Muchas veces el fútbol nos ofrece equipos atractivos y otros tantos que no tienen ese punto de atracción del espectador neutro. El rival del Barcelona este martes será uno de los primeros, podrán ganar, empatar o perder pero son singulares, tienen su grado de locura que les hace atractivos y divertidos. Es el Bayer Leverkusen de Roger Schmidt.

En esta vida no todo es ganar – aunque obviamente es importantísimo- como pueden demostrar equipos históricos como Brasil 82, el Dortmund de Klopp en 2013 o la Naranja Mecánica. El Bayer Leverkusen, por fisionomía y plantilla, no parece que tenga demasiadas opciones de campeonar. Eso sí, por el camino puede ganarse el cariño de los “neutrales”, así que vayamos a exponer qué tienen, qué son y cómo juegan para comprobar su singularidad.

EL SISTEMA

Schmidt utiliza normalmente un sistema de cuatro defensores, dos pivotes, tres mediapuntas y un delantero centro. El 4-2-3-1 de toda la vida aunque pueda añadir variantes con la inclusión de dos delanteros centros o un cuarto mediapunta -Çalhanoglu o Kampl- en lugar de uno de los pivotes.

Pero más allá de las cifras lo destacable del equipo es su forma de implementarlo, su personalidad y lo que desarrolla con su fútbol. Los de Schmidt tienen una singularidad. Ellos, en todos los partidos, marcan qué partido se va a jugar. No admiten una alternativa, ellos siempre irán con el zafarrancho de combate a la presión asfixiante a todo campo para provocar partidos vertiginosos. No existe la pausa, existe la ambición y las ganas de provocar el máximo número posible de duelos, disputas y ocasiones.

No es extraño ver en un partido a un Leverkusen que deja su defensa muy adelantada, y confiar en las piernas de sus defensores para corregir los desajustes, sus centrocampistas yendo a zonas muy alejadas de la posición original y directamente romper el partido.

LOS JUGADORES

Una de las claves para competir está en la portería. Bernd Leno era un portero de enormes condiciones pero con carencias a la hora mandar en el área. Un guardameta que confiaba todo en sus reflejos y su agilidad. Es el mismo jugador pero con un punto extra de madurez. Actualmente es una pieza fiable a la hora de “ir a la guerra” y ha ido dejando de lado sus “cantadas” y errores estúpidos gracias a su mayor sobriedad. Es un portero maduro.

En la defensa encontramos probablemente la zona más débil del equipo. Donati o Hilbert son los laterales derechos. El italiano no pasa de ser un defensor solvente y el veterano alemán es sencillamente una debilidad manifiesta.

Para la zona central los titulares son Tah y Papadopoulos. Ambos asumen un rol de correctores, algo más fiable el griego que el joven central teutón -fichado procedente del Hamburgo- y destacan por su gran poderío físico. Pocos defensores más potentes hay en el panorama europeo. De Kyriakos podemos apreciar una gran importancia en el juego aéreo en ataque.

En el lateral izquierdo el titular suele ser Wendell, un brasileño que destaca por su velocidad, su capacidad para comer terreno y sus imprecisiones tanto en defensa como en ataque. Todo lo hace muy rápido y lo basa en su físico, pero no siempre decide bien…

En el centro del campo las piezas que suelen jugar, aunque pueden caer, son Kramer y Lars Bender. Los dos asumen una capacidad correctora, Bender incluso puede asumir un rol más de interior con recorrido y el ex del Gladbach un perfil más posicional.

Con estos dos jugadores Schmidt asumiría un partido más conservador, más preparado para sufrir y menos preciso en lo técnico. No sería sorprendente una apuesta por Kampl o Çalhanoglu más en la base para la organización del juego y la inclusión Brandt o Mehmedi en la línea de ¾.

En esa media punta los jugadores más importantes son Bellarabi y Çalhanoglu. El primero es un extremo muy veloz que aporta una importante dosis de gol. Es un jugador hiperactivo que estira líneas, profundo siempre que puede y que puede jugar en cualquiera de las bandas -lo normal es que se enfrente a Jordi Alba-; el turco es por encima de todo un jugador con una precisión técnica exquisita y uno de los mejores lanzadores de falta y saques de esquina de la élite. Darle una falta en la frontal es una ocasión manifiesta de gol. Además de su virtud en el golpeo es un buen llegador desde la segunda línea pero adolece de regularidad. Puede no aparecer en un encuentro.

Las otras piezas que configuran el ataque del Bayer Leverkusen son Mehmedi, Chicharito Hernández, Kiessling y Brandt. Lo normal es que el mexicano sea el titular, pues ha mostrado una presencia goleadora destacable y está sabiéndose como más coherente para un equipo, como el de Schmidt, que precisa de jugadores dinámicos. Mehmedi, suizo procedente del Freiburg, es un 9 prototípico que puede jugar tanto en la punta de lanza como escorado a una banda con tendencia a ir al centro.

Otras opciones son Brandt, jovencísimo extremo que puede hacer de extremo izquierdo como, lo que sería más probable, un revulsivo desde el banquillo. Kiessling, 9 clásico por antonomasia, destaca por su capacidad aérea, su lucha en las disputas por el aire y definiría parte del planteamiento de Schmidt. Si se la juega con él es que va a disputar los balones en largo, juego directo, y a disputar la segunda jugada con su ejército de soldados convencidos para correr.

Ganar probablemente no podrán, o sí sin Messi enfrente, pero sepan que el partido será cómo elija Schmidt. Su planteamiento es agresivo, tanto que obliga a su rival adaptarse a su fútbol y a matizar su juego para ganarles. Ellos son así, singulares. A disfrutar.