Casi una semana con victoria liguera de por medio no es suficiente para olvidar el enorme disgusto de la humillante derrota ante el Real Madrid en Euroliga, pero sí para plantear un análisis más sereno de por qué sucedió y qué cambia de cara a lo que viene. Vamos a ello.

Creo que casi todos coincidimos cuando digo que la plantilla que confeccionó Rodrigo De la Fuente era incompleta desde el inicio, incluso con todos sanos. Faltaba un «5» que complementara a Tomic y Dorsey, un alero de más nivel que Eriksson que ayudara a Perperoglou y otro base que diera un descanso de calidad a Rice y mandara a Ribas y Koponen a su posición natural, la de escolta. De igual modo todos coincidiremos en que las condiciones en las que está compitiendo este nuevo Barcelona de Bartzokas son del todo anormales, de ahí que podamos esperar cualquier cosa en cualquier momento.

Podríamos decir que ya desde la final de la Supercopa el Barça se ha encontrado un panorama desolador en forma de problemas físicos, cayendo jugadores uno tras otro hasta llegar a competir muchos partidos con 8-9 jugadores. Todo ello en el marco de esta guerra diaria que es la nueva Euroliga, donde ya no hay Estrasburgos, Zielonas Gora o Dinamos Sassari, donde la exigencia es muchísimo mayor desde el primer día. Si te quedas rezagado pronto vas lastrado ya no sólo de cara a conseguir una de las cuatro primeras plazas sino una de las ocho que garantizan Playoff, así que el Barça se está empleando a fondo por sobrevivir a este inicio de campaña.

Las victorias en Tel-Aviv y en el clásico liguero ilusionaron a los culés y creo que nos hicieron perder algo de perspectiva, a mí el primero. Maccabi es un equipo en construcción que ahora mismo como bloque representa muy poco, y aunque la forma en la que se ganó al Real Madrid fue extraordinaria siguió quedando un poso de realismo por el final de partido, es decir, lo que vimos fue irreal.

El Barça lleva compitiendo a un nivel extremo por necesidades del guión mucho antes de lo recomendable. En un comienzo de campaña era impensable que Rice se fuera a los 30 minutos por partido o que Oleson tuviera un rol tan destacado, pero las cosas han venido así y era normal que algún día el equipo reventara. Caer en El Pireo entra dentro de la normalidad en cualquier circunstancia, y allí no ganarán más de 2 o 3 equipos, es decir, derrota asumible pese a que Olympiacos no hizo un buen partido. El problema es que dos días después se junta el viaje de Atenas tras derrota, un rival superior y herido tras el último duelo directo y además un comienzo de partido pésimo. Era un cóctel explosivo para el que el Barça no estaba preparado de ningún modo. Mentalmente el equipo de Bartzokas no está en condiciones de remontar un encuentro ante un rival mejor que además tiene el día y lo mete todo. Este partido, como el de Liga, también es irreal, por cierto.

GRA449 BARCELONA 18 11 2016 - El ala pivot aleman del Real Madrid Anthony Randolph i lucha con el pivot norteamericano del Fc Barcelona Lassa Joey Dorsey d durante el partido de la octava jornada de la Euroliga jugado esta noche en el Palau Blaugrana de Barcelona entre el FC Barcelona Lassa y el Real Madrid EFE Quique Garcia

Es comprensible que regresaran las dudas y que fuera imposible meterse en el partido nuevamente, lo que no es asumible es la caída de brazos y marcharse del partido, y menos siendo ante el Real Madrid. Porque además creo que la gente puede estar contra la directiva o contra De la Fuente, pero está a muerte con el equipo porque sabe que está compitiendo en unas condiciones muy adversas y la inmensa mayoría están orgullosos del papel realizado hasta ahora, así que el Palau no se merecía una humillación así.

Ahora el Barcelona viaja a jugar a Estambul contra Galatasaray, recibe a Panathinaikos y visita de manera consecutiva a Anadolu Efes, CSKA y Baskonia. Caprichos del calendario coloca cuatro salidas en cinco partidos en el momento más inoportuno. Nadie en su sano juicio exige ganar cuatro partidos de esos cinco, lo normal de hecho en las actuales circunstancias es que en un par de ellos te atropellen, tan sólo se exige sobrevivir, dar la cara, competir hasta que el cuerpo aguante.

Este enorme sobresfuerzo ha de pasar factura necesariamente, en partidos concretos y muy posiblemente a final de temporada, así que el objetivo este año tiene que ser competir y construir las bases del año que viene, pero no ganar porque el Barcelona ya va con muchísimo retraso respecto a los rivales directos. En realidad es el mismo discurso que al menos yo he pronunciado desde principio de temporada, y más tras todos los problemas que el equipo arrastra. Es un proyecto a dos años.

La debacle ante el Real Madrid se puede explicar sin necesidad de destruir la plantilla actual y llevarse por delante un proyecto que acaba de arrancar, simplemente no puede volver a ocurrir esta falta de orgullo absolutamente impropia de lo que hasta ahora había demostrado este bloque. Poco a poco regresarán los lesionados Doellman y Navarro, que estando bien, mal o regular son dos activos, que no es poco, y seguir sobreviviendo.

Mientras tanto estaría bien que llegara el deseado base. Su demora no se entendería si realmente no fuera un hombre ciertamente destacable. Es decir, si fuera Prigioni el elegido obviamente ya estaría aquí, así que entiendo que están trabajando en algo sustancial, bien porque esté jugando Euroliga y no podría debutar hasta la segunda vuelta o porque haya negociaciones con clubes y se asuma pagar traspaso. En cualquier caso la lesión de Ribas y el fichaje de un “1” es un contratiempo importante en la planificación de De la Fuente, que posiblemente contaba el año que viene con Guillem Vives aprovechando que acaba contrato aunque tuviera que pagar a Valencia igualmente. El fichaje de un base como Stefan Markovic o Stefan Jovic, por nombrar los dos primeros en sonar, cerraría las puertas a Vives, cupo, algo no poco importante.

markovic

Conclusión: Rodrigo De la Fuente ha de trabajar para mejorar el equipo y, a poder ser, no sólo en el base. El equipo sobrevivir y ganar los máximos partidos posibles pero compitiendo siempre. Y nosotros tener paciencia, estoy seguro de que dentro de no mucho tocarán tiempos mejores. Nadie dijo que fuera fácil.