Si ha habido una palabra que definía al Barça de Luis Enrique en este 2015 esa era intensidad. Intensidad en el juego con el balón, correr cuando tocaba, presionar como nadie, ofrecer siempre un punto más de viveza en el juego que el rival. Hoy no fue así, es evidente que siempre es más fácil ofrecer esa capacidad sin balón que con él, pero hoy el Espanyol ofreció mucho más en ese aspecto, que el Barça en gran parte del partido.

Es evidente que la línea de la agresividad sin balón de un equipo la marca el árbitro, y a nosotros aunque no nos gusta hablar del colegiado, porque lo consideramos un aspecto incontrolable del juego, no podemos obviar que ayer sí condiciona cuales son las posibilidades sobre las que un equipo intenta intimidar físicamente a otro. Tomemos como ejemplo el partido jugado por Diop; un jugador con un físico espectacular, omnipresente hoy en el centro del campo, le pitaron 7 faltas. Tarjeta amarilla en el 88…

Pero como bien dice Luis Enrique, hay que ceñirse a lo que depende del juego del equipo, y de hecho en los primeros minutos de la segunda parte, se demostró cómo se deben afrontar este tipo de encuentros, que no será el último que el equipo rival plantee de esta manera; velocidad del balón, movilidad de los hombre de arriba, conducciones inteligentes, y aquí abramos un paréntesis: el estado de forma de Neymar es completamente espectacular, hoy por hoy el jugador más desequilibrante del panorama futbolístico mundial, sin más.

Comencemos por el principio. El entrenador asturiano disponía al equipo de gala, con un pequeño matiz en el juego, que fue de hecho materializándose a cada minuto que pasaba. Es curioso como uno de los detonantes de este Barça pentacampeón fue el acomodo de Leo en banda derecha, que le permitía organizar y sobre todo ordenar caído sobre la cal, el juego del equipo. Descongestionando a su vez la frontal con todo lo que ha implicado este pasado año. Pues bien, ayer precisamente se optó por lo contrario, incentivando el juego trabado de los periquitos; Leo caía al centro más de la cuenta y eso implicaba ralentizar el movimiento del balón y a su vez hacerle el juego al equipo de Galca.

Mientras el Espanyol buscaba precisamente eso, embarrar el juego culé, metiendo músculo en el centro del campo, con el ya mencionado Diop y Jordán, y lanzar a los puntas con un peleón Caicedo y la clase de Asensio en la mediapunta. Presión alta y la espalda tanto de los laterales, como de Mascherano, una vez más punto débil de la defensa culé. Arriba la MSN aparecía desconectada del resto del equipo, pues el centro del campo, a pesar de un sobresaliente en lo técnico, partido de Iniesta, no respondía a las expectativas a aparecían como meros espectadores del choque. Llamatuvo por ejemplo el partido gris de Rakitic.

Con una falta a la cruceta de un no muy inspirado Leo, nos íbamos a vestuarios con cierto dolor en los tobillos por empatía con Neymar y permisividad arbitral, como ya hemos comentado. Y en esto que al comienzo de la segunda parte, dicha MSN comenzó a entrar más en juego. Suárez, que hasta ese momento se había perdido en una guerra de guerrillas con los centales pericos, entró más en contacto con el balón y comenzó a incentivar las diagonales de Neymar y Leo, que ya empezaban a rajar la zona de tres cuartos blanquiazul. Y así llegaron las mejores ocasiones culés que no fueron materializadas, lo cual volvió a dar aire al Espanyol, para encarar los minutos finales del encuentro con su fe intacta.

El partido llegaba a sus últimos estertores y se generó, más por la búsqueda desesperada del gol azulgrana, que por verdadero mordiente españolista, alguna llegada a la meta defendida de manera testimonial por Bravo y alguna ocasión, esta vez bastante menos clara, de la delantera blaugrana. Dos puntos que se pierden o uno que se gana, al final la Liga dictará sentencia. Pero sensación de que el equipo está dejándose puntos que le pueden venir muy bien a final de temporada, lastrado por ese momentum de descompresión que, adivinamos, acabará más pronto que tarde. Quizá la mecha de los dos refuerzos inminentes haga el resto. Qué bien le va a venir al Barça sumar “titulares” a su plantilla…

LAS NOTAS

BRAVO (6): No tuvo que pesar en el encuentro de ayer. Bien en lo poco que hizó, tan solo un error en un corner que bien pudo costar un disgusto.

ALVES (6): No estuvo especialmente participativo, quizá ayer el triángulo formado por él mismo, Leo y Rakitic no fue bien explotado.

PIQUÉ (8): El bastión defensivo. A partir de él se crece defensiva y ofensivamente. La base de la pirámide.

MASCHERANO (5): Punto débil de la defensa. Sigue teniendo ciertos brotes de inseguridad que el equipo puede pagar tarde o temprano.

ALBA (7): Estado de forma brutal. No sacó partido del mismo, quizá está siendo desaprovechado.

BUSQUETS (6): Termómetro del equipo. Si el Barça no está fino, él tampoco lo está y viceversa. Debe volver al que fue hace no más de un mes.

RAKITIC (4): Floja actuación del croata ayer. Desaparecido. Hoy parece más interesante jugar con Sergi Roberto que con él cuatro.

INIESTA (8): Está de dulce, aun así el equipo debe hacer porque esa capacidad de desborde que tiene haga uso de ella en el tramo final del juego, donde sin duda creará estragos en la defensa rival.

LEO (6): No estuvo ayer especialemente acertado el mejor jugador del mundo, y como ya hemos comentado, la decisión de venir a jugar tan centrado no parecía la mejor.

SUÁREZ (5): Uno de sus día más grises como azulgrana. Y aun así probablemente el que más cerca estuvo de materializar el gol.

NEYMAR (8): El brasileño es otro que está de dulce y deberíamos aprovecharlo mejor. Ayer fue especialemente cosido a patadas y aun así no desapareció.

SERGI ROBERTO (7): El jugador número 12 y quizá incluso debería de volver a la titularidad más pronto que tarde. Suma, siempre suma.