Una leyenda urbana se hizo famosa, cuando de hablar de un mito del madridismo como Raúl González se trataba; “No está muy dotado de técnica, pero es oportunista y lucha como ninguno”. No, mire, oiga, Raúl tiene técnica para aburrir, solo hay que fijarse en su tremenda definición. Pero es que además lee el fútbol como pocos. Llegada en segunda línea, el rechace, el espacio, el segundo palo… Y esto a cuento de qué viene, cuando nuestro tema es la vuelta de la semifinal de Champions más atractiva en los últimos años. Pues viene a colación de uno de los jugadores más peligrosos que el equipo bávaro pondrá en escena el martes: Thomas Müller.

Si una característica destaca del jugador de veinticinco años nacido en Weilheim, es su inteligencia en el campo. Uno de los mejores socios que existen para Lewandowski, suele jugar un poco más retrasado que este, aunque no hace ascos a actuar de doble nueve con el polaco e incluso aprovechar su envergadura, metro ochenta y seis, para ser él quien juegue por momentos de espaldas al marco rival y acabe dejando de cara a la incorporación del medio campo o prolongando a su compañero de ataque.

 

Que a Pep Guardiola le gustan los jugadores que entienden el juego y que participan con calidad en el mismo es algo evidente, de ahí su famosa frase de “Dame un centrocampista, que comprenda este juego, y ya me encargaré yo de encajarle en el sistema”. Y Thomas cumple con esa premisa; su juego entre líneas, con continuas diagonales, caídas a banda, apoyos al medio campo para conseguir superioridad en el mismo, cuando de trabajar para los demás se trata. Se conjugan con su capacidad para aprovechar los arrastres del nueve ex borusser, llegando al segundo palo, casi siempre por sorpresa. Y siendo uno de esos jugadores que, alguno pensará que con mucha suerte, se convierte en esa pierna en el área que imanta todos los rebotes. Su juego sin balón es digno de seguimiento:

Un jugador complicadísimo de marcar, que gusta de aprovechar su espléndida zancada para esas llegadas en segunda línea que comentamos, pero no le hace ascos a la presión. Es más, probablemente esta lectura y las cualidades físicas que comentamos, le hacen un jugador difícil de superar como primera línea de presión. Arma que esperamos intentará explotar el Bayern en este partido de vuelta.

Normalmente a Pep le tocaría elegir entre jugar con este mediapunta atípico o hacerlo con el ya casi olvidado héroe del Mundial, Mario Götze. Pero dado el resultado de ida, es más que probable que el de Santpedor no escatime dinamita desde el minuto uno y lo hago con ambos en la alineación titular. Veremos. De lo que no se puede fiar la zaga azulgrana, es que el dorsal veinticinco no salga de cualquier sitio, en el momento más inesperado y sin que nadie le haya siquiera oído llegar…