Utilizan mucho los medios americanos un concepto procedente de la física y al que llaman momentum para describir ese estado anímico que, para bien o para mal, afecta decisivamente al rendimiento del deportista. Efecto que se ve sobredimensionado si el deportista resulta ser un grupo de deportistas. Un equipo, vaya. A este mismo concepto se le suele llamar inercia en castellano, pero para el caso que nos ocupa, ciertamente prefiero seguir con la terminología y recuperar el significado que la mecánica clásica le otorga a la palabra momentum (cantidad de movimiento). El producto de la masa de un objeto por su velocidad, el bagaje constante del que no te puedes desprender multiplicado por tus circunstancias actuales.

Masa-antecedentes.

El Deportivo de Víctor Sánchez del Amo se salvó de un casi cantado descenso en un último partido agónico en el Nou Camp hace poco más de medio año. Recordaréis muchos aquel 2-2, más si cabe si sois seguidores deportivistas. Una remontada agónica, fraguada en menos de diez minutos y bastante inesperada tal y como se había desarrollado el partido y la temporada. Incluso si tenemos en cuenta los ocho partidos que dirigió el curso pasado. Si nos vamos más atrás en el tiempo y pese a que los números globales puedan decir lo contrario, el Deportivo ha sacado dos empates en sus tres últimas visitas al Nou Camp, siendo la derrota una más que digna frente al Barça de Tito Vilanova. Es cierto que los empates llegaron con el Barça ya encarando un final de temporada en el que todo estaba decidido, pero llegaron. Y si suele ser fácil lograr la motivación necesaria para que un equipo como el coruñés afronte un partido como este, más fácil será si los precedentes acompañan mínimamente. Aún más si cabe si el entrenador blanquiazul es el mismo que en su día anotó el gol de la primera y difícilmente olvidable victoria coruñesa en feudo blaugrana, así como partícipe directo de otras dos victorias en el mismo campo. Un auténtico talismán.

Velocidad-circunstancias.

El Deportivo de Víctor, también hay que decirlo, poco se parece al que sacó un empate a dos en el mes de mayo. Varios jugadores repetirán, pero hay diferencias muy notables y que son la consecuencia de que, una vez disputados 14 partidos de la presente temporada, llegue el conjunto blanquiazul en posiciones europeas. El Deportivo de Víctor es, a día de hoy, un conjunto mucho más compacto y capaz de adaptarse a muy diversas situaciones de juego. Capaz de ceder el balón y contragolpear con eficacia sin conceder demasiadas ocasiones en el proceso. Capaz de tener el balón y jugarlo en campo rival sin regalar espacios. Normalmente el técnico madrileño apuesta por un 4-4-2 que oscila entre la versión más clásica con cuatro jugadores de banda y doble pareja de delanteros buscando rupturas en profundidad hasta la versión más brasileña en la que los jugadores de banda buscan constantemente el centro y la banda es ocupada por laterales largos y apoyos de los delanteros. Capaz, como digo, de dominar estas dos versiones se entiende que no sea capricho recalcar que el Deportivo es a día de hoy el equipo de su entrenador, un equipo de autor que sobre el terreno de juego demuestra la gran labor que se viene realizando desde el verano tanto a la hora de realizar las contrataciones necesarias como a la de crear un modelo de juego altamente competitivo en la primera división del fútbol español. El mejor ejemplo de lo último quizá sea que llega a la jornada 15 habiendo perdido tan sólo 2 partidos y, lo que es más importante, habiendo sido superado claramente tan solo por el Málaga CF.

Capítulo aparte merece la temporada de Lucas Pérez. Nacido en el periférico Barrio de las Flores de la ciudad herculina no fue hasta la pasada temporada que consiguió vestir la elástica del club del que es seguidor. Tras realizar una segunda vuelta muy convincente, logró que el presidente Tino Fernández invirtiera dinero en su fichaje, hecho que no sucedía desde que el ya caído Augusto César Lendoiro contrató al Principito Andrés Guardado procedente de Atlas de Guadalajara. La situación económica comienza a despegar en el club, pero a cambio del desembolso de cerca de 2M€ el jugador hubo de renunciar a parte del salario que hubiera percibido de continuar en el PAOK de Salónica, así como a disputar competición europea con el club griego. La realidad ha demostrado que el movimiento fue ganador para ambas partes. Su comienzo de temporada ha sido por momentos brillante y sus números goleadores están a la par de los que en su día firmaron Roy Makaay o Bebeto. ¿Su secreto? Una altísima efectividad y una efervescente y contagiosa determinación. Muchas veces aislado del juego, gusta de combinar con Fajr o Luis Alberto cuando están sobre el terreno de juego y posee una arrancada muy explosiva que mezcla bien con las prolongaciones de Oriol (lesionado) así como con los veloces desmarques de Jona.

Así y con todo es Mosquera el jugador que ha venido marcando el ritmo del conjunto blanquiazul, tanto a la hora de salir con el balón jugado como a la hora de presionar más o menos agresivamente al mediocampo rival. Su ausencia por acumulación de tarjetas es posible que provoque un cambio de esquema en el Deportivo, ya que se habla de sacrificar a uno de los dos delanteros a cambio de introducir a un jugador de más recorrido como Fayçal Fajr en la medular. El once es todavía una incógnita, pues así le gusta hacerlo a Víctor, y tanto el factor sorpresa como la versatilidad de los jugadores disponibles en la plantilla son dos armas que se han sabido utilizar este año en diversas situaciones. Si me preguntáis mi opinión, no creo que Víctor rompa la pareja de delanteros y veo bastante probable que intente aprovechar la velocidad de Lucas y Jona para correr a la espalda de los centrales barcelonistas. Tiene margen para ser valiente, poco que perder y mucho que ganar tras haber triunfado en su primer gran partido frente al Celta de Vigo hace un par de semanas y no haber salido derrotado ni frente al Valencia ni frente al Sevilla.

Conservación.

Dice la física clásica que el momento de un sistema cerrado, de un sistema sobre el que no se ejerce fuerza externa alguna, se conserva en todo caso y sin excepción. Se enfrenta el Deportivo al equipo de la MSN, tres fuerzas externas capaces de echar por tierra cualquier ley universal. Ausente una de ellas, N, es igualmente consciente toda la afición blanquiazul de que las otras dos, M o S, así como el resto de recursos de los que dispone el Barça se bastan para que hasta una ley universal como la de conservación del momento se incumpla. ¿Lo importante? Salir del Camp Nou, con punto(s) o sin ellos, pero con la sensación de no haber perdido la inercia (¡el momentum!) que nos ha ido impulsando toda la temporada.