Cuenta la leyenda que el Cruyff entrenador, a la hora de enfocar los partidos contra el Atleti decía: “Bueno, como sabemos que la mejor capacidad de Manolo es el desmarque, la solución será no marcarle”. Ahora la pregunta es ¿Cómo sustituimos a Leo? Y la respuesta cruyffista sería: ¿Y si no lo sustituimos? No, no estoy hablando de salir al césped con diez, pero sí en pensar que no hay un jugador en la plantilla, ni probablemente en el planeta fútbol, que podría recoger el testigo de Leo con un mínimo de garantías.

A todos nos viene a la memoria los dos meses de lesión del curso pasado, en el cual el equipo dio un paso al frente y convocó a todos sus líderes para, con un sistema donde Suárez, pero sobre todo Neymar, fueran la referencia arriba, se consiguió, jugando un gran fútbol, ser un equipo realmente temible tanto en la Liga como en Europa, con el colofón de la victoria autoritaria en el Bernabéu. Muchos pensamos en aquel momento poco menos que al equipo le había venido bien la lesión del astro rey, para alcanzar un nivel de madurez colectiva, que de otra manera se antojaba difícil de conseguir bajo el cobijo eterno y confortable del gran diez. Pero hubo un peaje en esa ruptura del crecimiento del equipo que se pago en diferido en Abril, ese es el peligro.

Se avecinan unas jornadas en las que Messi no pisará el césped y el que hasta ahora marcaba el ritmo, el espacio y el sentido del juego estará en la grada. A Luis Enrique le corresponde activar al equipo sin su esencia vital en el campo. Por suerte esta temporada se cuenta con la plantilla más amplia y con más registros que se recuerda en mucho tiempo. A todos nos vienen a la cabeza los fichajes de Alcácer y André Gomes, según tratemos de ubicar al Leo más atacante o al más centrocampista. La posibilidad de que Neymar actualice su posición a un espacio más centrado y cercano a Suárez. Incluso que Arda, que también parece haber vuelto para quedarse, vuelva a sumar en alguno de los extremos del tridente, como ha venido haciendo a comienzos de temporada hasta el retorno del brasileño. O utilizar al canterano que más se podría parecer a Leo, Rafinha, en la posición, que no rol, de este.

¿Por qué no un 4-4-2 cargando el centro del campo con el siempre estelar en la comprensión del juego, Sergi Roberto?  La imaginación, cuando de una pizarra y una plantilla estelar se trata, no tiene límites. Opciones, como vemos hay, ahora, no nos volvamos locos, son solo tres semanas, va a ser un “salir del paso” y cuando Leo vuelva todo volverá a su cauce; el equipo contará de nuevo con su motor de juego para, a partir de él, crecer hasta el infinito, hacia donde indique la bota izquierda del barbudo rubio platino…