Tras el uno a uno de la ida, Lucho mantuvo, en parte, su idea de gestión en esta eliminatoria. Siguió dando descanso a los más habituales y otorgó todos los minutos a la segunda unidad, pero esta vez, sea porque le salían las cuentas en cuanto a hombres o por un resultado todavía incierto, no miró hacia el B. Como suele ocurrir en este tipo de eliminatorias, el sabor de boca del aficionado viene determinado por el resultado final y las actuaciones individuales. El juego colectivo queda en un segundo plano y la oportunidad de probar alternativas tácticas tampoco es algo que el mister pretenda implementar en este tipo de partidos.

El once culé parecía coherente y compensado, con la práctica totalidad de los jugadores en las posiciones donde, bien en la teoría o en la práctica, mayor rendimiento tienen. Con Cillessen bajo palos, la línea defensiva la formaban Aleix, Masche, Umtiti y Digne. En zona central André ejercía de MC, dejando claro que es la alternativa de Busi para Lucho, acompañado por el olvidado Rakitic y Denis en zona iniestana. Arriba, Rafinha y Arda se repartían las bandas con Alcácer en zona de 9. Por su parte, el Hércules se plantó con una doble línea de 6 más 3 hombres, encomendándose a la lectura del punta Berrocal y a la velocidad de Chechu como armas ofensivas.

Esta disposición alicantina, aliñada con cierto orden y acumulación de efectivos en zona central, empujaba al Barça a atacar por los costados, dependiendo totalmente del desempeño de sus laterales, puesto que ambos extremos tendían a cerrarse. Y en los primeros minutos, tanto Aleix como Digne, interpretaron bien la conquista de esos espacios, logrando ventajas que generaron llegadas al área rival. Esta sencillez y simplicidad en la aceleración del juego duró 10 minutos, ya que a posteriori los blaugranas se encabezonaron en lograr superioridades en zona central, con Arda y Rafinha móviles en el eje horizontal, que no vertical variando escalones. Todo esto unido a un ritmo bajo en la circulación de balón facilitaba a los alicantinos esa defensa por acumulación. Además, la finalización de las jugadas de ataque se realizaba mediante balones diagonales buscando rupturas en banda contraria, pero todas acababan siendo mal ejecutadas tanto por el lanzador como por el receptor.

El partido se tornó en incómodo, más por la incerteza del marcador que por el peligro rival, y acababa incomodando cada vez más a los culés. No existía el desequilibrio. Ante este tipo de defensas, la solución a los problemas – o sea, el gol- tiene tres caminos principales. El primero es el error rival o la recuperación tras pérdida. Los herculinos fueron cautos cada vez que recuperaban, y con balón, no exponían lo más mínimo. La segunda es la inspiración individual, y esta no apareció durante la primera parte más allá de un puñado de acciones de Denis. La última es el colectivo y entre que la profundidad táctica de los de Lucho no es excesiva y que el once estaba compuesto por jugadores que coinciden pocas veces, tampoco era la respuesta.

Fue por el costado como el Barça volvió a la senda del inicio. Digne finalizó una buena jugada de Arda en banda izquierda que, tras buscar la finalización en Rafinha, cayó en la zurda del francés que inauguró el marcador. El resultado cada vez pesaba menos y eso se notó en el último cuarto de hora. Mayor confianza y, por ende, se podían asumir más riesgos individuales. Al filo del descanso Rakitic transformó un penalti cometido sobre Arda que finiquitaba el envite. Para la segunda parte quedaba el gran debe, divertir y divertirse.

Los goles de Rafa y Arda -gran centro de Aleix- acabaron de romper las cadenas de los azulgranas y la compostura de los visitantes. Viento a favor, acciones individuales y colectivas de mérito y el logro de la noche superado, el gol de Alcácer en competición oficial. Un fin de fiesta que remató el hat-trick de Arda para seguir sumando buenos números desde el costado izquierdo.

LAS NOTAS

CILLESSEN (7): Sin trabajo. En la jugada previa al penalti sobre Arda, gran acción del holandes, tanto de lectura como de ejecución, enviando un balón largo a Rafinha.

ALEIX (8): Sin amenazas a sus espaldas, Vidal disfrutó llegando a línea de fondo y poniendo balones a la llegada de sus compañeros.

MASCHE (7): Con más protagonismo ofensivo -en la primera parte- que defensivo.

UMTITI (8): A medida que gana confianza y seguridad, hace más cosas con balón. Sin él sigue cometiendo algunos errores de posición y lectura.

DIGNE (8): Se estrenó como goleador, combinando profundidad por banda y llegada a zona de remate.

ANDRÉ GÓMES (7): Atento en la recuperación tras pérdida, como MC poca influencia en el armado de los ataques, algo que es propio del Barça de Lucho

RAKITIC (6): Quizá el jugador que menos lució. Sin la atadura de Leo a su vera, el croata no se soltó.

DENIS (8): Buena actuación del gallego, demostrando que por capacidades, puede convertirse a la larga en un jugador importante.

RAFINHA (7): Mejor en la banda que en zonas interiores. En la primera parte fue el iniciador de acciones pero con poco acierto.

ALCACER (7): El partido con mayor movilidad de Paco, menos anclado en zona central. El gol no resolverá sus problemas de confianza pero seguramente si los hará menguar.

ARDA (8): Desde banda, pese a su lentitud para el espectador, es capaz de generar, pero a su manera. Son acciones más ligadas a una finalización -suya o de compañero- inmediata que colectivas.