Emoción y muchos goles, actuación brillante de la máxima estrella sobre el césped y nervios hasta el último minuto de los 120 que duró la Final de ayer en Tbilisi. Los georgianos disfrutaron del espectáculo en directo, el aficionado neutral se divirtió con el partido, los sevillistas se van orgullosos de la remontada de su equipo y el aficionado azulgrana sueña con seguir haciendo historia a ritmo de levantar trofeos mientras maldice la actuación de su equipo en la segunda mitad.

El Barça y Sevilla llegaban a la capital georgiana con bajas, Luis Enrique confiaba el lateral zurdo a Mathieu en sustitución del lesionado Alba e introducía la sorpresa de Rafinha como titular en el lugar de Neymar que también era baja y por delante de Pedro. Emery por su parte paliaba las ausencias de Pareja y Carriço con una pareja de centrales formada por Krychowiak y el flamante fichaje Adil Rami, el hueco dejado por el polaco en el centro del campo lo ocupaban Banega y otro de los fichajes estivales, Krohn-Dehli.

Muchos barcelonistas echaron la vista al 2006 cuando vieron como Banega en el minuto 3 adelantaba a los andaluces en el marcador gracias a un magistral disparo de falta. El Barça no había entrado en el partido y ya estaba por detrás en el marcador. Uno de los que debió de recordar las sensaciones vividas en Mónaco 9 años atrás debió de ser Messi que se tomó su vendetta personal en 12 minutos, los que fueron desde el 0-1 sevillista al 2-1 culé cuando el argentino marcaba su segundo gol de libre directo de la noche. Véanlos una y otra vez, de nuevo marcando en finales, otra vez siendo decisivo para que su equipo levantase el trofeo, ése es Leo.

El Barça jugaba con Rafinha muy pegado a la banda izquierda y con Messi centrado combinando con un Alves que en la práctica era interior, dos de las bases sobre las que se sustentó el triplete estaban jugando en Tbilisi como si estuviéramos en mayo. Al igual que en el partido de Liga en Nervión, Emery fue capaz de tapar la comba de Messi hacía el sector izquierdo pero el argentino, sin opción de dar su pase preferido, empezó a rajar al Sevilla a base de conducciones, el genio frotaba la lámpara en cada toque de balón para mejorar a su equipo que a su vez acompañaba a su estrella con una grandísima actuación en pleno mes de agosto y en pretemporada.

El Sevilla recibió tres goles pero pudieron ser más, penalizados por una salida de balón horrible a la que la presión del Barça ponía en muchos apuros y por un Beto y una pareja de centrales que no estaban cómodos sobre el campo. Los sevillanos no habían sido capaces de resistir la actuación de un Messi catalizador de todo, hacedor del juego de su equipo y omnipresente. Un Messi de pretemporada pero con duende.

Con 3-1 en el marcador comenzaba la segunda parte y con el culé contento e ilusionado por la primera mitad que había realizado su equipo. Tan sólo 7 minutos después de la reanudación Luis Suárez ampliaba la ventaja con un gol que llevaba buscando toda la noche y que merecía, el uruguayo de nuevo ha hecho un gran partido siendo un incordio para la defensa sevillista. ¿Y cómo puede ser que un 4-1 en el minuto 52 de una final se convierta en un 4-4 a los 90 minutos de juego? Esta es la pregunta que ronda por la cabeza de todos los aficionados azulgranas. Intentaremos buscar respuestas.

Si bien es cierto que el equipo de Luis Enrique no ha sido capaz de controlar los partidos y ponerle el ritmo que más le interesa -sobre todo en situaciones de ventaja en el marcador- y no ha hecho ascos nunca al intercambio de golpes, durante su primera temporada contaba con la carta de Xavi para poner un poco de pausa golpeando al contraataque con la fuerza de todo el tridente a la vez que en defensa era capaz de sostenerse en pie.

Ayer, a medida que Messi fue perdiendo presencia en el juego -no podemos olvidar que era su segundo partido de la pretemporada- y sobre todo con el cambio de Iniesta por molestias, el equipo fue incapaz de controlar el partido. El manchego, que estaba jugando un buen partido, es el jugador encargado -y más capacitado- para serenar el ritmo y aguantar el balón,. Su sustituto esta vez no fue un Xavi que está en Qatar ni un Arda Turan que no podrá jugar hasta enero pero que ayer se nos antojaba el jugador idóneo para esconder el balón. El recambio del manchego fue Sergi Roberto que no jugó un buen partido y no supo darle al equipo la serenidad que necesitaba. El Sevilla, que es un equipazo y además nunca desiste en su empeño, se agarró al partido y empezó a llegar al área de ter Stegen.

Decíamos que el Barça de Lucho, sabedor de su mayor punch, no le hace ascos a intercambiarse puñetazos con el rival pero hoy le falló el sostén de la defensa. A medida que los errores individuales iban suponiendo goles para el Sevilla los andaluces se venían arriba y el Barça se deshacía como un azucarillo. Primero Mathieu cerró fatal una jugada en la que tampoco estuvo muy acertado Mascherano y luego de nuevo Mathieu volvía a defender mal y cometía el penalty que suponía el 4-3. Es extraño lo del francés puesto que a pesar de ser un lateral de formación reconvertido a central pareció justo lo contrario estando muy incómodo en las labores defensivas.

Minuto 72 y el Sevilla se encontraba a un gol de igualar el encuentro, los andaluces subidos en la cresta de la ola y agarrados a la frescura de piernas de Konoplyanka e Inmobile que habían entrado en la segunda mitad y el Barça caminando sobre el filo de la navaja, incapaz de generar nada con el balón y con la sensación de que estaba mas cerca el empate que la sentencia.

Luis Enrique, en ese escenario, hizo un cambio al que nos acostumbró hace un año: introducir un central por un interior, formar en el centro del campo Masche y Busi y ganar un hombre más preparado para defender los envíos directos del contrario. Pero esta vez el hombre que entró fue Bartra, un árbol del que no quiero hacer demasiada leña puesto que el chico volvió a salir en la foto desafortunada en una final, esta vez ante Inmobile. Llegó el empate en el minuto 80 y con el 4-4 el entrenador azulgrana intentó resguardarse con una especie de 4-4-2 en el que Mascherano y Busquets cerraban el medio acompañados por Sergi Roberto tirado a la izquierda y Rakitic a la derecha dejando arriba a Messi y Suárez.

Así se llegó al final de los 90 minutos, con el equipo desilusionado tras ver cómo de nuevo el Sevilla al igual que en Liga era capaz de igualar un resultado desfavorable y con el miedo en el cuerpo temiendo protagonizar otra dura derrota ante el los andaluces en una final de Supercopa de Europa.

La prórroga empezó con los mismos que terminaron el tiempo reglamentario aunque Lucho todavía se guardaba un as en la manga, Pedro, el tinerfeño que no había sido de la partida puesto que en palabras del nuevo Secretario Técnico del equipo había pedido salir del club- suponemos que dirección a Manchester-, entraba para intentar aportar velocidad al ataque y que el equipo se pareciera de nuevo, al menos en la disposición, al que empezó el partido.

El Sevilla puso un muro al borde del área que los azulgrana no eran capaces de asaltar, el Barça llegaba con facilidad al área sevillista y allí se repetían los pases horizontales que no quebraban el tabique sevillista. Y aunque la opción a una contra andaluza estaba ahí, lo cierto es que durante muchos minutos el Sevilla no fue capaz de dañar al Barcelona.

Era el minuto 114 cuando Messi colocó el balón al borde del área sevillista para ejecutar otra falta. Llevaba toda la noche sembrando el pánico con los golpes francos pero esta vez la estrelló contra la barrera. Fue el más listo para ir a por el rechace y volver a chutar contra Beto, que no atrapó el balón quedando muerto a los pies de un azulgrana para marcar el gol que daría la victoria al Barça.

Antes de ver el número en la camiseta, y en plena algarabía de la celebración el culé ya sabía que había sido Pedro el autor del gol. Tenía que ser él. Pedro, que tantas muescas ha dejado en las grandes noches de los últimos años, nos regalaba una más, igual que cuando era un imberbe en aquel 2009 en Mónaco marcaba en la prórroga para hacer campeón al Barça.

No sabemos si este es su último partido en el club pero de ser así ha cerrado su etapa con un broche de oro. El canario recuperó su “duende” cuando más lo necesitaba el equipo, ése que tuvo en Abu Dhabi para ganar el Mundial de Clubs, en Wembley o en Berlín para asistir a Neymar ha vuelto a aparecer. Ya no es el de 2011 e incluso cómo revulsivo desde el banquillo no aporta demasiadas soluciones pero en los momentos más oscuros, si el culé se imagina a alguien recogiendo un rechace para dar la victoria, aparece el 7 azulgrana.

Pero ni el gol dio tranquilidad al aficionado blaugrana. De nuevo dos fallos defensivos personificados en Bartra dieron la opción a los andaluces de mandar el partido a la tanda de penaltys. Los de Emery marraron sus ocasiones y se quedaron sin el premio de catar el metal que alzó Iniesta como nuevo capitán del equipo al cielo georgiano.

El Barça gana el primer título del curso, el cuarto del año y sigue en busca del sueño de igualar los 6 títulos del 2009. Como notas positivas podemos rescatar la primera parte del partido y sobre todo a Messi, una ventaja competitiva brutal, quizá la mayor en la historia de este deporte. En el otro lado de la balanza quedan los fallos defensivos y la fragilidad mostrada por la zaga. La mayoría errores individuales que han hecho que el Barcelona encajase demasiados goles esta pretemporada.

Otro apunte a tener en cuenta es que ante escenarios cómo el de hoy los dos fichajes de este año a priori aportarán, Arda es ése hombre para esconder la bola que tanto se echó de menos hoy y Aleix puede aportar la velocidad y el empuje que se necesita de un revulsivo en el banquillo. Mención especial para el Sevilla y para su entrenador, que de nuevo ha sido capaz de poner en apuros al Barça de Lucho y de levantarse una y otra vez de la lona cuando todo parecía perdido.

Ahora sin apenas descanso, tras la prórroga y un largo viaje de vuelta el equipo afronta otro examen en otra final, esta vez en la Supercopa de España rindiendo visita a un San Mamés que nos empezará a decir cómo de bueno es el fondo de armario del equipo culé. Pero esa será otra historia. Me despido felicitando a toda la comunidad de Rondoblaugrana por el título, otro mas de la increible era Messi

LAS NOTAS

MatS (6): Encajó 4 goles en una final pero no se puede decir que pudiera hacer más en las acciones, bien con el balón en los pies.

Alves (7): Uno de los argumentos para que el equipo mostrase su mejor cara en la primera parte, casi como interior combinó a la perfección con Leo.

Mascherano (5): El Argentino volvió a evidenciar problemas como central en grandes escenarios, hizo la falta del primer gol y no estuvo afortunado en el segundo sevillista.

Piqué (7): No fue el Piqué imperial de mayo pero aún así estuvo seguro con el balón en los pies y sobre todo en el juego aéreo. Termino haciendo la de Alexanco en la prórroga.

Mathieu (4): Bien en ataque durante la primera parte leyendo las subidas a la perfección pero un defensa tiene que defender y ahí su partido penalizó al equipo. Mal en el segundo y tercer goles sevillistas. Evidenció que se siente más cómodo como central.

Busquets (6): Mejor en la primera parte cuando puedo ir a la presión y anticiparse que es cómo más luce. En la segunda parte y sobre todo cuando se juntó con Mascherano se le vió mas perdido.

Rakitic (7): Como todos de más a menos,. Hace un trabajo impagable compensando los movimientos de Messi y además parece que con balón se va soltando. Buen partido.

Iniesta (8): No estamos acostumbrados a ver a Iniesta a estas alturas a este nivel. Mientras estuvo en el campo el Barça fue mejor, se fue con 4-1 a favor.

Rafinha (6): Marcó un gol que le debe de venir bien para su confianza. Además Lucho le demostró que es el jugador número 12. No se le vio cómodo en la izquierda aunque fue disciplinado tácticamente abriendo mucho su posición.

Suárez (8): Pelea, forcejea, corre, asiste, falla, marca, etc. El uruguayo hizo de todo en la final, evidenció que es clave en el buen hacer de los de Lucho. Marcó un gol y dió otro.

Messi (9):¿Por qué no le pongo el 10? Porque en la segunda parte se notó que era su segundo partido y apareció menos pero lo de la primera fue una barbaridad. En una final fue el “todo” de su equipo y el amo y señor del partido. No hay palabras para describirlo.

Sergi Roberto (4): No aportó demasiado el canterano que venía de hacer una gran pretemporada como lateral. Situándose como interior zurdo no supo calmar posesiones ni rajar al rival con conducciones.

Bartra (1): No puedes ser jugador del Barça y salir para dar empaque y cerrar un resultado y hacer esta actuación. La labor de Bartra costó el cuarto gol y bien puedo costar el 5º, hizo a su equipo menos competitivo.

Pedro (8): Volvió a tener el duende que le aupó a la gloria. Supo estar en el momento exacto y metió el pie que tenía que meter, del resto de su actuación poco que destacar. Por si acaso, ¡¡gracias Pedro!!