El primer tiro a puerta del Barça llegó en el minuto 85. Esta sería una buena manera de resumir lo que pasó en el campo del modesto Villanovense, que dio la cara e hizo un gran partido. El Barça, en cambio…bueno, en su línea. Plagado de suplentes, no se podía esperar nada mejor que lo que ofrecen los titulares, y eso ocurrió. O dejó de ocurrir, porque no pasó nada. Los chavales –tanto Kaptoum, Samper, Gumbau como más tarde Aitor- intentaron cositas y tuvieron alguna buena acción pero ninguno llegó a destacar, aunque los dos primeros sí que consiguieron que el aficionado se quedara con ganas de verles jugar un poco más.

Luego estuvieron los Zipi y Zape de la mala puntería, Sandro y Munir. No se les puede atribuir falta de ganas, pero muchas de sus acciones no beneficiaron al equipo y de cara a puerta no hace falta explicar mucho más. El problema llegó cuando la vista se centró en un jugador veterano, concretamente Adriano. Porque una cosa es no tener acierto o habilidad suficiente para el primer equipo, pero otra muy distinta es no querer esforzarse. Y justamente eso es lo que hizo Adriano, irónicamente el día que fue capitán. Por un día como el de hoy algo así quizá tampoco tendría mucha miga, pero es alguien que lleva meses comportándose en el campo como un jugador que ya no tiene nada que ofrecerle al fútbol.

Más allá de ese mal ejemplo, el resto de jugadores lo intentó pero no había más. El Barça tenía a quien tenía en el campo y juega como juega. En cuanto al partido en sí, el Villanovense se encerró atrás y el Barça dominó el balón. El equipo local hizo bien su trabajo y el Barça no supo qué hacer con el balón una vez llegaba a la frontal rival. Intentó mezclar juego por dentro con alguna llegada por fuera, pero el balón iba lento y los toques eran muy poco precisos, así que la defensa rival no tuvo que sudar para proteger su portería.

Este tipo de partidos no dejan de ser un trámite debido al formato de Copa, pero es doloroso ver un equipo tan plano como este Barça. Sin automatismos ni con el equipo titular, no se puede esperar que el suplente los tenga. Realmente no se pueden sacar demasiadas conclusiones, pero partidos así sirven para reforzar cosas que ya sabemos. Y es que entre la plaga de lesiones y el poco trabajo táctico que se aprecia en algunos aspectos, el equipo está condenado a ganar sin florituras, al menos hasta que vuelva el mejor jugador del mundo y llegue enero. Ahí puede que la historia sea otra, y no hay que olvidar que la primera vuelta de la anterior temporada también fue horrible. Aunque cueste hay que tener fe. Queda mucho camino por recorrer.

LAS NOTAS

Masip (6): El poco trabajo que tuvo lo resolvió

Douglas (5): Sin proyección ofensiva ni solvencia defensiva.

Bartra (5): Dos o tres conducciones bartrianas.

Vermaelen (5): Sin complicarse, sumando minutos.

Mathieu (5): El más ofensivo de toda la línea defensiva, horroroso en la toma de decisiones.

Gumbau (5): Sin pena ni gloria.

Samper (6): Combinó acciones de mérito con otras de juvenil.

Kaptoum (6): Un par de slaloms y velocidad en la combinación que nos hacen querer verle más.

Sandro (4): Desacertado y obcecado con el gol.

Munir (4): En la primera parte trabajó bien entre líneas pero no logró sacar rédito alguno.

Adriano (1): Sin comentarios.

Aitor (5): Preocupado más por centrar que por desbordar. Justo premio a su buen inicio de campaña con el B.