TRANSBORDO EN KRASNODAR

Se acabó un Top 16 absolutamente agotador para un Barcelona que finalmente cumplió el objetivo. Como no podía ser menos se consiguió la clasificación en Kaunas con suspense, finalizando con un balance de 8-6 y evitando con esa tercera plaza al rival indeseable por todos los equipos del Grupo F, Fenerbahce. Mañana comienza la serie frente a Lokomotiv Kuban, pero antes del salto inicial el Barcelona debe tomarse un momento de pausa para reflexionar y valorar lo conseguido.

Si antes de comenzar el Top le preguntabas a cualquier aficionado blaugrana si firmaban el escenario actual probablemente una grandísima mayoría lo hubiera hecho. En este “grupo de la muerte” se ha quedado fuera Olympiacos, ese equipo a prueba de bombas y que ha jugado tres de las últimas cuatro finales. El mega proyecto de Khimki de los Rice, Koponen y Shved también ha sido apeado del sueño de la F4, cita para la que está hecho este equipo. Incluso el vigente campeón de todo se ha visto dos veces al borde del precipicio antes de firmar su pase en el fatídico partido ante los rusos. Démosle valor a lo logrado del mismo modo que somos muy severos cuando los objetivos no se cumplen.

Estos 14 partidos han supuesto una auténtica montaña rusa para el equipo, con la durísima eliminación copera de por medio. Ha habido partidos para el olvido -Atenas, Moscú o Alemania-, encuentros para el éxtasis -Palacio, CSKA en el Palau- y también partidos de difícil explicación -Madrid en casa o los dos frente a Baskonia-. De los siete rivales enfrentados sólo CSKA se ha mostrado como un equipo realmente superior a pesar de la victoria en el Palau. Es verdad que Baskonia derrotó a los de Pascual en los dos encuentros siendo superior en la mayoría de los 85 minutos que jugaron, pero el cuadro blaugrana tuvo opciones de victoria en los dos partidos. Existe un motivo evidente para la preocupación, que no es otro que la bipolaridad que exhibe el equipo cuando juega en casa o a domicilio, y eso cuando te juegas el pase a una Final Four con factor pista en contra es un problema muy grave.

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Ahora bien, enormes proyectos como los de Maccabi, Efes, Olympiacos o Khimki no van a tener la oportunidad de luchar por la cita de Berlín, así que el Barça antes de analizar cómo frenar a Lokomotiv debe pensar en cómo no ponerse frenos ellos mismos. Fuera complejos y miedos porque el objetivo es demasiado goloso como para bloquearse. El Barcelona, a pesar de los pesares, está aquí por méritos propios, porque le ha ganado a muy buenos equipos y se ha ganado el derecho a soñar. ¿Hay equipos mejores en la competición? Quizá sí, pero en estos cuartos de final acaba la justicia. Que el Barça demuestre que es mejor que Lokomotiv Kuban ahora, porque la gloria final se reduce a dos únicos partidos.

Encontrarse con los rusos otra vez no es casualidad. Se trata de un muy buen equipo con las ideas muy claras, dirigidos por un entrenador que ya ha probado el sabor del triunfo y un par de estrellas que ejercen como tales. No hay que descubrir al equipo de Krasnodar, con el que ya se encontró el Barcelona en la primera fase (72-68 en el Palau y 78-74 en Rusia), pero enfrentarse a la mejor defensa de la Euroliga ya deja claro lo ajustada que será toda la serie. Entrar en el territorio de guarismos bajos será perjudicial para un Barcelona que no cuenta entre sus filas con un arma individual tan poderosa como Malcolm Delaney.

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Por el norteamericano pasa todo el juego de Lokomotiv, por lo que Tomas Satoransky deberá redoblar sus esfuerzos para frenar al base y al mismo tiempo dirigir a su equipo. Dontaye Draper es su relevo en la posición, y conociendo el despliegue del ex jugador del Real Madrid se hace difícil pensar en un escenario favorable para Carlos Arroyo, por lo que Pau Ribas podría ser la primera alternativa al checo. De todos los factores que pueden marcar la serie hay cuatro que sobresalen por encima de todos:

• El acierto en el triple: Lokomotiv es el equipo de la competición que más ha tirado desde el perímetro en el Top 16, lanzando casi 29 triples por partido, 7 más de media que el Barcelona y encestando el 38% de ellos por el 36% de los culés. Siendo los rusos un equipo con menos juego en el poste bajo, hacen de la circulación de balón su arma para encontrar los espacios y lanzar. Para ello se han reforzado en el Top 16 con Matt Janning, un especialista que si tiene el día puede resultar fatal para el rival. El 6.75 es el termómetro del Barcelona, que si no tiene el día desde fuera le obliga a buscar situaciones de ataque mucho más forzadas para las que no está preparado. Se trata de dos defensas perimetrales intensas y agresivas, y el que se imponga en esta faceta tendrá mucho camino recorrido.

• Control del rebote: Si las defensas funcionan del modo que se espera las segundas oportunidades constituirán un aspecto vital del juego, así que proteger el aro propio es obligatorio. Si Lokomotiv se había reforzado en el triple el Barcelona ha hecho lo propio en el rebote con Joey Dorsey, que está jugando un baloncesto que ni el más optimista esperaba. Ya es un hecho que es el pívot titular del Barcelona, los números cuando él está en pista son impresionantes y le ha cambiado la cara al equipo desde su llegada, pero va a necesitar ayuda en la pintura para reducir a Anthony Randolph. Que Doellman esté a buen nivel es vital, pero sería de incalculable ayuda que Samardo Samuels se entonara nuevamente para aportar como “4”. Tomic hizo dos muy buenos partidos ante los rusos en la primera fase, pero ahora parece un jugador distinto. ¿Qué se puede esperar de él ahora mismo? ¿Va a llegar justo a tiempo? Son incógnitas que se resolverán en breve, pero si se suma podría ser diferencial.

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• Rotación: Lokomotiv es un conjunto físico pero que cuenta con una rotación más corta que el Barcelona. Prácticamente 8-9 jugadores monopolizan todos los minutos del equipo, y eso es un factor que el Barcelona debe aprovechar. La recuperación de Pau Ribas deja a Xavi Pascual con todo su roster al completo -a excepción de Lawal- en el momento culminante de la temporada. Las plantillas de 14 jugadores empiezan a cobrar sentido a partir de ahora, cuando juegas 3 partidos por semana casi a vida muerte y hay que sobreponerse al enorme desgaste.

• Experiencia: Puede parecer un factor menor, pero el Barcelona se enfrenta a un equipo que no se ha visto en una de estas, con el objetivo más cerca que nunca. Los Navarro, Tomic, Perperoglou u Oleson se saben de memoria esta competición y deben dar una tranquilidad de la que Lokomotiv podría carecer. En este punto de la competición además hay que jugar con el escudo, poner encima de la mesa el blaugrana y competir con él. Sí, hablo de tener un poco de soberbia, de presionar a los árbitros y toda esa serie de factores que al final también influyen en el juego cuando hay cosas importantes por medio.

Este Barcelona Lassa tiene una serie de problemas que le pueden apear de la competición en tres partidos, sí, pero también es innegable que posee un punto de grandeza que permite soñar con absolutamente todo. Es así este Barça, capaz de lo mejor y de lo peor. ¿Qué será esta vez?