QUÉ BUENO QUE VOLVISTE, BARÇA

Como si estos aciagos tres meses de competición no hubieran sido sino un sueño al estilo del de Resines en Los Serrano, el Barcelona se vistió de Barcelona e incluso jugó como debe hacerlo el Barcelona. Simétrico, dinámico y por ende reconocible, ofreció el plantel de Luis Enrique una versión tan próxima a su potencial como lejana a la que venía ofreciendo en los últimos tiempos. Es un secreto a voces, no obstante, que el cambio de tendencia ni se broncea ni tiene mucho pelo.

Con Iniesta en el campo, tal y como quedó evidenciado en la media hora que jugó ante el Real Madrid, los once de azul y grana parecen cooperar y coordinarse, y el fútbol nos acaricia a través de la televisión como la brisa marina en una tarde de verano.

Pese al atuendo indigno –¿es serio ir a jugar un partido vestido de calippo?-, se lo pasó pipa el Barça a costa de un desvencijado Osasuna que fue un muñeco de trapo en manos de Leo y Andrés. Sin torcer el gesto, rosarino y manchego hicieron por recordar a los olvidadizos que llevan diez años siendo los verdaderos titiriteros de la Liga, se apellide Santander, BBVA o frigoríficos José Mari.

Con André Gomes en el interior derecho, Umtiti a la vera de Piqué y Arda sustituyendo a Neymar, saltó implacable el conjunto catalán a El Sadar, dispuesto a despachar al colista por la vía rápida. Cerca estuvo Suárez de reventar la piñata recién comenzado el partido, primero merced a un inenarrable toque de exterior de Messi y después tras granjearse ángulo con el trasero. Marradas ambas, el desatino llamó a filas a Leo, también impreciso en la concreción de dos ocasiones manifiestas.

Osasuna, embotellado por un Barcelona desinhibido y bien plantado, hacía aguas en campo propio y se encogía cuando había de explorar terreno enemigo con la pelota, teniendo en la figura de Sergio León el único foco de problemas para ter Stegen: el esforzado ariete a punto estuvo de abrir el marcador con una vaselina esplendorosa que fue a toparse con el travesaño.

El exiguo 0-0 al descanso, casi irreal a tenor de lo que había sido el primer acto, iba a sostenerse apenas 10 minutos tras la reanudación, lo que tardó Alba en romper por la izquierda para habilitar a Suárez: 0-1. No tardó en caer el 0-2, con idéntico modus operandi pero distinto rematador, Messi.

Ya con Denis y Rafinha en el verde y el Barça jugando a placer, Leo rubricaría su fenomenal partido con un retablo para la posteridad y una colleja a esa inmundicia que se hace llamar Balón de Oro.

LAS NOTAS

Ter Stegen (6): No le tiraron.

Sergi Roberto (8): Muy presente en ataque, fue un apoyo constante para Leo. Destacó.

Piqué (7): Imperial, as usual.

Umtiti (7): Tú nos librarás de Mascherano, te queremos.

Alba (8): Asistente por partida doble, ambos laterales ofrecieron amplitud y resultaron diferenciales.

Busquets (8): Con Andrés es más Sergio.

André Gomes (6,5): Cohibido y disciplinado.

Iniesta (8): ¡Cómo se le extrañaba!

Messi (Messi): Pues eso.

Suárez (7): Parece peleado con el gol, pero su persistencia hace imposible que este le rehuya más de la cuenta.

Arda (5): No aportó gran cosa.

Denis (6,5): Entró por ‘ArdaTruhán’ y, sin pintar un Picasso, mejoró la labor del turco.

Rafinha (S.C): Sustituyó a André cuando todo estaba resuelto. Está perdiendo presencia en el equipo.