Tras una serie de resultados negativos y un juego alejado el mínimo exigible al Barça, los de Lucho visitaban Glasgow con la necesidad tanto de sumar los tres puntos en juego -en vistas de mantener la primera plaza de grupo- como de mejorar la autoestima del grupo a base de fútbol. Y al final de los 90 minutos, a pesar de algunos peros, se consiguieron ambas cosas.

Luis Enrique no especuló con cambios y apostó por su once tipo, el que todos nos sabemos de carrerilla, con la entrada de André Gomes en el lugar del lesionado Iniesta. Un intento de vuelta al pasado mediante el conocimiento y la experiencia de sus hombres para intentar retornar a la «naturalidad» en cuanto a juego y asociaciones entre compañeros.

Leo se ha convertido en principio y final de este Barça. Ayer, partiendo desde una posición muy «xaviana», a la vera de Busquets, ejercía de iniciador del sistema ofensivo culé. No es el primer partido que ocurre puesto que la tendencia de Leo a participar en la sala de máquinas lleva ya meses siendo habitual, con el consiguiente abandono el sector derecho. La diferencia ayer es que Leo sí se comportó como interior, además como interior liberado armador de juego, moviéndose libre por los tres carriles y visitando el sector izquierdo más en este encuentro que en el global de toda la temporada.

Además, Messi encontró facilidades tanto generadas por el propio equipo como concedidas por el rival. El Celtic, muy intenso en el primer tiempo, saltaba al balón, a diferencia de otros rivales donde la máxima defensiva es ser pasivo para con el balón y evitar liberar espacios a sus espaldas. Esa agresividad, ese deseo de robo generaba espacios y el ataque -es decir, la progresión de Leo hacia el área rival- resultaba sencilla.

Como decíamos, el propio equipo también favoreció esa comodidad del rosarino. Por fin, después de meses de siendo zona yerma, el sector izquierdo era activo y conseguía generar desequilibrios y situaciones de ventaja, y sin la participación de Messi, que, liberado de toda esa responsabilidad, podía llegar al área rival como finalizador. Esta activación de la banda izquierda vino dada por la estupenda lectura de Jordi Alba, insuflando aire a un Neymar bastante acertado y libertad a André para hacer lo que mejor sabe, que es ser vertical.

Alba combinó ocupación profunda de la banda cuando el juego estaba lejano con un posicionamiento más interior cuando el balón estaba próximo a su zona. Ney, partiendo desde la cal, veía multiplicadas sus opciones de pase, como les ocurría a los defensores. Alba y André eran socios para sus acciones, bien en combinación o habiendo generado espacio para que el brasileño condujera en diagonal. Y el beneficiado final Messi, libre para cargar zona de remate. Fue un gol de Leo toda la cosecha del primer tiempo, pero pudieron ser un par más.

Las amenazas del Celtic fueron de más a menos durante el primer acto. La presión en salida de balón dificultó el inicio de juego culé, hasta que mediante André Gomes y Jordi Alba encontró la solución de Iniesta, la paralela en el lado izquierdo. Balón que llega a Sergi Roberto, se invierte la circulación y Alba, con espacio y tiempo, verticaliza hacia la caída de André en ese costado. A partir de ahí, buscar a Messi y solucionado.

Otra amenaza, quizá la más peligrosa, fue la espalda de Sergi Roberto en esos primeros minutos. Tanto Siclair como Dembele buscaban ese sector, explotando la debilidad defensiva del de Reus. Este escenario duró hasta que Piqué, excelso de nuevo en las acciones de hombre libre, abandonó su atención sobre el solitario Busquets y ejerció de escoba de Sergi Roberto. Esto exponía al de Badía, poco respaldado por sus interiores, y tuvo que ser Mascherano, acertadísimo en la anticipación, quien vigilara la zona del MC. Cuando los ajustes individuales van de la mano, la mejora colectiva sucede y aparece el control.

El inicio de la segunda parte fue casi idéntico al de la primera. Los escoceses más activos, llevando el envite al campo culé, y el Barça necesitando de 10 minutos para volver a gobernar el encuentro. Y para sentenciar apareció Suárez forzando un penalty, siendo diferencial con su cuerpo en un partido donde no lo fue con los pies. Leo transformó la pena máxima y la competitividad entre ambos conjuntos desapareció. Bajada de ritmo y disfrutar de la poca fe local en apretar el marcador.

Primeros de grupo y cambio de tendencia en el resultado. Con la Real Sociedad a la vuelta de la esquina, es factible que el once visto en el Celtic Park sea el encargado de afrontar la maldición de Anoeta. Veremos.

LAS NOTAS

MAtS (7): Dos acciones de mérito y primeros minutos siendo el último hombre en salida de balón. Sin error grosero alguno.

Sergi Roberto (6): Sufrió al inicio lo indecible en fase defensiva. Con el partido decidido se soltó y cabalgó la banda creando peligro.

Piqué (9): Si el Celtic no generó en los metros finales en exceso es debido a la capacidad de Gerard de solventar situaciones de peligro con un leve movimiento de su cuerpo y sus extremidades. Perfecto en lectura y midiendo.

Masche (8): Gozó anticipando y sin cometer error alguno. Globalmente, el nivel del argento este último mes no queda lejano del de Piqué.

Alba (9): Ayer tocó el Alba maduro, capital activando compañeros. Si no se le cruzan los cables, es imprescindible para engranar el costado izquierdo culé, y más sin Iniesta.

Rakitic (7): El juego no fue por su sector. Alejado del balón tuvo que emplearse más en vigilancias que llegando al área rival.

Busquets (7): El poco ajuste en transición defensiva de los interiores le hace sufrir, pero no tanto como cuando se le aleja de su zona de robo.

André Gomes (7): Sin asumir riesgos ni complicarse la vida. Ayer acompañó y no desentonó. En otros partidos de mayor exigencia veremos si el Barça se puede permitir un interior tan tímido.

Leo (10): Jugó de 6, de 8, de 10, de 7 y de 9. Incluso en alguna jugada se triplicó y actuó en tres posiciones.

Suárez (6): Las rachas de los nueves son así. Ahora no entran, van al palo, se van por milímetros. Pero las sigue teniendo, en eso siempre cumple.

Neymar (8): Inició con acierto y logró ser diferencial aplicando sencillez a sus acciones. También es cierto que ayer tenía socios que validaban apostar por esa sencillez.

Digne (6): Minutos de descanso para Alba. El francés que tan buenas sensaciones dejó al inicio del curso está a años luz de la incidencia del de Cornellà en el equipo.

Marlon (7): Debut del brasileño. Más allá de cuatro acciones individuales, lo más destacable fue su tranquilidad.

Arda (sc): Minutos finales del turco en la posición de Ney.