Pocos escenarios tan complejos como San Mamés para noveles como Denis y Umtiti y guardametas pendientes de asentarse como ter Stegen, portero titular en las últimas dos Copas de Europa con el Barcelona y ahora poseedor también de la portería en la Liga una vez hubo salido airoso de su pulso con Bravo, nuevo jugador del City.

El arrojo con el que operó en La Catedral Marc-André condensa la serenidad y seguridad con la que se batió un Barça serio, que frunció el ceño y se entregó al arte andaluz de un rubio balcánico. Rakitic, en su versión más lúcida, aparcó por un día los utensilios de contienda para animarse con unas sevillanas y descubrir aquel futbolista de infinita determinación y gracejo que se le permitía ser en el Sánchez Pizjuán, no así en el Camp Nou, abonado a tareas oscuras como barrer cual coche escoba el costado de Alves para favorecer su asociación con Messi y demás ocupaciones de poco lustre que con inusitado altruismo se aventura a cumplimentar domingo tras domingo.

Un testarazo del 4 azulgrana resolvió un litigio difícil ante un Athletic huesudo y correoso que se lanzó a la yugular del Barcelona desde el minuto cero, ejerciendo una presión elevada que pretendía asfixiar a los zagueros visitantes a propósito de impedir una salida limpia en la que Busquets pudiera hilar con Messi, cada vez más indescifrable y todo futbolista, aún pendiente de hacer carburar las piernas mientras con el tacto delicado de su zurda continúa despachando rivales, sin siquiera necesidad de hacer brotar el sudor en su frente. El Leo estival es lo que siempre soñé ser: el mejor sin correr.

Luis Enrique dispuso a Umtiti en lugar de Mascherano y a Denis supliendo al lesionado Iniesta, tal como ocurrió en la primera fecha contra el Betis. La alineación del central francés seguramente tenga que ver con la destreza que se le atribuye con la pelota y la naturalidad de su gesto: el tipo es un zurdo que juega por la izquierda. Con Umtiti, que tiene buenas maneras, no puedo evitar arquear la ceja y esgrimir balbuceos involuntarios. Tal vez porque veo en su persona un Bartra 2.0 que sí, que conduce con desinhibición y hace por jugarla siempre, pero porta el ‘Síndrome Kun Agüero’: siempre rehúye el choque. Lo pulsé en la primera jugada del partido, una disputa con Aduriz en la que el chico fue preocupantemente laxo en su intervención. Carece, hablando en plata, de la mala hostia ‘puyolesca’ cuya ausencia en su antecesor dio con sus huesos en Dortmund.

El gol de Rakitic en el minuto 21 refrendó el dominio del Barcelona ante un voluntarioso conjunto local que amagó la cornada en los primeros minutos sin llegar a concretar ninguno de sus acercamientos al perímetro de ter Stegen, quien precisamente propició el único reseñable al errar un pase a Busquets en zona de riesgo y dejar así el gol en bandeja de plata a Beñat, cuya imprecisa concreción fue a parar al rictus del estoico guardameta alemán. Antes, también por el costado de Rakitic, los culés sortearon la presión bilbaína y generaron una situación de 6 para 6 que no supo gestionar adecuadamente (Denis) Suárez. Una maniobra excelsa del abnegado (Luis) Suárez, propia del Tim Duncan más inspirado en el poste bajo, despejó una vía de pase hacia Arda Turan, que correspondió el desmarque que le trazó Ivan con un centro de categoría que éste (su frente) no osaría desbaratar: 0-1.

El guión del partido no experimentó demasiados volantazos, predominando el pragmatismo y control blaugrana sobre el empuje inocuo del Athletic, que apenas alteró a ter Stegen, entretenido ayer manejando la pelota, autor de más de 50 pases, capaz de triangular con Piqué y Umtiti en su área chica y de recortar a Aduriz lejos de su jaula para ponérsela suave en el pie a Jordi Alba. Si bien no ostenta el saber estar de Bravo, el otrora cancerbero del Gladbach es un dechado en facultades en tanto que sus posibilidades parecen infinitas y sus errores seguros. Los tuvo (tiene) su referente Neuer y los coleccionó Valdés hasta asentarse como terrateniente único e indiscutible de la portería del Camp Nou. Fallar es parte del proceso.

Turan en la primera parte y Lucho en la segunda no finiquitaron la contienda y prolongaron la incertidumbre hasta el pitido final. Entró Mascherano por el amonestado Umtiti y Gomes por el fatigado Denis, ya mimetizado con la posición de interior del Barça, la más inescrutable del panorama actual. Que se lo digan a Arda, que ahora disfruta de la vecindad de Messi y (Luis) Suárez y parecía defenestrado el curso anterior por no hacerse a la dichosa demarcación.

LAS NOTAS

ter Stegen (6): Su partido merece un notable, sí, pero su pifia ante Beñat es de las que cuestan tres puntos. Es muy bueno y lo sabe.

Sergi Roberto (8): Dios me dé unos pulmones como los de este intrépido chaval de Reus. Que, por cierto, no parece hacerlo nada mal.

Piqué (8): No le hacen falta goles en el minuto 93 para constatar lo evidente: ningún central en la actualidad se acerca a su rendimiento.

Umtiti (5): ¡Es blandito!

Alba (6): Menos incisivo de lo habitual en ataque pero bastante aplicado atrás. Apenas sufrió ante Williams.

Busquets (7): El Barça no recibió ocasiones y tuvo el balón el 70% del tiempo. No más preguntas, señoría.

Rakitic (10): Desahogo primero y goleador después, una de las tardes en las que fue más visible. Orina en círculos para defender su tímidamente discutido territorio, como los indios.

Denis (7): Sabemos que sabe jugar en el Barça.

Messi (7): No atinó cara a puerta en las dos ocasiones de que dispuso ni materializaron Arda y Lucho por él cuando les fue dejando goles masticados por el camino. Una tarde más en la vida del Ser Superior.

Suárez (7): Anduvo peleado con el gol pero se fajó con la pericia de siempre.

Arda (8): Volvió a ser partícipe de la jugada del primer gol como en la ida y la vuelta de la Supercopa y en el partido inaugural ante el Betis. Yo también le desahucié. Me la envaino y a otra cosa, mariposa.

André Gomes (SC): Apenas dejó una conducción y un par de pérdidas en los pocos minutos que le robó al pequeño de los Suárez.

Mascherano (SC): Cometió una falta innecesaria sobre Raúl García que a punto estuvo de convertir Beñat en el tanto de la igualada.

Rafinha (SC): Últimos minutos en el extremo izquierdo.