Y llegó el primer partido oficial de la temporada 2016/17, la ida de la Supercopa de España en el Sánchez Pizjuan. A poco más de dos semanas para el cierre del mercado, las salidas y entradas de los blaugranas no han sido pocas y todo indica que alguna más se acabará produciendo. Todos, me incluyo, tenemos ganas de ver en el campo a estas incorporaciones, todas jóvenes y la mayoría bastante desconocidas para el gran público. Queremos ver su encaje, qué pueden aportar, si realmente pueden ser alternativa a titulares ya asentados. Pero Lucho, de inicio, prefirió confiar en su vieja guardia, en la estructura del pasado curso. Finalmente fueron las lesiones las que nos permitieron asistir al -buen- debut de Denis Suárez y Lucas Digne.

Con ter Stegen y Alba tocados y Neymar y Rafinha en los JJOO, Luis Enrique no quiso complicarse la vida. Bravo bajo palos, Mathieu ocupando el lateral izquierdo y Arda Turan de extremo en esa misma banda, tras una correcta actuación en esa posición en el Gamper. El sector izquierdo quedaba huérfano de profundidad y desborde pero mejoraba -en teoría- defensivamente ante la amenaza de Vitolo, un jugador de banda de los que dañan a los azulgrana. Por contra, Sampaoli, en su segundo test de altos vuelos, poblaba la zona media buscando dominar esa parcela, con y sin balón.

El arranque siguió el guión que todos esperábamos. Un Sevilla intenso, buscando el robo mediante una presión a todo campo, asumiendo grandes riesgos defensivos y un Barça con poco balón, adaptado a la propuesta sevillista buscando aprovechar el hombre a hombre defensivo de los de Sampaoli.

Si bien los de Lucho apenas sufrían en área propia sí debian bregar con dos problemas estructurales. El primero, algo recurrente en las últimas temporadas, era la salida de balón. El Sevilla proponía una presión hasta línea de fondo, obligando a Masche y Piqué a jugar paralelos a Bravo. Las soluciones que la pasada temporada Luis Enrique utilizó ante este envite no aparecían. Por el costado izquierdo, Mathieu no podía ser una vía de escape. El francés puede ser lateral en este Barça en situaciones muy especiales, en aquellas donde su juego defensivo -aéreo sobretodo- y profundidad como carrilero generen ventajas, no debiendo ser parte del circuito de salida. Además, en esa banda se juntaba un Iniesta poco participativo y un Arda cuyo juego de espaldas tampoco era solución. En el carril central Busi siempre tenía sombras sevillistas a su alrededor. Sus participaciones en esa fase del juego eran pobres. Únicamente Sergi Roberto -de manera individual- logró saltar la presión local pero con pocos frutos. Entre que Leo estaba muy alejado y Rakitic poco acertado posicionalmente, las opciones ofensivas culés pasaban por el robo en campo rival o recuperación y salida directa hacia los tres de arriba.

El segundo problema residía en el ataque posicional. Las contadas ocasiones en que el Barça lograba asentarse en campo rival, la generación de ocasiones era mínima. Arda, actuando de extremo, ralentizaba en demasía. Leo, más en banda de lo esperado, no lograba aclarados para jugarse su 1 vs 1. Los laterales no ocupaban las bandas. Los interiores ni pesaban ni amenazaban. En resumen, el ataque posicional blaugrana era totalmente estéril.

Defensivamente el equipo estaba bien plantado. Mantenía la estructura en 1-4-3-3 pero con Turan siempre pendiente de ayudar a su lateral, sumando un hombre más al costado más peligroso de los de Nervión. Neymar, el dueño de ese extremo izquierdo, también es capaz de implicarse de igual manera en ciertos partidos, pero su vocación no deja de ser más ofensiva que la de Turan. Supongo que al sustituto de cualquiera de la MSN Lucho le exigirá esto, que si su aportación ofensiva ha de ser menor, la compense con la defensiva.

La mala suerte en forma de lesiones a la media hora de juego obligó a la entrada de Digne y Denis, que a la postre permitirían a los blaugranas mejorar de manera notoria el juego. Especialmente sorprendente fue la actuación del francés, un recién llegado al que parece que este Barça le sienta como un guante. Bien posicionado, sin desentonar en la asociación y seguro y sin complicarse en la fase defensiva. Además añadió cierta fiabilidad en los balones aéreos y en el cuerpo a cuerpo, y ahí, mejora ostensiblemente a Alba. El Cholo con Raúl García y Saúl y Valverde con el Athletic Club lograron dañar a los de Lucho contiuamente con balones aéreos a ese sector, donde Jordi sufría lo indecible, saliendo perdedor en la mayoría de duelos.

Se llegó a la media parte con el 0 a 0 en el marcador. El Barça esperando su momento y el Sevilla gastando mucha gasolina sin lograr nada a cambio.

En el descanso Lucho ajustó su sistema defensivo, pasando a una línea de 4 en el medio campo. Arda retrasó unos metros su posición, Denis se juntó a Busquets y el Barça cada vez estaba más cómodo sin balón. Sobretodo el de Badía, cuyo espacio asignado pasó a ser la mitad, permitiéndole, ahora sí, barrer la zona central y ejercer tanto de lanzador como de llegador en las contras.

El Sevilla, bien por desgaste físico o por cambio de planes del mister, dio un par de pasos atrás. La presión ya no era tan agresiva e incluso en ocasiones optaban por un repliegue medio. Por fin el Barça se sentía cómodo con balón.

De las botas de Denis Suárez nació el primer gol de la noche. Balón diagonal al corazón del área buscando la ruptura diagonal de Arda. El turco detectó en el radar el desmarque a su espalda de Luis Suárez y con el pecho, dejó el balón franco para el remate del uruguayo. El 0-1 premiaba la superioridad culé.

Tanto Denis como Arda ofrecieron esa segunda parte registros “nuevos” que aportaron soluciones para el ataque blaugrana. El gallego participó poco en la elaboración pero sí sacó a relucir un golpeo diagonal peligrosísimo, un arma que puede abrir la lata desde el costado débil. Al contrario de Iniesta -cosa que también pensábamos sobre Denis- el desequilibrio con balón se produce a través de la conducción, no del desplazamiento. Atraer rivales para que la superioridad aparezca. Que una posible solución sea ese balón tenso buscando ruptura desde banda contraria abre el abanico permitiendo a los 3 de arriba ser receptores -incluso a Leo-.

El cambio del turco también fue notorio. Abandonó la banda izquierda y se situó en posiciones centrales, casi ejerciendo de segunda punta tras Luchito. Desde ahí, amenazaba con ruputuras y era un punto de apoyo más para Leo en sus slaloms con balón.

Pero si a alguien hay que destacar durante el segundo tiempo ese es Sergi Roberto -ya sabemos que Leo juega a parte-. El de Reus desplegó todo el fútbol que lleva dentro. Desde ser capaz de sacar en balón en conducción a ser un carrilero llegador, apareciendo siempre como línea de pase para Leo. Lateral, interior y extremo, toda la banda derecha suya. El puesto que más dudas suscita en la culerada depende -si Aleix Vidal no dice lo contrario- única y exclusivamente de la capacidad de Sergi Roberto para convertirse en un lateral con todas las letras, en la línea de lo demostrado ayer.

A falta de 20 minutos para la finalización del encuentro el Sevilla encontró un segundo aire, permitiendo a los de Sampaoli atacar -con poco orden y peligro- de una manera continuada el área blaugrana. Pero era cuestión de tiempo que el Barça encontrara espacio ante un equipo local volcado. Recuperación, balón a Leo lanzador y, al trote, pase vertical a Munir para que con el exterior de su pierna izquierda definiera ante Rico. La diferencia entre un Munir sin confianza a otro que le sale todo produce un giro de 180 grados en nuestra opinión sobre el madrileño. ¿Será carne de cesión o un recurso válido para Luis Enrique?

Victoria por 0 a 2 en el Sánchez Pizjuan, un marcador muy favorable para sumar el próximo miércoles el primer título del curso futbolístico. A esto hay que añadir las sensaciones positivas mostradas tanto por las nuevas incorporaciones como por los jugadores que más dudas dejaron la pasada temporada. Todo buenas noticias para Lucho en el día 1 del año III.

LAS NOTAS

BRAVO (7): Sin trabajo bajo palos. Salvo un par de errores en salida de balón, un amistoso para él.

SERGI ROBERTO (9): El proyecto de lateral que ha de convertirse en lateral. Entiende el fútbol como pocos.

PIQUÉ (7): Dominador del área por arriba. Poco trabajo

MASCHERANO (7): Vietto tenía como objetivo su sector. Sufrió algo en la primera parte, obligado a salir de la cueva. El resto sin problemas.

MATHIEU (6): Se queda corto como lateral cuando debe decidir con el balón.

BUSQUETS (7): De menos a más. Cuanto menos Sevilla había, más se agrandaba.

RAKITIC (6): Poca presencia del croata. Ayer estaba para lo que estaba.

INIESTA (6): Salvo 2 conducciones no apareció. A la espera de conocer el alcance de su lesión.

LEO (8): Alejado del juego en la primera, distribuidor en la segunda.

SUÁREZ (7): Las tuvo y una entró. No se sintió incómodo cuando Arda se acercó a su zona.

ARDA (7): Demostró que arrancando desde el extremo y acabando por dentro puede sumar a este Barça.

DIGNE (8): Debut con nota. Sin errores y como si llevara un par de temporadas en el equipo.

DENIS (7): Lo más loable del gallego es su capacidad de ejercer de interior Barça, algo que a mi me costaba imaginar.

MUNIR (7): Va creciendo y lo ha de hacer más. Veremos dónde.