Volvían Los Nucleares tras un par de días de entrenamientos y parece que los hayan traído directamente del pasado mes de mayo. Su capacidad para condicionar todo abruma. Era el Gamper, era un amistoso ante una Roma liviana y poco ambiciosa, pero lo que transmite el trío ofensivo al rival y al propio equipo destroza tácticas, planteamientos y actuaciones individuales. ¿Cómo los intentarán parar este año? ¿Lo logrará alguien? Hermoso reto para todos los rivales.

Lucho plantaba su once de presentación en el Camp Nou con casi todos los recién llegados, a excepción de Claudio Bravo. MAtS bajo los palos, línea de 4 con Alves, Bartra, Vermaelen y Mathieu, triángulo central compuesto por Masche, Rakitic y Rafinha que acompañaron -hoy si cabe más- a los tres Reyes Magos. Pocos matices, ninguna probatura importante para seguir en la misma línea que la temporada pasada. Leo desde banda derecha ordena y decide, el charrúa estira y Neymar busca el espacio de llegada. Lo que ha funcionado -y funciona- no se debe tocar hasta que alguien encuentre el antídoto.

Lo más destacable de los primeros 45 minutos fue la intensidad de todos los blaugranas en el campo. Hubo activación ofensiva y más si cabe defensiva. Tras pérdida, la salida en manada en busca de la recuperación colapsó a la Roma. Esta explosividad y hambre de balón nos hace dudar si estamos realmente en agosto, a punto de comenzar la temporada. ¿Es por estar físicamente muy bien? No lo creo, va más allá. Es -o pretende ser- una de las señas de identidad de este equipo, y lo que podemos asegurar en estas fechas es que todos lo tienen bien metido en la cabeza.

Un segundo aspecto que me ha parecido curioso ha sido el papel de los interiores. Los romanistas no apretaban arriba pero ayer, tanto Rako como Rafinha no abandonaban la posición de interior y percutían arriba -liberando al extremo de su banda- sino que esperaban y formaban parte de la circulación. A esto añadían una llegada al área rival mayor que la temporada pasada con varios remates francos. Esa superpoblación culé en zona de remate ofrecía al poseedor del balón más de un último pase. Será el rival, será el partido o incluso casualidad, no lo sé, pero si se confirma que los interiores aumentan su presencia en zona caliente sería el aspecto de mayor potencial crecimiento esta temporada que empieza en nada.

En la segunda parte fue todo algo más parejo. Los italianos pudiendo asentarse en campo rival sin generar ocasiones y los blaugranas más dispuestos a aprovechar los espacios que les concedían que a generarlos. Mayor verticalidad y pérdida de control «controlada». Luis Enrique dio descanso a sus titulares -con la salvedad de Bartra y Rakitic- introduciendo 8 cambios de golpe. Un Iniesta que parece que este año llega «pronto», un Pedro más acertado y desequilibrante y poco más que no sepamos.

El próximo martes nos espera el Sevilla de Emery en la disputa de la Supercopa de Europa, primer título del curso. Rival duro, exigente, que la temporada pasada nos causó problemas. Si la gira americana despertó algunas dudas entre la afición, el partido de ayer las despeja. Este Barça es el del año pasado, con los tres bichos, con una actitud intachable, con competitividad máxima, con hambre.

LAS NOTAS

Y como novedad este año, en cada crónica de los partidos pondremos nota a todos los jugadores azulgranas. Ni somos los primeros ni pretendemos ser novedosos y rompedores, sino buscar una manera de ampliar la opinión del cronista sobre el partido y que dote de más vías de debate el artículo. Muchas veces, por centrarnos en ciertos aspectos del juego y hombres, nos olvidamos de «secundarios» que han tenido su importancia en lo ocurrido. Esperemos que os guste.

MatS (7): Casi inédito, sigue demostrando su dominio de balón y espaldas de los centrales.

Alves (8): Excepto un par de centros mal dirigidos, su interiorización en fase ofensiva y defensiva es -y seguirá siendo- clave en este equipo.

Bartra (7): Sin complicaciones. Teniendo que defender lejos del área su nivel y valor se incrementa.

Vermaelen (8): Cada vez más integrado. Sumar minutos de calidad le beneficia. Fue el corrector de la pareja, apareciendo cuando y donde debía.

Mathieu (7): Algún problema con Gervinho en el arranque. Interpreta bien en ataque el espacio que le regala Neymar.

Mascherano (7): Barriendo lo poco que le llegó. Con el repliegue romano sus intervenciones en la circulación de balón fueron contadas.

Rakitic (9): Tremendo el croata, abarcando más campo, pisando el área rival y uniéndose en las fases combinativas del equipo. Ah, y un Rocketic de regalo marca de la casa.

Rafinha (7): Sin estar excesivamente acertado, otro más en zona de remate. Con un peso tan grande en la creación en banda derecha, debe afinar su puntería cuando se ubica en el costado débil.

Leo (9): Lectura de espacios, rivales y compañeros para lanzar su comba. Solo esa acción vale la entrada.

Luis Suárez (7): Menor influencia en el juego puesto que el Barça conquistaba cómodo el área rival. Está finísimo.

Neymar (8): Ayer apareció por donde debía aparecer. Si empieza a entender el juego mejor, se va a hinchar.

Jordi Alba (6): Poco acertado en sus llegadas a línea de fondo. Esperando que la lesión muscular no sea grave.

Bravo (6): Ni se le vio.

Piqué (7): Se situó en el costado izquierdo, algo que Lucho descartó el pasado curso. Correcto.

Busi (7): Entró cuando más desorden hubo. Su presión arriba al poseedor del balón sigue siendo brutal.

Pedro (8): Más acertado que durante toda la temporada pasada. Logró desbordar en ocasiones.

Iniesta (8): Le cuesta arrancar la temporada pero ayer, en unos minutos, empezó a repartir alegrías. Ojalá tenga continuidad.

Sandro (6): Poco sumó desde el perfil del costado, y menos cuando él intenta generar y no finalizar.

Munir (6): Desaparecido. Ni fijó arriba ni intentó falsonuevear. Entre dos aguas.

Sergi Roberto (7): Más minutos en el lateral derecho, y de regalo unos cuantos en el izquierdo tras la lesión de Alba. ¿Será el comodín de este año?

Halilovic (7): Menos de un cuarto de hora. Más pendiente de no hacer algo mal que de intentar hacer algo bien. Veremos qué ocurre con su futuro.