidos convenientemente por algunos medios de comunicación. No eran tiempos para un futbolista con inquietudes culturales y relacionado con escritores y artistas.

El “fins aviat” de la pancarta se torna realidad en mayo-junio de 2003. De la mano de Evarist Murtra toma parte en las elecciones del Club dentro de la candidatura de Bassat. Fiel a sus ideas y dada la situación económica del Club decide no dar ningún nombre de posibles fichajes para no encarecer el mercado a la vez que manifiesta que renunciaría a su sueldo de Director General Deportivo hasta la consecución del título de Champions. Joan Laporta resulta el ganador de esas elecciones y Pep Guardiola decide seguir en los terrenos de juego.

En 2007, el mismo Joan Laporta decide entregarle el mando de un Barça B que había descendido a Tercera División el año anterior. 24 victorias, siete empates, cinco derrotas y el ascenso del equipo es el currículum de su primer año en un banquillo. A final de temporada, el 5 de Junio del 2008, firma con el presidente el contrato para entrenar al primer equipo. Empezaba la historia del mejor Barça de todos los tiempos. Empezaban los tiempos del mejor futbol de la historia.

El 27 de Abril de 2012, y bajo la presidencia de Alexandre Rosell i Feliu, Pep Guardiola anuncia que dejará de ser entrenador del Club a finales de temporada. La puesta en escena quiso ser un retrato perfecto de familia unida con la imagen del entrenador, presidente y director deportivo, Andoni Zubizarreta. La comunión máxima del barcelonismo. La imagen esperada, perfecta. La cara de Pep Guardiola en el momento en el que Zubizarreta anuncia que el sustituto del entrenador será Tito Vilanova denota que algo no le gusta. Él prefería separar ambas noticias. “Me he enterado hoy mismo de que mi sustituto era Tito” comunica Guardiola ese mismo día. Una vez más, y desde el propio Club, se rebaja el protagonismo de Guardiola en el momento de la despedida. En la directiva, más de uno descorcha botellas de cava. Ya no deberán sufrir más al “Dalai Lama” tal y como lo bautizaron dentro de los despachos nobles del Club. Por fin el máximo exponente del mejor Barça de la historia, el mejor legado que les había dejado Joan Laporta salía del Barça. Ya no tendrían que soportar más a alguien ideológicamente en las antípodas de ellos. Por fin podrían confeccionar su Barça. Por fin no deberían agradecer la herencia recibida. Por fín lo tenían fuera de su Club.

En algunas redacciones, especialmente en los despachos de algunos directores y subdirectores, la fiesta fue grande. El entrenador que no concedía entrevistas, el entrenador que trataba a todos por igual en sala de prensa por fin abandonaba el Barça.

Me vereis poco el pelo” anunció Pep Guardiola el día de su adiós. Se retiró a Nueva York pensando que lo dejarían en paz. Y esa prensa, la que acostumbra a tener hilo directo con los más altos estamentos del Club, no dejó ni un momento de acosarle. Aprovecharon la enfermedad de Tito en su contra de la misma forma que desde dentro de la directiva salían declaraciones en el mismo sentido. “Tito gana a Guardiola en todas las comparaciones, incluso en la faceta humana”. Habían conseguido, entre todos, alejarlo del Barça. Ahora empezaba la tarea de destrozar su tarea. Ahora tocaba derruir el mito.

Me fui a 6.000 km de distancia y pedí al presidente del Barça que me dejara tranquilo. No han cumplido su palabra” Así se explicaba Guardiola en Julio del 2013 a raíz de una pregunta sobre las declaraciones del presidente del Santos en las que aseguraba que el entrenador le había manifestado que Vilanova no sabría sacar rendimiento de Neymar. Durante 4 minutos y 50 segundos Guardiola contestó por primera vez a todos los ataques que desde su marcha se habían sucedido. “Pero hay cosas que no olvidaré nunca. Que me dejen tranquilo… Todo lo que pido es que dejen de usar a mis amigos para tratar de hacerme daño

No lo hicieron. No lo han hecho. Han seguido sacando sus altavoces particulares para seguir derrumbando la leyenda. Leer a algunos periodistas hoy en día y da la sensación que el mejor Barça, que el equipo que despertó la admiración en el mundo entero fue fruto de la suerte. Que ese futbol espectacular, admirado, se ha convertido de repente en un futbol monótono y aburrido. De autómatas como alguien ha osado definir. Y si acaso nunca fue por obra del entrenador. “A mi Guardiola no me representa, y me duele que hayan capturado en él la esencia del barcelonismo”. La frase de Cristina Cubero los retrata. Igual que el artículo de Enric Bañeres en el Mundo Deportivo del pasado día 30 o en la columna de Santi Nolla en el día de la presencia de Pep Guardiola en la grada con motivo del choque ante el Manchester City. Seguramente en el Grupo Godó la condición de independentista de Pep Guardiola tampoco le ha ayudado mucho.

El próximo miércoles el Barça, y en especial la directiva, debe hacer lo que no supo hacer ese 24 de Junio del 2001 ni tampoco el 27 de Abril del 2012. Tres años después debe darle al mejor entrenador de la historia del Club el recibimiento que merece. Con todos los honores. Devolverle un poco de todo lo que ha dado a esta institución. Esperemos que el barcelonismo esté a la altura y sepa agradecerle todo lo que nos dio.

Si algo está claro es que Pep nunca estará contra el Barça. Como mucho se sentará en el banquillo del equipo rival.

Bienvenido de nuevo a casa, Pep.