Y aquí estamos, donde todos esperábamos a principio de temporada. Barcelona-Real Madrid, final de la Liga Endesa 2015-2016. Otra cosa no, pero la temporada del Barcelona Lassa se puede clasificar como previsible. Salvo el tropiezo en Copa el resto ha transcurrido según lo previsto. Las expectativas en Euroliga eran llegar hasta cuartos de final y, una vez allí y según el rival, luchar por una F4 donde esperarían dos o tres rivales claramente superiores. En ACB luchar por la primera plaza de liga regular para luchar en mejores condiciones en la finalísima ante el Real Madrid.

Sin embargo por el camino se llegó a dudar del destino final en la competición doméstica. El alto nivel mostrado por Valencia Basket y Baskonia presagiaban un final de liga más abierto que finalmente no se ha dado, principalmente porque se les ha hecho larguísima la temporada a dos plantillas más limitadas que las de los dos colosos. Los valencianos, muy justos de efectivos, y los vitorianos, absolutamente desfondados, compitieron pero se quedaron cortos.

¿Qué decir de la final cuando se enfrentan dos equipos que se conocen tanto? Se han enfrentado en cuatro ocasiones esta temporada, con un balance 3-1 favorable a los culés, que en el conjunto de los partidos se puede decir que se ha mostrado superior. Y lo ha hecho cuando ha jugado desde el descaro y la valentía, arrasando a su rival cuando ha empleado un nivel de intensidad elevado. Ahora llega a la final en plenitud de facultades físicas y en buen estado de forma. Un último esfuerzo para un equipo que creo merece este título.

Que Tomas Satoransky culmine su excelente temporada y pague la cuenta pendiente de su decepcionante serie de cuartos de Euroliga ante Lokomotiv con la ACB, su primer gran título con los culés pero no el último, por favor. Que se olvide al menos un año de los Wizards y nos regale un año más de crecimiento imparable en el Palau.

Porque Carlos Arroyo no se puede despedir dejando una imagen tan pobre para un jugador de su trayectoria. El boricua es un agujero negro en defensa, pero puede reducir su juego a conceptos más simples en los pocos minutos que debería estar en pista, buscando los tiros que él puede hacer y comprobar si está acertado. Llámenme iluso, pero sigo creyendo que al puertorriqueño le queda por hacer su gran tiro con la casaca blaugrana, y qué mejor que en la final.

Que Pau Ribas se convierta en el mejor socio de Satoransky en el exterior blaugrana, una pareja que puede destrozar la defensa madridista desde la intensidad en las dos canastas. Su temporada ha sido algo irregular, pero debe demostrar que el puesto de “2” es suyo hoy y mañana.

Con Juan Carlos Navarro sólo se puede pedir que su cuerpo le respete en la que debe ser su última final con un peso capital en el Barcelona. Si está bien ha demostrado que puede aportar minutos de calidad, pero desde el papel que ha jugado todo el año, es decir, delegando responsabilidades y dando un paso al frente cuando el colapso llegaba.

Brad Oleson merece acabar de manera digna su exitoso paso por el club blaugrana, y que de paso se gane el interés de algún equipo que libere al Barcelona del año de contrato que le resta. Su bajón de temporada y media es evidente, pero le aguarda la misión de dar sus 15 minutos de defensa e intensidad como perro de presa de Carroll, Llull etc.

Que se recuerde esta final como el punto de inflexión definitivo en la carrera de Álex Abrines, dejando de ser un revulsivo ocasional para convertirse en uno de los líderes del equipo.

Troya tardó 10 años en conquistarse por parte de los griegos, cuenta la leyenda, gracias a los heroicos actos de Aquiles y Odiseo, pero la historia deja en un segundo plano al valiente Ájax, que además de batallar era el encargado de auxiliar a los guerreros griegos cuando eran heridos. Todos van más tranquilos a la guerra con Stratos Perperoglou, que se ha ganado su continuidad en el Palau con regularidad, y que llegó básicamente para este tipo de batallas.

Si Justin Doellman se va que lo haga dejando un par de canastas en el recuerdo y un gran título tras dos temporadas por debajo de las expectativas. Al Capitán América le ha surgido un villano que nadie se esperaba a estas alturas, Trey Thompkins. Veremos cómo responde a su posiblemente último reto con el escudo blaugrana.

Siempre hay lugar en las finales para protagonistas inesperados, y quién sabe si Alexander Vezenkov va a tener el suyo en esta que hoy comienza. El búlgaro lleva dando la sensación de estar perdido todo este primer año de adaptación, pero al menos no ha restado. Ahora sería genial que aportara minutos de calidad y mostrara algo de lo que lleva dentro para esperar con más ansia todavía la nueva temporada.

¿No queda la sensación de que Samardo Samuels podía haber dado un poco más? Su temporada es muy aceptable, aportando casi siempre que ha estado en pista, pero posiblemente ha explotado menos de lo que por cualidades puede, y no parece que por culpa de Pascual. Con la ausencia de Dorsey y con Lawal sin estar al 100% puede y debe ser un jugador muy importante en la serie, y quién sabe si podría ganarse su continuidad una temporada más.

Porque el Barça va a necesitar minutos de intensidad de un pívot que intimide y cierre el aro ante las penetraciones de los exteriores madridistas, por eso Shane Lawal tiene que gritar “Presente”. El Barça tiene un dilema en el puesto de “5” este verano por el buen rendimiento de Dorsey, y ahí Lawal tiene cosas que decir.

Que Ante Tomic se quite la pesada carga que lleva encima por su pasado madridista, y más tras un año complicadísimo. Que calle bocas. Va a defender tan blando como siempre y seguirá siendo poco contundente en los aros, pero si juega como estas últimas semanas es argumento más que suficiente para ser temido y resultar un factor diferencial, uno con el que muchos no contábamos y quizá el Real Madrid tampoco.

Y por favor, que la para mí triunfal etapa de Xavi Pascual en el banquillo del Palau culmine con un título. Podrá gustar más o menos, se le valorará mejor o peor, pero durante estos ocho años ha representado con talento, trabajo, dignidad y orgullo al club. El segundo entrenador en la historia del Barça en levantar una Euroliga merece despedirse con una ovación del Palau.

Tres cuestiones para cerrar:
– Si se gana el título, ¿le daríais una nueva oportunidad a Xavi Pascual?
– Si se gana el título, ¿pensáis que el club se puede plantear su continuidad?
– ¿Qué nota le pondríais al Barcelona si se alza con el título? ¿Y si lo pierde?