SANDOVAL NUNCA SERÁ BILL MURRAY

Todo aficionado culé desearía repetir este sábado aquel 9-1 que la pasada temporada encajó el Granada CF en su visita al Santiago Bernabéu, resultado en absoluto descabellado de imaginar frente a los Messi, Neymar, Suárez y compañía. Si bien es cierto que la situación en la capital nazarí ha cambiado desde entonces, la llegada milagrosa de Sandoval evitó el descenso a falta de cuatro jornadas y desde el filial han llegado ilusionantes figuras nuevas, y al igual que cada nueva temporada, todo parece haber cambiado para volver al mismo lugar. Y es que como señalaba Miguel Quintana en Ecos del Balón, “desde que regresó a Primera División, el Granada CF vive instalado en un permanente día de la marmota”.

Convendría apuntar que ni el Camp Nou es Punxsutawney, la apacible localidad de Pennsylvania en la que transcurría la trama de Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993), ni Sandoval es Bill Murray. O en todo caso sería el Bill Murray de Los fantasmas atacan al jefe (Richard Donner, 1988), temiendo por su puesto y con el equipo instalado en la peligrosa zona baja, replanteándose el cargo hasta que la aparición del fantasma de las navidades pasadas dejó nublado al Sevilla de Unai Emery, incapaz de superar el sistema táctico con el que sorprendió a propios y extraños el técnico madrileño, cambiando la imagen de lo que hasta entonces parecían Las incorregibles albóndigas (Ivan Reitman, 1979).

Ante la ausencia de Biragui en el lateral izquierdo, Sandoval presentó de inicio un inédito 5-2-3, disimulando así la inseguridad que despierta El pelotón chiflado (Ivan Reitman, 1981) de centrales y colocando al extremo Edgar de improvisado carrilero izquierdo. Un planteamiento pensado a favor de Los límites del control (Jim Jarmusch, 2009) y que en la transición ofensiva evolucionaba a un mucho más abierto 3-4-3, disposición que mejor permite aprovechar las virtudes de sus dos delanteros más en forma, los jovencísimos Isaac Success y Adalberto Peñaranda, de explosivas condiciones físicas y extraordinaria conducción de balón pegados a banda, que han devuelto la capacidad goleadora y la fe a un equipo siempre falto de puntería. Más les vale disfrutarlos antes de que hagan las maletas para triunfar fuera, siguiendo los pasos de Brahimi, Nyom e Ighalo.

Porque lo cierto es que el experimento funcionó con victoria y más solvencia de la esperada, aunque los habituales despistes defensivos casi cuestan un resultado que se empeñó en conservar un tenaz Andrés Fernández bajo palos, recordando a aquel guardameta que llegó a ser el primero de la clase en Academia Rushmore (Wes Anderson, 1998).

Si revisar las actas de los partidos contra el Espanyol se lo permite, Luis Enrique tendrá por supuesto tiempo para examinar la táctica rival y encontrar las carencias que el Sevilla no supo detectar. Siempre y cuando fuera necesario, porque lo irónico es que quizá no haga falta. Este martes el Valencia desmontó el sistema de Sandoval apenas empezado su segundo asalto, cerrando la eliminatoria con un 4-0 que deja al Granada eliminado virtualmente de la Copa del Rey. Un equipo Lost in Translation (Sofia Coppola, 2003) a la hora de competir en grandes plazas, víctima de su fragilidad defensiva y falta de pegada. Las preguntas de esta inestabilidad habría que dirigirlas a los Cazafantasmas (Ivan Reitman, 1984) que se sientan en el palco y cuya dirección técnica cada campaña deja que desear. Talento sobra, pero la falta de consistencia de la plantilla lo condena a seguir año tras año sufriendo por la permanencia y viendo dejar escapar a sus estrellas.

Y en el Camp Nou nadie duda de que la exigencia será máxima desde el primer minuto, sobre todo ante una grada deseosa por seguir jugando con los regalos atrasados que trajeron los Reyes Magos. Arda Turan y Aleix Vidal debutan en Liga ante su afición, que quizá ese día descubra que el mejor regalo imaginable lo tendrá en la defensa granadina. Por si acaso, y como algunos esta película ya nos la sabemos, cuando empiece el partido a los granaínos siempre nos quedará “Netflix and chill”, que para algo acaba de estrenarse el especial navideño de Bill Murray. Parece que el de Sandoval está a punto de terminar.