La ida -y la vuelta- de la primera eliminatoria copera culé suele convertirse cada año en un akelarre futbolístico de los teóricos suplentes mezclado con la ilusión por las caras nuevas que se asoman a la primera plantilla. Con un juego casi siempre pobre -un once que poco se conoce entre sí-, el marcador final y el regusto del aficionado únicamente depende del grado de acierto individual de los jugadores. Vamos, de si entra la pelotita. Lo ocurrido ayer en el Rico Pérez no dista demasiado de otras eliminatorias frente al Villanovense o L’Hospitalet, donde el partido de vuelta fue el que sentenció, goleada mediante, la eliminatoria.

Con el Madrid a la vuelta de la esquina, Lucho dio minutos a los teóricos -y en la práctica- suplentes, amén de ser una probatura tanto para Umtiti en su vuelta de lesión como para los tres jugadores del B elegidos. Con Cillessen bajo palos, la línea defensiva estaba compuesta por Aleix, Umtiti, Borja -sí, dos zurdos de centrales- y Digne. Por delante Carbonell, actualmente interior del filial pero que la posición de MC no le resulta desconocida. Acompañando a Àlex, Aleñà y Denis completaban la zona ancha, con Rafinha, Alcácer y Arda en zona de ataque. Un once de «desconocidos» como suele ocurrir en estos partidos y donde las asociaciones naturales suelen brillar por su ausencia.

El Barça inició el partido con ritmo, algo poco usual este año. Ambos interiores en continuo ofrecimiento, Carbonell dando velocidad a la circulación, laterales arriba, extremos bien abiertos. Los blaugranas lograban asentarse en campo rival y mover de un costado a otro el esférico, pero sin opciones de pisar el área. La única vía era la conducción diagonal de Rafinha, fallón durante todo el partido y alguna ruptura de Aleñà desde banda contraria. Arda era una pared, solo devolvía balones y Denis tan tímido y apocado como los debutantes venidos del B.

Pasaban los minutos y el ritmo e intenciones iniciales iban decayendo. Solo con orden el Hércules negaba la zona central, donde los culés fueron incapaces de generar peligro. Cada vez las pérdidas y los errores eran de peor calidad -en zonas más peligrosas- permitiendo a los locales poder salir y castigar la inexistente transición defensiva azulgrana.

Finalizaba la primera parte sin nada destacable más allá de una falta lanzada por Alcácer. Ese fue todo el peligro visitante durante 45 minutos. Los habituales suplentes o tenían escasa influencia en el juego o bien estaban fallones técnicamente. Por su parte los del B estaban más preocupados por hacer las cosas fáciles y no fallar que en asumir riesgos, cosa por otro lado lógica y que posiblemente fuera lo que Lucho les demandó.

El segundo acto fue una continuación del final del primero. Un Barça cada vez más lento y un Hércules sitiéndose cómodo. Esa pasividad se vio reflejada en el gol de Mainz que adelantaba a los locales. Los alicantinos pudieron combinar sin dificultad por su sector izquierdo, sin oposición. Lo mismo ocurrió cuando Salinas puso el centro al área. Aleix concediendo espacio, sin encimar al rival y el resto de defensas en un tres para tres. Los errores fueron en cadena. Umtiti giró lento y a contrapié, Borja dejó pasar el balón sin haber mirado a su espalda y a Digne le comieron la tostada. El «incordio» de partido se convirtió en peligroso.

A los 6 minutos Aleñà, en una acción aislada tras conducción de Rafinha igualó la eliminatoria con un zurdazo desde 35 metros. Fue corto el impás entre ambos goles y difícil sacar alguna conclusión, pero personalmente no me dio la impresión que existiera reacción alguna por parte del equipo. Pero esto sí ocurrió tras el empate de Aleñà, y creo que fue más por vergüenza torera no por el marcador, sino porque un chaval de 18 años fuera quien tuviera que sacar las castañas del fuego.

Este fue el mejor tramo de juego de todo el partido. Mayor movilidad, vuelta a una velocidad de balón alta y profundidad sin el esférico, buscando -por fin- atacar la espalda herculina. La entrada de Nili, André Gomes y Cardona no hicieron más que acrecentar tanto el dominio como el nivel de juego en los tres carriles. Nili, con un Arda desastroso delante de él, se convirtió en amenaza constante, incluso a pie cambiado. André amarró la zona central y Cardona logró él solo activar el sector derecho, abandonado durante toda la noche.

Como curiosidad destacar que el Barça acabó con una disposición de jugadores cuanto menos extraña y no lo digo por Digne ubicado como central zurdo sino porque habían más jugadores a pierna cambiada que a pierna natural. Como ejemplo y situación histórica -entiéndase a lo que me refiero- quedará la banda izquierda ocupada por tres diestros, Nili, Denis y Arda. No sé cómo interpretar esto, de verdad.

Las ocasiones no se materializaron y el empate a 1 fue el marcador final, obligando a Lucho a pensarse seriamente qué equipo sacará en la vuelta. De cara al espectador fue una nueva «decepción» dentro de este Noviembre de tropiezos. Siendo realistas, sacar conclusiones colectivas en estos partidos con jugadores que se conocen poco es arriesgado. Lo mismo ocurre con matar futbolísticamente a jugadores. Mira que nos gusta señalar y poner nombres y apellidos a los males del equipo, a menospreciar patrimonio del club -porque nos guste o no así es-. Ojo, que eso no significa no poder opinar ni criticar, faltaría más. Las valoraciones, cuentas y facturas, preferiblemente a final de temporada, porque en este maldito fútbol nunca se sabe, que igual el más vilipendiado de todos acaba siendo capital durante la temporada y hay que envainársela como tantas veces ha ocurrido.

LAS NOTAS

CILLESSEN (6): Aculado en el gol, en el resto de acciones cumplió bajo palos. Con el balón en los pies ni se le pasó por la cabeza arriesgar lo más mínimo.

ALEIX (5): Sin incidencia ofensiva y tibio en defensa. Sumó muy poco.

UMTITI (6): Ejerció de líder de la zaga desde el sector derecho. Sobrado en muchas acciones y lento en algunas.

BORJA (5): No quiso complicarse cuando llevaba el balón. Ante la duda, para arriba. No fue capaz de imponerse a sus rivales.

DIGNE (5): Algo más de profundidad en su banda, aunque sin que sus llegadas generaran peligro.

ALEÑÀ (6): A pesar del gol, no fue bueno su partido. Tímido en sus acciones y sin asumir los riesgos que permiten lucir sus características. Eso sí, en ningún momento se escondió.

CARBONELL (6): Bien con balón, ejerciendo de apoyo continuo a compañeros y mal sin él.

DENIS (5): Totalmente transparente. Se movió e intentó generar espacios pero no había nadie que los pudiera aprovechar.

RAFINHA (6) El más activo, el que llevaba los galones y el brazalete, pero muy muy fallón.

ALCACER (5): Otra noche más de frustración. Ayer sí se le vio ansioso, enfocado únicamente a anotar el gol que rompa la mala racha.

ARDA (4): Media parte devolviendo balones y la otra perdiéndolos. Desastroso partido del turco.

NILI (7): A pierna cambiada fue el jugador más desequilibrante y que más problemas en el 1 contra 1 generó al Hércules.

ANDRÉ GOMES (7): Dominó la zona central ante un rival casi incapaz de salir.

CARDONA (7): Este chico tiene algo y no sé qué es todavía. Las veces que le he visto nunca me ha dejado indiferente. y cada partido muestra cosas distintas al anterior. Me tiene descolocado, de verdad. Me da miedo decir que hay un talentazo escondido ahí pero es que día a día va añadiendo argumentos en ese sentido.