EL PADRE DE UN NIÑO DE (CASI) 4 AÑOS

Por las fechas que son, Thiago Messi debe estar a punto de cumplir 4 años. Jugar contra el Barcelona siempre es un acontecimiento, algo de lo que no son (sois) muy conscientes los aficionados barcelonistas, pero que está ahí presente para nosotros los demás. Hace cuatro años, decía, Messi era duda para un partido que se iba a disputar en Riazor por el, parecía, inminente nacimiento de su primer hijo. El parto se retrasó, Messi hizo 3, el partido quedó 4-5 y nosotros le gritamos cosas feísimas desde la grada a él y a su hijo. El tiempo vuela. Han pasado cuatro años y estamos en una situación comparable. Gaizka Garitano ha preparado el partido sin saber si Messi estará o no, pero con la certeza de que todo será diferente en función de su presencia porque si algún equipo es consciente de lo que puede llegar a significar una ausencia es este Deportivo 16-17.

La marcha de Lucas Pérez ha abierto en canal al buen proyecto que comenzaba a asomar en Coruña tras años de inestabilidad. El autor de 17 goles y 10 asistencias en la temporada pasada era un sistema de ataque en sí mismo, capaz de obtener réditos de espacios, presión o combinaciones rápidas. Su presencia ha sido suplida con varios jugadores de los que se espera bastante en los próximos años pero que esta temporada no acaban de arrancar. Los resultados están a la vista: 5 goles en 7 partidos de Liga, ninguno de ellos en los 3 celebrados lejos de Riazor. Los peores registros ofensivos de toda la Liga. A cambio, solo Griezmann ha sido capaz de perforar la meta de Lux cuando este la ha defendido en un estadio rival.

Ha conservado Garitano gran parte de la solidez del equipo de Víctor Sánchez del Amo, reforzando la zaga con un hombre de confianza como Albentosa, gran defensor en área propia. La velocidad y anticipación de Sidnei hacen el resto cuando el rival dispone de terreno por el que circular el balón. Convencido de que no hay una fórmula para derrotar al Barça, es muy probable que Garitano opte por afianzar las virtudes de sus jugadores con una defensa en bloque bajo y poco riesgo. El problema será, y ya lo está siendo en cada partido, salir de ahí hacia campo rival. Los balones largos no están siendo aprovechados y la pareja de mediocentros, habitualmente Mosquera y Borges, se ha mostrado muy plana a la hora de crear juego. Por ello, la opción que mejor ha funcionado es la de los laterales, especialmente Juanfran desde el costado derecho. La ausencia del madrileño por lesión va a complicar muchísimo la creación de juego del cuadro blanquiazul, que tendrá que aferrarse a la inspiración del hombre que más está destacando en las últimas semanas: Emre Çolak.

El turco comenzó la temporada un poco de incógnita tras haber dejado unas inmejorables sensaciones en los amistosos previos. Es un futbolista de perfil muy asociativo, muy punzante buscando al compañero en vertical y decisivo en el último pase. Un mediapunta capaz de ofrecer soluciones con un solo toque de balón con su bota izquierda. La velocidad sin control de Marlos o el recorrido del incansable Guilherme son otras opciones de ataque del Deportivo, que fiará a Florin Andone la punta de ataque. El rumano ha dejado detalles que invitan a creer en que puede aportar soluciones ofensivas a un equipo que, de momento, carece de ellas. Aún así, su falta de finura en la definición es muy notable y está penalizando bastante su rendimiento.

Los precedentes son benevolentes con el Deportivo (dos empates en sus dos últimas visitas al Camp Nou), pese a la histórica goleada encajada en el último enfrentamiento entre ambos. Gaizka se agarra al buen partido realizado en el Calderón y a los problemas que sufrió el conjunto culé frente al bloque bajo del Alavés. Ambos entrenadores auguran que será un partido más disputado de lo que se podría prever desde la diferencia de potencial de las dos plantillas. Aún así, no me parece descabellado decir que todo va a depender del padre de ese niño que en dos semanas cumplirá cuatro añitos.