GANAR, GANAR Y GANAR, Y VOLVER A GANAR.

Esto ya solo trata de eso. Quedaban cuatro partidos, los dos rivales de la capital habían ganado y no había lugar a las dudas, el equipo necesitaba los tres puntos. Y que se vaya acostumbrando, porque es lo que le van a exigir en las próximas tres jornadas. El Barça ya no puede fallar y los rivales no le van a dar opción a otra cosa. El diez lo sabe. El nueve lo sabe. El once, pese a ciertas leyendas urbanas, también lo sabe. En definitiva, por suerte este equipo está más enfocado hacia el título de lo que parece estar, por ejemplo, el público de ayer del Camp Nou que, en contraste con los rivales rojiblancos del Calderón un par de horas antes, que reventaban el estadio de la rivera del Manzanares, apenas poblaban la mitad de las gradas del Camp Nou.

Esperemos que si se acaba ganando esta Liga, al menos se valore como se debe. Muchas veces se ha dicho que ganar la competición doméstica proporciona alivio para cualquiera de los dos grandes, aunque ahora exista otro invitado más. Bueno, esperemos que ese alivio llegue a la Ciudad Condal. Este equipo necesita volver a tener una parroquia detrás que crea en ellos a ojos cerrados, sería la única manera que el talento natural de estos futbolistas, vuelva a desbordarse a borbotones de la botas de los jugadores.

Once inicial de gala, con la inclusión que ya empieza a ser habitual, de Sergi Roberto por Alves. El Barça comenzó más pausado de lo habitual. Impreciso si se quiere en las inmediaciones del área rival e incluso concediendo llegadas a un Sporting que, como ya viene siendo habitual en cualquier equipo que se enfrenta a los azulgranas, mezclaba el repliegue bajo, con una presión alta cuando tocaba. A lo que añadía un gusto por el balón que ha inoculado el Pitu Abelardo en su equipo. Este buen trato del esférico les permitía tener esa paciencia en el pase de salida de la pelota, que magnificaba las posibilidades de sus delanteros, propiciando más de un dos para dos en las inmediaciones del área de Bravo. Ya lo dijo el entrenador sportinguista en la previa; jugarían con la urgencia del equipo culé. Y así lo hicieron mientras estaban dentro del partido.

El primer tanto llegaría tras una salida errónea de Cuéllar, que serviría en bandeja un gol de cabeza por elevación del astro argentino. Y a partir de ahí, más de los mismo. Si algo presidia ayer el Camp Nou era la frialdad en la grada y en el campo, no sabiéndose muy buen cual era el origen y cual el destino, pero sin duda contagiándose unos de otros, minuto a minuto. Aun así hubo tiempo antes del descanso para ver extraordinarios pases en profundidad de Leo, que fue combinando línea de cal con posiciones más centradas, cuando el juego lo demandaba. La mayoría de las veces el destinatario de esos pases era un Neymar incisivo como siempre, ocasiones que a veces desperdiciaba él mismo, otras su compañero en la delantera tras cesión del brasileño. Capítulo aparte merece el nueve. Ojalá una cámara siguiera su evolución a lo largo del encuentro. Es un manual vivo de lo que debe ser un delantero centro en movimientos sin balón. Rupturas, apoyos, arrastres. Impagable el uruguayo, hasta el punto de que quizá lo menos importante sean sus goles.

Pero es evidente que este equipo no está mentalmente en su punto álgido de la temporada. Se juega en el alambre, y ante cualquier contrariedad se muestran débiles, poco contundentes. El rival puede creer en la victoria y ese es un problema de difícil solución. En la segunda parte Leo decidió que no podía haber lugar a dudas, se vino al centro, el lateral volvía ser ocupado por Alves que sustituía a un tocado Sergi Roberto. La forma de percutir la frontal por parte del argentino ya la conocemos todos. Combina con cualquiera que le ofrezca continuidad, sea su socio un interior o un delantero, llámese Iniesta o Suárez. Amenaza con disparo desde la frontal y filtra el pase ya sea entre lateral y central o bien exterior a la banda opuesta, donde bien Ney o Alba se plantaban en el área pequeña rival. Y así fueron cayendo los goles, incluyendo tres penaltis para volver a conectar grada y césped, cuando ya el ánimo del socio no era tan necesario. Es la idiosincrasia culé. Por suerte o por desgracia, los chicos de Luis Enrique ya no tienen tiempo de hacerse preguntas, como decía el maestro Aragonés, ya solo hay espacio para la victoria. Tres partidos, nueve puntos, las cuentas es lo único que el Barcelona tiene claro en su camino. Al menos hay algo a lo que agarrarse, a eso y al diez, él sí que nunca falla…

LAS NOTAS

Bravo (7):  Sin incidencia en el juego. Sacó la que tuvo que sacar en la primera parte en una de esas llegadas que hizo el Sporting en la primera parte. Lo que se le pide al portero del Barça.

Sergi Roberto (6): El canterano sigue siendo el jugador para todo y está siendo el elegido por Luis Enrique para dar descanso al brasileño. Se lesionó al final de la primera parte el sóleo. Esperamos que sea leve pues forma parte de los catorce jugadores fundamentales en el equipo.

Piqué (6): Volvía al centro de la zaga tras cumplir la sanción en A Coruña. No incidió mucho en el juego, pero solo el hecho de estar en el cesped implica mayor seguridad en la zaga. Sustituido al comienzo de la segunda parte, esperamos que solo sean molestias leves o descanso, pues sigue siendo fundamental para que el invento funcione.

Masche (6): El jefecito es uno de los jugadores más concienciados para ganar esta Liga. Competir, sin más.

Alba (7): Fundamental su capacidad de aparecer en la banda izquierda. Lo volvió a hacer continuamente. De esa capacidad de sorpresa depende gran parte del éxito del juego en la frontal rival, cuando el Barça se instala ahí.

Busquets (5): No está en su mejor momento, es evidente y eso el Barça lo paga. Aun así, seguro que va a ser fundamental en esta recta final a poco que se entone.

Rakitic (7): Uno de los jugadores más tácticos e inteligentes del equipo. Sus movimientos siempre compensan los de los demás, sobre todo en esa zona derecha. No es muy protagonista en el juego, pero sobre todo se nota cuando no está.

Iniesta (6): Andrés no estuvo especialmente acertado en el gesto técnico y eso suele ser sinónimo de un partido donde el manchego pasa desapercibido. Debe volver ya si queremos sacar estos tres partidos que nos quedan adelante.

Neymar (8): Cabeza de turco de la afición y caza al blanco sistemática del rival ante la connivencia arbitral. Simboliza mucho de estas últimas semanas del Barça. Si el aficionado no ve o no entiende el juego del brasileño tienen un problema. Ellos, no el once culé. Fundamental, como siempre.

Messi (9): Leo no quiere perder esta Liga. Y eso, solo eso, ya es una gran garantía de éxito. Se echó el equipo a la espalda una vez más y ante esa actitud hay pocos rivales que puedan parar a este equipo.

Suárez (9): Posiblemente el mejor nueve de Europa y una de las tres patas sobre la que se sostiene esto. Vital.

Alves (7): Si está bien sigue siendo el mejor lateral derecho del mundo para este Barça. Ayudó a que el Barça en la segunda parte se posicionara en campo rival y a su vez rellenó muy bien la zona derecha ante la tendencia al centro de Leo ayer. Cuando suma, suma mucho.

Bartra (6): Salió en la segunda parte por Piqué y estuvo cumplidor sin demasiada incidencia en el juego. Se asienta como el tercer central del equipo ante las lesiones de sus compañeros. Correcto.

Arda (-): Sustituyó a Rakitic en las postrimerías del encuentro, sin mayor incidencia en el juego.