En la previa del partido los barcelonistas tiraban de precedentes aciagos en los que el equipo jugándose la Liga en las últimas jornadas y ante conjuntos sobre el papel asequibles se dejaba puntos y perdía el campeonato. Así los más viejos recordaban que en el 72 el Barça de Michels había perdido una Liga en Córdoba en la última jornada, otros comentaban que el Barça de Robson se dejó en Alicante contra el Hércules sus opciones de ganar la del 97 y también había quién recordaba el Tamudazo que dejó al Camp Nou helado en 2007 en la penúltima jornada. El partido se jugaba en un horario que no gusta demasiado a la parroquia barcelonista, con un calor sofocante y a 3 días de las semifinales de Champions ante el Bayern.

Con esos condicionantes y vistos los antecedentes Luis Enrique dio la máxima prioridad al partido de ayer ante el colista y lo hizo sacando su alineación de gala, Bravo bajo los palos, Alves, Piqué, Mascherano y Alba -que regresaba tras su partido de sanción- en defensa, en el centro del campo Busquets de mediocentro con Rakitic e Iniesta como interiores y arriba los nucleares. El partido comenzó con un ritmo bajísimo, el Córdoba formaba con una línea de 4 por delante de su cancerbero Juan Carlos, Crespo y Edimar eran los laterales con Pantic y López de centrales, por delante otra línea de 4 con Deivid y Khrin en el doble pivote dejando las bandas para Bebé y Fidel y como hombres más adelantados Luso y Andone. Los locales dejaban a sus hombres más adelantados justo por detrás de la línea del centro del campo y juntaba mucho sus líneas para cerrar los pasillos interiores y obligar al Barça a atacar por las bandas. Los azulgrana trasladaban el balón con facilidad hasta campo contrario y allí lo movían en una circulación lenta. Cuando llegaba el último pase o el momento de golpear al arco siempre aparecía una pierna verdiblanca para tapar la acción. El calor, la hora y el ritmo llevaban a la mente a evocar esas tardes veraniegas de julio viendo una etapa llana del Tour de Francia. El partido sesteaba, el Barça controlaba pero no terminaba de estar del todo cómodo puesto que el Córdoba podía salir a la contra gracias al buen hacer de sus laterales, Edimar por izquierda y Crespo en derecha ayudando a Andone. Con el calor apretando y el barcelonista temiendo que la Liga se derritiera en el Arcángel de Córdoba,  Messi -siempre él- hizo su aparición como aguador del equipo. Primero con un slalom marca de la casa al borde del área, luego sirviendole un vasito de agua a Neymar que estrelló su remate en el palo y poco después Rakitic, tras un control exquisito con el exterior de su bota, aprovechó la asistencia de Leo para fusilar al meta local. 0-1, el croata abría la lata gracias a un Leo que había vuelto a auxiliar a su equipo desde esa corona del área que está haciendo suya tras dejar libre, cada vez más, su posición de partida en la banda derecha. Cuando el descuento anunciaba el descanso fue Iniesta el que le sirvió un gran pase a Luis Suárez para que marcase el segundo de la tarde. Tras un primer tiempo serio pero incómodo el Barça daba un pasito mas hacía la Liga en 5 minutos.

La segunda parte empezó como terminó la primera, con gol. Messi llegando desde segunda línea cabeceó un gran centro de Alves, que poco después volvió a servir el cuarto a Luis Suárez que de idéntica manera aprovechó el centro del brasileño para marcar de cabeza. Buen partido hoy de Alves apareciendo mucho por el carril derecho, aprovechando una zona que Messi deja libre y que entre el lateral, el interior diestro de turno y Suárez equilibran y crean peligro. Con el cuarto gol poca historia le quedó al partido, Luis Enrique pensando en lo que viene retiró del césped a Iniesta y Mascherano primero y más tarde a Rakitic siendo Xavi, Mathieu y Pedro los que entraron al campo. Pudimos ver otro gol a balón parado, el tercero de cabeza de la tarde, obra de Piqué. Messi hacía el sexto de la noche, su muesca 403 en un revólver que lleva 10 años disparando y tendría el detalle de dejar chutar el penalty que supuso el séptimo gol a Neymar. El brasileño que había estado negado todo el partido de cara a a puerta anotó el penalty a petición de un Messi que no parece obsesionarse por la lucha por el Pichichi. Todavía hubo tiempo para que Luis Súarez rubricara su gran partido-sus movimientos sin balón son sublimes- con su tercer gol de la tarde, firmando así su primer hat-trick como azulgrana.

El Barça entra en el mes de mayo con buen pie, ofreciendo goles y buen juego y un gran estado de forma, estando a tres pasitos de la Liga, a uno de la Copa y a otros dos de la final de Berlín. Como peaje para llegar a la capital alemana nos espera el Bayern de Pep Guardiola que obligará a refrendar el buen juego de los últimos partidos. Los barcelonistas sueñan con que este mes termine cómo aquel mayo de 2009, el más inolvidable de nuestras vidas.