EL VIEJO CELTIC QUE QUIERE VOLVER A SER GRANDE

50 años se cumplen esta temporada de la única Copa de Europa que luce en las vitrinas del Celtic de Glasgow. Aquella temporada 66/67, los escoceses, comandados por el pequeño y habilidoso Jimmy Johnstone -1’57 de estatura pero un talento descomunal-, ganaban la primera Copa de Europa para el fútbol británico. Su presente desde luego es menos halagüeño, como lo es en general el del fútbol escocés, si bien este año se dan el gusto de poder volver a disfrutar en Liga con el Old Firm, el clásico derby de Glasgow entre el Celtic y el refundado Rangers que ha vuelto a la élite esta temporada.

Precisamente el sábado se volvieron a ver las caras los eternos rivales en un partido que se saldó con una goleada favorable al Celtic por 5 goles a 1, que afianza al primer rival del Barça en Champions en el liderato de la Scottish Premiership con cuatro victorias en los cuatro partidos que ha disputado, aventajando en dos puntos al segundo clasificado pese a haber disputado un partido menos. Este arranque arrollador en su liga contrasta con el calvario sufrido por el equipo escocés en su camino hacia la fase de grupos de la Champions, con tres rondas previas agónicas ante el Lincoln de Gibraltar -con derrota en el Peñón incluida-, el Astana kazajo y finalmente frente al Hapoel Beer Sheva israelí, llegando a estar al borde de la eliminación en Israel pese a golear (5-2) en Celtic Park.

La principal novedad de esta temporada la presentan los escoceses en el banquillo, al que ha llegado Brendan Rodgers tras su fallida experiencia en el Liverpool. En la portería se ha ganado el puesto el veterano holandés De Vries, mientras que en defensa destaca la llegada de Kolo Touré, que previsiblemente formará junto a Sviatchenko la pareja de centrales, sin descartar que Rodgers apueste por una línea de cinco atrás. En la banda izquierda podría debutar el costarricense Gamboa, fichado a última hora del West Bromwich y en la banda derecha es fijo el sueco Lustig. El centro del campo, lo comanda su duro capitán, Scott Brown -expulsado en la última visita del Barça a Celtic Park por una patada en la espalda a Neymar-, junto al israelí Bitton, y el australiano Rogic. Forrest o Commons suelen completar el centro del campo, pero lo previsible es que Rodgers apueste por apuntalar su zaga. En la delantera, una pareja que ha llegado este año a Celtic Park y que está dejando grandes sensaciones: Scott Sinclair, procedente del Aston Villa, que puede jugar escorado a una banda, y el francés Moussa Dembélé, que le endosó tres goles al Rangers el pasado sábado.

En definitiva, el Celtic aspira al milagro en el Camp Nou toda vez que su rendimiento fuera de casa suele ser bastante inferior al que muestra en Escocia. Aunque más de una vez ha puesto en aprietos al Barça, en su última visita al Camp Nou salió escaldado, sufriendo la mayor goleada jamás recibida por los escoceses en competiciones europeas, un 6-1, en el que fue el primer hat trick de Neymar con la camiseta azulgrana. Además, la sorprendente derrota del Barça ante el Alavés del pasado sábado, hace pensar en los de Brendan Rodgers como la víctima propicia para cerrar heridas.

Pero si por algo se identifica al equipo escocés es por su competitividad, y es que pese a su inferioridad respecto al Barça, de los 12 enfrentamientos entre ambos el Celtic ha evitado la derrota en cinco ocasiones. Así pues, los miles de seguidores escoceses que cantarán el “You’ll never walk alone” por las calles de Barcelona antes del partido, soñarán con que su equipo recuerde sobre el campo, al que en un día fue el más grande equipo británico.