VOLVER A SER UN EQUIPO RECONOCIBLE
EL CLUB
Para situar a todo aquel que no haya seguido la actualidad granota este verano, hay que resaltar que no ha sido un periodo estival normal. Se ha hablado mucho del Levante y poco de fútbol.
El propietario de los Phoenix Suns, Robert Sarver, hizo una oferta de 56 millones para comprar el club. La oferta era sólida y fue escuchada. Se comprometía a pagar de golpe la deuda e invertir en fichajes y mejoras de infraestructuras. Tras muchas negociaciones, la entidad prefirió no vender. El Levante crecerá, pero lo hará a un ritmo más lento que si hubiera vendido el 70 % de las acciones a Sarver. Ritmo lento, pero seguro.
Entre tanto, el proyecto deportivo ha mejorado con respecto al año anterior, que fue muy duro, consiguiendo la permanencia solo dos jornadas antes de que acabara la Liga.
NUEVO PROYECTO DEPORTIVO
En la portería, Mariño ha sido adquirido en propiedad, aunque de momento está jugando Rubén, procedente del Almería, que está cumpliendo y con creces. Se espera competitividad en esta posición durante toda la temporada.
La zaga ha mejorado. Trujillo es el central móvil que quería Alcaraz, mientras que Feddal es la apuesta del club. Uno de mayor movimiento y capacidad para la cobertura; otro, duro al corte, potente de cabeza y buen defensor en pequeños espacios.
Por delante, con Verza, por fin el Levante tiene un jugador de parecidas características a Barkero. Gran golpeo de balón, capacidad para encadenar varios pases en corto y, sobre todo, para lanzar contraataques. Jefferson Lerma apenas ha jugado unos minutos, pero debe asentarse como titular. Es un futbolista de potente físico al estilo Diop, pero con mayor calidad y llegada. Si se adapta a la exigencia de la Liga, será un jugador destacado.
En el ataque es donde ha habido más novedades. Barral deja paso a Ghilas y Deyverson. El primero, con capacidad para fabricarse su propia jugada, potente para chocar con los defensas y con aptitudes para ejercer el papel de boya. Deyverson, aún sin marcar -en realidad sí lo hizo, aunque se lo anularon- está siendo una de las sensaciones de la temporada. Tiene gol, es rápido, muy hábil y está en todos los sitios -lo que le puede costar algún disgusto-. El Levante desembolsó 1,8 millones de euros -la mayor inversión de su historia-, pero en Orriols están convencidos de que saldrá por mucho más.
¿A QUÉ JUEGA?
Lucas Alcaraz lo tiene claro. Ya en las últimas jornadas de la temporada pasada, utilizaba el 5-3-2 para dar más libertad a los laterales y blindarse por dentro con tres jugadores. Durante la pretemporada, siguió la apuesta. Y los tres primeros encuentros así lo han ratificado. Varias dudas hay en ese XI. Jefferson Lerma debe acabar imponiéndose como titular, y Simao Mate puede entrar como tercer central, aprovechando su velocidad y anticipación -no será en este partido, ya que cumple sanción-. La otra gran duda es la de Morales. El mejor jugador del Levante UD el pasado año tiene un problema en este sistema de 5 defensas: no hay extremos, sino laterales largos, y solo puede entrar en el equipo jugando en la posición de Toño o Iván López. Frente al Sevilla entró por este último, pero Iván es titular para Alcaraz. El dilema: a Alcaraz le gustaría ver a los tres como titulares, pero considera vital dar rienda suelta a dos de ellos, y entonces no hay sitio para el otro. El cuerpo técnico sigue trabajando en ello.
Esta temporada va a haber dos Levante. Uno será como local y se pudo ver frente a Celta y Sevilla. Laterales muy largos, defensa más adelantada y paciencia para combinar, con jugadores como Camarasa o Verza. El Levante del repliegue y contraataque también aparecerá, pero alternado con el del ataque posicional. Alcaraz quiere tener más registros para los partidos en casa, donde la afición exige más ambición.
Como visitante, el Levante de siempre. Repliegue medio-bajo, línea de 5 -con los dos centrales exteriores móviles y el del medio fijo-, una línea de tres por delante, un enganche y el punta, aunque en función del rival, la disposición puede ser de 5-4-1 o 4-5-1. Entre las virtudes, la defensa aérea de los tres centrales y el posicionamiento y capacidad de achique de Feddal. Uno de los problemas de Toño e Iván López son el espacio entre lateral y central y la defensa aérea de segundo palo, pero contar con tres centrales y no dos les protege.
A la hora de salir, Ghilas y Deyverson buscan el envío largo al espacio cayendo a ambas bandas, o tratan de anticiparse por arriba a los centrales rivales y descargar al compañero, pero debido a su altura esto les cuesta más. Cuando el Levante sale, Verza es quien lanza y los dos laterales se abren mucho para poder recibir el balón. Cuando esté Lerma, el Levante sumará un llegador potente que debe ser decisivo desde segunda línea aprovechando los espacios de los dos delanteros.
Para encuentros como el del domingo, jugadores como Casadesús pueden ser una baza importante. Alcaraz llevará al extremo su filosofía: equipo junto, pocos espacios y menos aún alegrías en ataque. Protección por encima de todo.
POSIBILIDADES
Juanfran ha dicho durante la semana que en el Camp Nou lo normal es perder. José Mari, que cualquier jugador del Barcelona puede decidir un partido. Desde el club se asume la extrema inferioridad y el único objetivo es competir lo máximo posible. Las buenas sensaciones contra el Sevilla y el importante partido contra el Eibar dejan el encuentro en Barcelona como 90 minutos para disfrutar un poco y sufrir mucho.
La segunda campaña de Lucas Alcaraz tiene tres objetivos claros. El primero es, por supuesto, la permanencia, y si puede ser con mayor solvencia que el curso pasado, donde hubo diversos momentos complicados que hicieron temer por la misma. El segundo objetivo va ligado al primero. Con Mendilibar, el Levante dejó de ser un equipo reconocible. No acababa de estar claro cuál era la idea futbolística -lo que afectó a los jugadores-, si priorizar el balón o los espacios, el bloque bajo o alto.
Al final, recuperar el Levante de Juan Ignacio Martínez -repliegue y transición, como veremos en el Camp Nou- es el plan establecido, pero con matices, y este es el tercer objetivo. Encontrar los espacios desde el ataque posicional y a través de juntar jugadores con el balón, en los partidos del Ciutat, hará al Levante un equipo más impredecible. Si no, siempre quedará Deyverson.