EL CITY CONSTATA LA REALIDAD DEL BARCELONA

Desastre. Esperpento. Utilicen el adjetivo que más preciso consideren, pero es muy probable que comparta buena parte de su significado con los aquí escritos. No hay otra forma de definir el segundo tiempo que perpetró el FC Barcelona en Manchester.

Es cuanto menos sorprendente y, sobre todo, preocupante que el Barça del triplete y del doblete, el Barça de Luis Enrique y la MSN, transite por la cloaca futbolística en el curso marcado para su apogeo.

Diseminado, sin norte y fragmentado, el Barcelona confirmó ante Guardiola su diagnóstico tras una primera mitad en la que pareció emitir síntomas de mejoría. Fluyó el fútbol culé en un primer acto marcado por las facilidades que presentó un City mal dispuesto sobre el césped, apenas refugiado bajo una manta que no le cubría ni la cabeza ni los pies. Los visitantes llegaron a alcanzar cotas superiores al 70% de posesión, salvando la inocua presión del Manchester sin apenas tener que eludir obstáculos que pusieran en jaque la salida limpia de la pelota. Se alcanzaba el campo de acción de Messi con cierta frecuencia, el City no abandonaba la idea de enseñar la zarpa con torpes tentativas de contragolpe y llegó así el 0-1, fruto de una mala arrancada de los citizen que se esmeraron en penalizar Messi y Neymar.

Fue en la cornisa del descanso, con el Barça disponiendo a placer de todo cuanto acontecía en el encuentro, cuando Sergi Roberto mandó todo al garete con un pase de cárcel que propició el gol de Gundogan. Del 1-1 se pasó inmediatamente al 2-1 después de regresar de vestuarios, siendo De Bruyne el goleador y ter Stegen el principal artífice, desatendiendo la norma de oro de todo guardameta al defender el lanzamiento de una falta: no desproteger el palo que no cubre la barrera. Antes, a un dedo estuvo Sterling de poner en ventaja a los sky blue merced a otro error grosero, de Busquets en este caso.

Los 40 minutos restantes, un drama. El Barça se compartimentó de mala manera, como viene siendo habitual en las últimas fechas –vive el partido de Mestalla-, y una vez dejó de comportarse como unidad, desnudó su repertorio de carencias y recibió una ensalada de golpes del Manchester que culminó en el 3-1, obra de Gundogan después de una dejada de colocador de voley-ball de Kun Agüero justo después de tener André Gómes el 2-2. El gol le hizo una cobra que ni Bisbal y su lengüetazo lo recogió el larguero. De todas formas, el portugués fue casi la única noticia positiva que se lleva el Barcelona de Inglaterra, firmando su primera actuación notable como culé en un escenario de copete.

Derrota contundente y sensaciones aún peores. Habita en nosotros la certeza, manque nos pese, que lo de ayer no fue un pasaje episódico.

NOTAS

Ter Stegen (4): Error impropio en el 2-1, de esos que en otra tesitura te cuestan una Champions.

Sergi Roberto (3): Falló más de una vez en la salida y su carril fue una autopista.

Mascherano (5): No se le puede culpar, pero volverá al banquillo en cuanto retorne Piqué.

Umtiti (6): De lo poco salvable.

Digne (5): Ni fu ni fa.

Busquets (3): Símbolo máximo de la mala salud del Barça.

Rakitic (5): No jugó mal, sustituido por Arda mediado el segundo tiempo.

André Gomes (8): Su noche más lucida como azulgrana.

Neymar (6): Artífice del 0-1, le sobra intención en la misma medida que carece de rotundidad.

Suárez (5): Peleado consigo mismo, le puso el 2-2 en bandeja a Gomes.

Messi (6): Echa de menos a Don Andrés.

Arda (4): Superado por el ritmo del partido, no encontró auxilio en sus compañeros.

Rafinha (S.C): Sin incidencia.