Fue una batalla de desgaste. Como una batalla cualquiera de la I Guerra Mundial, cada equipo aguantaba en su trinchera, sin ceder terreno. Y es que todo empezó igualadísimo: el Villarreal decidió comenzar atrás para salir a la contra mediante un gran Roberto Soldado, que tuvo mucha culpa de la mayoría de ocasiones que realizaron los amarillos. El Barça se encontró con un partido de paciencia, de atacar con cabeza ante un rival que te podía dejar en evidencia si no se andaban con cuidado.

Hay que reconocer que al Barça le costó encontrarle el pulso al partido. El Villarreal no tenía ningún error defensivo, aunque mucha culpa de esa facilidad para repeler ataques culés la tenía la poca velocidad en circulación del equipo, que hacía la mayoría de las jugadas previsibles para el defensor amarillo. Por si fuera poco, Bruno Soriano se giró más de una vez para encontrar a un Soldado que aguantaba entre líneas y sostenía esas jugadas, que normalmente acababa desperdiciando un Denis Suárez que de nuevo no dio el nivel.

Pasado ese tramo, el centro del campo culé –el mejor que hemos visto en muchos meses- empezó a amasar más balón y a darle algo más de ritmo al encuentro. Munir, algo más interiorizado que en su último encuentro, sostuvo ese acierto en lectura de juego que le vimos ante el BATE. Suárez intentaba moverse por la frontal pero no había profundidad suficiente para aprovechar sus movimientos, y Neymar protagonizaba las principales ocasiones del equipo, beneficiándose del estado de forma en el que se encuentra.

Lo cierto es que en la primera parte acabó con un Barça que se aceleró, cometiendo algunos errores que no fueron a más. El partido se fue al descanso con tensión, con ambos equipos jugando a un gran nivel. Eso sí, el segundo acto fue algo completamente distinto. Como suele ocurrir con este Barça de Luis Enrique, la charla al descanso del entrenador cambió la actitud del equipo. Moviendo mejor el balón, gracias sobre todo a un Busquets que está en el mejor momento de su carrera y a un Andrés que posiblemente haya alcanzado su tope tras la grave lesión de 2010, acompañados de un Sergi Roberto que, aunque no jugó su mejor partido, sí mejoró las prestaciones que en su lugar hubiera ofrecido Rakitic. Más movimiento, movilidad y calidad en el toque.

Y claro, el Villarreal, que había jugado el partido que quería hasta el descanso, no pudo aguantar la marcha más que metió el Barça. Sobre todo porque Neymar se puso el disfraz de mago y comenzó a desconcertar al rival, que no sabían por dónde les venía. Aparecieron los dos mejores jugadores del partido, y seguramente del Barça en el último mes y medio, como son Busquets y Neymar. El primero cortando un balón y dando una asistencia de primer nivel, el segundo definiendo con tranquilidad. El partido empezó a decantarse en ese instante, pero las sensaciones se confirmaron solo diez minutos más tarde, con un grave fallo de Jaume Costa ante un Munir que aprovechó la inocencia del lateral. Ya con el 2-0, esa tensión anterior desapareció y el Barça se dedicó a tocar tranquilamente ante un Villarreal que estaba agotado.

La puntilla la puso el 11, que esta vez quiso hacer de Ronaldinho con un sombrero en el área que finalizó con un remate sin dejar caer el balón. Ahí acabó el partido, con un gol que sin duda entrará en cualquier recopilación del genio brasileño. Un Neymar que más que dar ese paso adelante que se le pidió cuando Leo se lesionó, se ha echado el equipo a la espalda. En cada partido es decisivo. Y hace pensar sobre si Lucho le permitirá tener esa libertad cuando vuelva el 10, ya que parece contraproducente volver a atarle en ese rol que tenía antaño. En todo caso, gran victoria y sobre todo grandes sensaciones antes del Clásico.

LAS NOTAS

Bravo (8): Estuvo atento y no tuvo mucho trabajo, pero solventó bien las ocasiones que se le presentaron.

Alves (8): Gran partido sobre todo defensivamente, uno de sus puntos débiles últimamente. Denis Suárez apenas le pudo inquietar. Arriba combinó bien con Munir y Roberto.

Piqué (7): Gerard estuvo correcto: sufrió ante alguna carrera de Soldado pero no tuvo más problemas.

Mathieu (7): Concentrado e incluso con alguna subida peligrosa, firmó un buen partido. Es el nivel que esperamos.

Alba (7): Castillejo le dio algún que otro problema con su zancada, pero por lo general le aguantó bien. En ataque sigue sin aprovechar lo que Neymar genera.

Busquets (9): Firmó un partido brillante, generando el primer gol y cortando el balón que dio origen al penalti del 2-0. Está en un estado de forma excelente.

Iniesta (8): Transmite unas sensaciones inmejorables. Mejor que antes de la lesión, parece que le ha venido bien el descanso. Habrá que esperar para ver si puede mantener este tono.

Roberto (7): Tras tantos partidos a un nivel altísimo, bajó un poco su aportación. Aun así, ayudó a que el equipo moviera bien el balón y leyó bien el partido, como siempre.

Munir (7): Empieza a merecer más minutos que Sandro. Bien en sus toques y combinaciones, de cara a puerta sigue estando negado. Es un gran déficit.

Suárez (8): Fallón, como siempre. Y marcando, como siempre. Sin balón volvió a ser una barbaridad. Se mueve de maravilla.

Neymar (9.5): El mejor, sin duda. Dos goles y una sensación de comodidad y superioridad en el campo tremenda. Está en una nube.

Sandro (6): Jugó unos veinte minutos, pero el partido ya estaba cerrado. No tocó mucha bola.

Bartra (-): Salió al final del partido, apenas tuvo incidencia.